Familiares y amigos de Mikel Zabalza pidieron ayer al Estado que dé más pasos para derogar la ley de Secretos Oficiales –vigente desde 1968; fue rubricada por Franco– y así estar más cerca de la desclasificación de documentos que podría arrojar algo de luz sobre las circunstancias en las que se produjo el secuestro y asesinato del joven navarro, que murió en el año 1985 tras permanecer 20 días bajo custodia de la Guardia Civil.

El entorno de la familia de Zabalza, así como cargos políticos y miembros del Gobierno –con la vicepresidenta segunda, Ana Ollo, a la cabeza–, inauguraron ayer el autobús itinerante que recorre estos días Pamplona –entre otros lugares, como su pueblo o San Sebastián– como homenaje ahora que se cumplen 40 años del suceso. Zabalza, natural de Orbaizeta, era conductor del servicio público de autobuses donostiarra en el momento del secuestro.

Ayer, durante la presentación, Mikel Soto, miembro de la Red de Personas Torturadas, promotora de la acción, invitó a las “generaciones mayores como las nuevas” a que visiten la exposición en el interior del autobús ubicado en el Bosquecillo.

“A las mayores a recordar, que recuerden lo que fue aquello y a las nuevas que lo conozcan porque por desgracia, el caso de Mikel Zabalza es el más conocido de los casos de tortura en Navarra y en él se juntan de alguna manera todas las injusticias que hemos padecido las personas torturadas en Navarra, la falta de reconocimiento, la falta de justicia y en general la impunidad con la que se ha torturado aquí, con la que se nos ha torturado aquí”, dijo.

La posible desclasificación

Preguntado por si confían en que el Estado desclasifique los documentos del caso de Zabalza, Soto dijo que “la familia está ilusionada”, pero “por lo pasos sociales que se están dando”. En principio, el Gobierno de España tenía entre sus planes cambiar la vieja ley franquista por un texto nuevo, moderno y garantista. Tras un intento durante la pasada legislatura –2019-2023–, el proyecto de Ley de Información Clasificada decayó entre duras críticas de periodistas, archiveros e historiadores, críticos con los largos plazos de desclasificación y restricciones de la norma.

En corto

Una odisea parlamentaria. La reforma de la ley franquista de Secretos Oficiales ha sido una vieja promesa socialista, nunca llevada a la práctica. Hubo un intento en 2022 que encayó por dos motivos: porque archiveros, historiadores, profesores y periodistas pusieron el anteproyecto de Información Clasificada a caer de un burro; y porque Sánchez adelantó las elecciones. Desde hace casi una década, el PNV ha registrado en el Congreso una reforma de la ley que permitiría desclasificar documentos como el de Mikel Zabalza. Nunca le han hecho caso y la propuesta ha sido pospuesta una y otra vez. Hasta hoy, que siguen sin atenderla. La reforma también figuró en el ya olvidado plan de democratización del Estado, con el mismo éxito: ninguno.

“Por parte del Estado es cierto que los pasos que se han dado son pocos. Esperanza, no la vamos a perder y la movilización es lo que nosotros creemos que va a poder cambiar la situación. Desde luego, hemos comentado más de una vez que se ha terminado la época esa del negacionismo total de aquí la tortura no existió”, añadió Soto. Por lo tanto, “esperanza” tienen, aunque son “conscientes” de que no será “inmediatamente”.

La consejera Ana Ollo recordó, por su parte, que el Gobierno de Navarra sí que reconoció a Zabalza como víctima de torturas, pero ha reconocido que “quedan pasos para dar a la familia la verdad y la justicia”.

“El caso del expediente de Mikel está bajo la Ley de Secretos Oficiales y lo que faltaría sería que en el parlamento de España cambien esa ley”, que, recordó, es “una ley firmada por el generalísimo Franco, es una ley franquista que además da a la junta Militar la potestad de abrir los expedientes y la documentación y casos como el de Mikel Zabalza, difícilmente se podrá dar más avances si no se cambia esa ley”. El autobús de Zabalza llegará a San Sebastián el 11 de diciembre para estar allí hasta el 14.