Empezaré recordando que Israel sigue masacrando a la población de Gaza: por si alguien lo ha olvidado. La actualidad más cercana, los problemas que salpican al PSOE, el ruido incansable de las antenas mediáticas que acosan sin tregua a Sánchez, los asesinatos de mujeres, las amenazas de Trump a Venezuela, todo esto aleja de la primera línea informativa a ese exterminio planificado por el gobierno de Netanyahu.
Por eso son más necesarios que nunca los golpes de efecto, adoptar posiciones contundentes que refresquen la actualidad; es lo que ha pasado con la decisión de RTVE de no participar en el próximo festival de la canción de Eurovisión por permitir la presencia de Israel.
Más que un gesto valiente, que también, es una decisión sensata que recoge el sentir mayoritario de la ciudadanía. Utilizar un foro que siguen millones de personas para continuar denunciando esa atrocidad que no respeta treguas ni acuerdos, nos reconcilia con el papel de escaparate que deben asumir esas grandes citas para denunciar vulneraciones de derechos y poner su grano de arena en acciones que mejoren la sociedad.
Este ejemplo de RTVE debe tener continuidad en un escenario tan popular como los torneos deportivos. Recientemente, Pamplona acogió el Campeonato del Mundo de Trampolín, que contó con presencia israelí. Faltó valor para dejar fuera a la delegación, algo que se repite en torneos de baloncesto y de fútbol que se juegan en España, normalizando lo que es una anormalidad.