La pasada semana tuvo lugar en la Casa de Cultura de Olite la Asamblea General de CPAEN/NNPEK, marco elegido para la entrega de los premios de la entidad. En este acto se reconoce la labor de entidades colaboradoras, por un lado, y el trabajo desarrollado por personas que llevan toda una vida dedicadas al sector ecológico, por otro.

Geltoki, asociación sin ánimo de lucro que trabaja para difundir los valores de la economía social y solidaria y la economía alimentaria y el ganadero Gabriel Errandonea, uno de los impulsores de la Cooperativa Trigo Limpio, han sido este año los galardonados.

Referente en economía social y alimentaria

Geltoki es una asociación sin ánimo de lucro compuesta por cinco entidades navarras –REAS Navarra, CPAEN/NNPEK, Traperos de Emaús, EHNE Nafarroa y Alimentos Artesanos de Navarra- y que cuenta además con el apoyo de más de una veintena de colectivos. Su objetivo es, desde que se fundara hace ya seis años, convertirse en un referente en la promoción de la economía social y solidaria, la soberanía alimentaria y la cultura alternativa en Iruñerria. Un servicio para la ciudadanía navarra y un altavoz para esta amplia red de iniciativas y alternativas transformadoras; una propuesta abierta y plural que fomenta el tejido social.

La entrega del premio tiene por tanto un gran fundamento. Geltoki colabora con CPAEN/NNPEK en multitud de iniciativas: el EKOmercado, los EKOencuentros, talleres sobre alimentos ecológicos o catas con productoras y cuenta además con una tienda ecológica adscrita a la Red de Puntos de Venta de CPAEN/NNPEK y un restaurante donde se venden y sirven platos elaborados con alimentos ecológicos de Navarra. De hecho su restaurante cuenta con “Tres ECOhojas”, la máxima clasificación de los restaurantes adscritos a la Red de Restaurantes Sostenibles de CPEN/NNPEK.

“Estamos muy agradecidos a CPAEN/NNPEK”

Lander Martínez - Coordinador de Geltoki

En palabra de Lander Martínez, coordinador de Geltoki, este premio “es un reconocimiento al trabajo que llevamos haciendo estos seis años. Pero no solo tenemos que agradecer este premio, también el apoyo del Consejo de CPAEN/NNPEK desde el minuto cero. De hecho uno de los pilares del proyecto Geltoki es precisamente la promoción de la producción ecológica, en este sentido CPAEN/NNPEK tiene un papel muy importante.

Forma parte de la Asociación Geltoki y gran parte de las actividades que tienen que ver con ese pilar, la producción ecológica y la soberanía alimentaria, vienen de la mano de CPAEN/NNPEK con su colaboración y con su trabajo y estamos muy agradecidos por ello”.

Lander Martínez, coordinador de Geltoki, (izda.) y el ganadero Gabriel Errandonea (centro) recogen los galardones de CPAEN Cedida

Desarrollo rural sostenible

El otro gran protagonista de los premios ha sido Gabriel Errandonea, que además de recibir el premio a “Toda una Vida” dedicada a la ganadería ecológica por parte de CPAEN/NNPEK recibió un reconocimiento muy cálido, por parte de compañeros y compañeras de profesión, que le entregaron una serie de objetos simbólicos, desde una rama de olivo hasta un pan con la inscripción “Zorionak” para reconocer su trabajo.

Errandonea es un referente en el sector ecológico, del que forma parte desde 1993. Un pionero y defensor de la ganadería ecológica y de la vida basada en el desarrollo sostenible del entorno rural. Es también uno de los impulsores de la Cooperativa Trigo Limpio junto con otros ganaderos y ganaderas del Pirineo, una cooperativa que fomenta el apoyo entre ganaderos y realiza venta directa a domicilio de carne ecológica; iniciativas como Trigo Limpio son imprescindibles para mantener un mundo rural vivo.

“No cambiaría mi trabajo por nada”

Gabriel Errandonea - Impulsor de la Cooperativa Trigo Limpio

Desde que tomó el relevo de su familia en el caserío Nabasturen de Bera hace más de 30 años ha dedicado su vida a la ganadería con vacas pirenaicas, betizus, yeguas Jaca Navarra y ovejas. Decidió poner en práctica su convencimiento de que la producción agraria y ganadera debía realizarse en ecológico, lo que para él es una forma de vida, una manera de cuidar el territorio y el ganado, y, al mismo tiempo, mantener todo lo posible el equilibrio con el entorno.

De hecho, en su discurso de la entrega de premios recordó cómo hace 30 años acudió al Gobierno de Navarra a decir que quería instalarse ecológico y nadie sabía cómo hacerlo. “Tuvimos que viajar por Europa, ver que se hacía, cómo se hacía, aprender y dedicarle todo el esfuerzo a mejorar”.

En su visión están muy presentes las personas consumidoras, ya que para Gabriel la cercanía es fundamental para que el sector ecológico prospere.

En estos 30 años de recorrido, Gabriel reconoce que uno de los grandes problemas del sector es la falta de relevo generacional y, por eso, pide a las administraciones políticas públicas que reviertan la situación: “No sirven los planes cortoplacistas, hay que tener planes a medio y largo plazo.

Los pueblos están dejados, faltan animales en el monte, como se vio por los incendios, pero el animal que está verdaderamente en extinción es el pastor”. Asimismo, manifiesta que la burocracia que tienen que realizar es “brutal”: “Parece que hay que adaptarse a una normativa que viene de Europa, pero tendrían que acercarse más a conocer el sector”.

Además, en su discurso rechaza firmemente los fondos de inversión que están acumulando tierras en el campo: “tenemos un problema con los fondos de inversión, y se están perdiendo las raíces y el contacto con el pueblo: el campo ni se compra ni se vende, el campo se gestiona, y para eso estamos aquí”.

En el campo no hay dos días iguales, y a pesar de todas las dificultades y problemáticas, Gabriel anima a la gente joven a incorporarse: “A la gente joven le diría que esto es un mundo apasionante, que es vocacional, aunque con dificultades para ser autónomo y vivir de ello”.

Por eso, también reconoce que hay que buscar soluciones para mejorar la calidad de vida de las personas ganaderas: “Sucede que a la gente de los pueblos también le gusta el ocio, viajar, divertirse y no puede plantearse un trabajo de siete días a la semana.

Según qué animales necesitan un seguimiento diario y si estás de baja, de vacaciones o quieres tener ocio no puedes; esto habrá que solucionarlo de alguna manera si queremos tener futuro y es que, aunque suene mal, comemos demasiado barato para lo que cuesta producir”.

Para Errandonea la gente de la ciudad tiene que mirar al campo, “pero no como un lugar de ocio, sino como el lugar donde se producen los alimentos”. Como asegura, hay tiendas, mercados y ferias ecológicas donde se pueden comprar alimentos del medio rural, pero ahora prima el ocio, no la alimentación, “nos alimentamos muy mal y eso afecta a la salud y a la larga va a darnos problemas. Comer es secundario salvo que sea barato”.

Aún y todo su trabajo merece la pena, “yo no lo cambiaría por nada”.