Jordi Cruz ha publicado recientemente un vídeo explicando cómo asegurarse de que el frasco de las galletas esté a salvo de la humedad para evitar que las galletas se ablanden: “Madre mía, que disgusto cuando te apetece una galletita bien crujiente, abres el bote y está blandurria”, dice el chef al inicio de su consejo. Las galletas están diseñadas para ser secas, crujientes y frágiles, pero en cuanto se exponen a humedad ambiental empiezan a perder textura. No hace falta que el bote esté abierto horas: a veces una simple apertura rápida en una cocina húmeda basta para que, con los días, el crujiente desaparezca.
El consejo contra la humedad
La propuesta del chef Jordi Cruz es tan simple que sorprende. “¿Quieres el truco más sencillo del mundo para que eso no te vuelva a pasar? Un trocito de pan”. Su explicación es directa: “Lo pones encima de las galletitas, del frasco, donde va a entrar el aire y la humedad. Y cierras. Y van a durar así crujientitas un montón de tiempo”. La gracia está en que no necesitas ningún gadget ni bolsas especiales. Solo pan.
El propio chef entra en la lógica del asunto: “¿Por qué pasa eso? Porque el pan absorbe mucho antes la humedad que la galleta”. Esto tiene sentido desde el punto de vista físico. En un recipiente cerrado, la humedad del aire tiende a equilibrarse. Las galletas, al ser secas, absorben vapor de agua y se reblandecen. El pan, en cambio, tiene una miga porosa y una composición más favorable para captar ese vapor. Cruz lo remata así: “Siempre va a ser la receptora de la humedad en el bote”. El pan se humedece antes, se vuelve más blando, y al hacerlo protege la textura de base de las galletas.
Cómo aplicarlo para que salga perfecto
El truco es fácil, pero hay pequeños detalles que hacen que funcione mejor. Lo ideal es que el trozo de pan esté cerca de la zona por donde entra el aire cada vez que abres el tarro, tal como sugiere el chef. También conviene usar pan blanco y pan con mucha miga ya que suelen ser más eficaces porque tienen más superficie porosa.
Eso sí, el pan no es eterno. Si pasan varios días y notas que el trozo ya está muy húmedo, lo razonable es cambiarlo. El objetivo es que siga absorbiendo; si ya está saturado, deja de cumplir su función. Y como cualquier alimento húmedo, si lo dejas demasiado, puede acabar con olor raro o moho.
¿Quién es Jordi Cruz?
Jordi Cruz es uno de los cocineros más reconocibles tanto por su trayectoria en la alta gastronomía como por su presencia mediática. Nacido en Manresa en 1978, empezó muy joven en cocina y se convirtió en el chef más joven del país en lograr una estrella Michelin cuando trabajaba en el restaurante Estany Clar, un hito que marcó su carrera temprana. Desde 2010 está al frente de ABaC en Barcelona, restaurante que ha alcanzado las tres estrellas Michelin, y también ha dirigido otros proyectos gastronómicos ligados a una cocina técnica, moderna y muy perfeccionista.
A nivel popular, es una cara fija de MasterChef desde 2013, donde ha consolidado un perfil exigente pero muy didáctico, combinando disciplina de cocina profesional con divulgación para el gran público. En lo personal, en los últimos años ha hablado con más naturalidad de la presión del oficio, de su vida familiar y de cómo intenta mantener los pies en la tierra pese a la fama, lo que ha reforzado su imagen de chef trabajador y cercano fuera de los fogones.