El Burladés se ha despertado esta mañana con la trágica noticia del fallecimiento del que fuera su presidente durante más de una década, Patxi Bator, una figura emblemática dentro de la entidad de Erripagaña como un histórico del fútbol navarro. Además de estar ligado al conjunto campanero, Bator también fue exvicepresidente de la Fundación Osasuna Femenino y entrenador-delegado en algún equipo del Boscos.

Muchos clubes están enviando el pésame al Burladés, ensalzando la figura de un Patxi Bator que, quienes lo conocían, lo describen como una persona “afable, señorial y una de las tres personas más importantes del Burladés”.

Bator llegó a la presidencia del conjunto de Erripagaña en 2008. Bajo su mandato (2008-2019) el Burladés vivió el regresó del equipo a Tercera División en el año 2011 y en el 2018 compitió la fase de ascenso a la extinta Segunda División B. “Yo soy alguien en el fútbol gracias a Patxi Bator, que me fichó para el Burladés. Empecé en Regional y fui subiendo hasta coger el primer equipo en Tercera”, relata Elías Tomé, que añade que la de Bator “es la figura que tengo en mente como presidente”.

“Patxi Bator sabía estar a la altura en cualquier ámbito social, no se ponía por encima de nadie, era llano y accesible"

Elías Tomé - Exentrenador del Burladés

El exjugador destaca que Bator era “un hombre de muy buen trato” que vivía “por y para el Burladés”. “Es una figura muy importante, porque cogió al equipo en Regional y lo ascendió a Tercera División, llegamos a jugar la fase de ascenso a Segunda División B contra el Plasencia y tuvo la suerte de poder dejar el cargo cuando quiso”, agrega. Tomé, a su vez, quiere poner en valor que “sabía estar a la altura en cualquier ámbito social, no se ponía por encima de nadie, era llano y accesible. De hecho, cuando venían presidentes anteriores los trataba con cariño y respeto. Era un señor”.

Esa cercanía que destaca el exentrenador del equipo es la misma que ensalza Marcos Munárriz, actual capitán del equipo, que lo define como un padre para el jugador. “Era muy apasionado. Un presidente que contagiaba, que estaba al pie del cañón y quería controlar todo para que no nos faltara de nada. Era muy cercano y sentía mucho al equipo. Se agradece, porque no es fácil que exista esa conexión. Además, no se le caían los anillos si tenía que hinchar un balón en mitad del entrenamiento”. 

"Era un presidente que contagiaba, que estaba al pie del cañón y quería controlar todo para que no nos faltara de nada"

Marcos Munárriz - Capitán del Burladés

El centrocampista recuerda con cariño que, cuando salió de Osasuna cedido al Burladés en su primera etapa en Erripagaña, “Bator se presentó en Tajonar con el coche para firmar cuando se enteró de esa opción. Todo el mundo le tenemos un cariño espectacular, le vamos a echar de menos. Le tendremos en un altar dentro del Burladés”.

Por último, el capitán destaca la figura de un hombre “pionero”. “El Burladés fue de los primeros equipos en tener muchas equipaciones, cuidaba los detalles. Empezamos a hacer las cenas de los jueves en las instalaciones al acabar el entrenamiento y fuimos de los primeros clubes en irnos de vacaciones al acabar la temporada y es algo que lo seguimos haciendo. Estas cosas marcaban la diferencia”, añade.

"Patxi era un tío muy bromista, tan bromista que no sabías si te lo decía en serio o no"

Carlos Lara - ExCommunity Manager del Burladés

Carlos Lara entró al club en la temporada 2017/2018 “cuando el equipo podía acabar en play off como así fue. Vi que las redes sociales estaban vacías y por medio de intermediarios me junté con Patxi Bator, con quien no tenía relación y le trataba de usted. Él, campechano, me decía que le tratara de ‘tú’ porque nos íbamos a ver todos los días”.

“Con Patxi tenía debates porque ellos no tenían redes y quería abarcar todo. Las redes estaban obsoletas desde hace tres años, y me dejaron ir a los partidos con ellos”, recuerda Lara, que subraya que Bator “era un tío muy bromista, tan bromista que no sabías si te lo decía en serio o no. Por ejemplo, un día contra Osasuna Promesas pusieron el partido de pago, fui a entrar y me dijo: ‘A ver, Carlos, ¿dónde tienes el carnet de socio?’ y yo ‘pues lo tengo en casa’. Me dijo ‘pues aquí no entra ni Dios sin el carnet… que no hombre, pasa, sino, a ver quién nos hace las fotos...’.