El Athletic ha mandado un burofax a la familia de Alogo y a la Real Sociedad para comunicarles que tiene un contrato firmado con el jugador de doce años que debe respetar por lo que le cita en Lezama para que arranque la pretemporada con su nuevo equipo. El club txuri-urdin incluso tardó unos días en reaccionar y uno de sus abogados se puso en contacto con los dirigentes rojiblancos que les transmitieron que tenían un acuerdo sellado y que iban a hacer valer sus derechos.
En el caso de que no cumpla el contrato se estipula que deberá afrontar una indemnización que asciende a seis millones de euros. La cifra estándar que suelen rubricar todos los jugadores que se incorporan a Lezama en caso de quebrantar las condiciones. Es decir, el Athletic tiene decidido ir hasta el final en el asunto y acabar en los tribunales en caso de que haga falta.
Una guerra que apunta al juzgado
El burofax al club realista lo enviaron cuando la entidad guipuzcoana anunció su incorporación de forma inesperada, ya que no suele hacerlo en categorías inferiores. De hecho, pareció un absurdo y evitable intento de pavonearse, ya que no tardó demasiado en retirar el anuncio. En Bilbao estaban muy impactados por la forma en la que reaccionó la directiva txuri-urdin tras firmar el jugador el contrato con ellos, ya que se reunieron en varias ocasiones con la familia del jugador incluso en su casa y por la presencia de Aperribay en la grada de sus partidos.
Dentro del riesgo que supone la posible indemnización millonaria que podría tener que afrontar la familia que, como es lógico, no podría asumir, lo lógico es pensar que en el acuerdo que alcanzaron con la familia de Alogo, la Real incluyó una cláusula que determinaba que se haría cargo de lo que pudiera pasar en los tribunales en el hipotético caso de que el Athletic apurara todas sus opciones legales para exigir que se respete su acuerdo.
Como recordarán, Aperribay fue preguntado en la presentación de Javi López por su opinión acerca de los fichajes de chicos tan jóvenes y el ascenso de la agresividad en la captación del vecino: “La política de fichajes del Athletic no la voy a valorar, porque no me corresponde y porque tampoco la entiendo demasiado. Con los niños y los chavales lo más importante es la educación y la formación. ¿Si creo que tenemos que marearles? No. Yo solo puedo decir que en la Real tenemos que cuidar la formación integral de todos los chavales de Zubieta”.
Lo que está claro es que ahora es el Athletic el que presiona, aunque cuando estalló el caso, fue la Real la que movió ficha con rapidez para que la familia de Alfredo aceptase también su propuesta a pesar de llegar tarde, porque ya había rubricado un primer acuerdo con el club bilbaino. Es más, incluso han hecho propuestas de trabajo a sus familiares, aunque no se pueda discutir que el chaval, con fama de ser muy maduro para su edad, siempre ha declarado su preferencia por vestir de txuri-urdin.
Como suele suceder siempre, la prensa acólita de la Real se felicitó por su reacción y su contratación pasando por alto que el Athletic no se iba a quedar de brazos cruzados e iba a defender sus derechos hasta el final. Ahora el tema apunta a acabar en un juzgado, donde ambos clubes no se ven las caras desde el caso Zubiaurre, y será un juez el que dictamine si la Real está obligada a pagar una penalización por duplicidad de contratos. El club realista podría apoyar su defensa en que existe jurisprudencia en futbolistas de corta edad a los que le dieron la razón.
¿Qué dice la justicia?
Por un lado, en el parlamento europeo, donde se determinó que “el poder de representación que ostentan los padres no puede extenderse a aquellos ámbitos que supongan una manifestación o presupuesto del desarrollo de la libre personalidad del menor y que puedan realizarse por él mismo, caso de la decisión sobre su futuro profesional futbolístico que claramente puede materializarse a los 16 años” (artículo 162 .1º del Código Civil).
Por otro, el Tribunal Supremo señala que “la prevalencia del interés superior del menor y el libre desarrollo de su personalidad adquiere especial relevancia cuando en el precontrato, que debería limitarse al ámbito de la formación, se incluye la cesión futura de los derechos de imagen del menor para cuando sea en su caso jugador profesional. En ese sentido se tiene que tener en cuenta que el derecho a la imagen tiene un ámbito patrimonial, pero dicho ámbito está íntima e indisolublemente vinculado a su ámbito personal”.
Se avecina una nueva batalla judicial entre los dos grandes clubes vascos. Como recordaran, el Athletic cerró la contratación del infantil Alfredo Alogo y tras publicarse la información con fotografía en la portada de El Correo de un jugador de 12 años que militaba en el Mariño irundarra, la Real movió ficha para intentar evitar su marcha, pero lo hizo tarde y encima pretendió sacar pecho, lo cual no ha gustado en Bilbao, donde tiene muy claro que les ampara la razón y que la Real va a tener que afrontar una indemnización. Al menos mientras continúa el conflicto, el chaval va a poder seguir jugando con la camiseta txuri-urdin, la del equipo en el que ha decidido quedarse.