Ane Fernández de Arbina Urbina (Vitoria-Gasteiz, 1996) es el alma máter de Antheia Handmade, una marca de pendientes artesanos a los que da forma desde el taller que ha montado en el garaje de su casa, en un pueblecito de la cuadrilla de Zuia. Estudió Emprendimiento en la Universidad de Mondragón y trabaja en una startup relacionada con el sector biotecnológico.

“Siempre he tenido hobbies relacionados con el arte, como cantar en un coro o tocar la guitarra, y elegí estos estudios porque en realidad era la única salida que creía que me iba a dejar desarrollar esa creatividad de alguna manera, ya que emprender se puede aplicar a todo”. Su personalidad altamente creativa y su ADN 100% emprendedor le empujaron, a finales del año pasado, a embarcarse en su proyecto más personal hasta la fecha.

“Todo empezó cuando vi unos pendientes de una amiga que me gustaron mucho y decidí investigar cómo se hacían para intentar reproducirlos”, cuenta. Aunque reconoce que antes había probado con otras muchas aficiones, la más duradera de todas ellas fue la costura, pero hasta ahora no había conseguido mantener su interés por ninguna durante mucho tiempo. “Entonces fue al ver un top en Pinterest como decidí comprarme una máquina de coser y apuntarme a clases para avanzar en este área”, recuerda.

Ane Fernández emprendedora artesana , muestra su colección de pendientes Pilar Barco

Fue de nuevo, de forma casual, intentando hacer los pendientes de su amiga, como descubrió la arcilla polimérica, un material dúctil y fácil de moldear que le abrió la puerta a un universo de mil y una posibilidades artísticas. “¡Es maravilloso! Se puede hacer de todo con ella...”, confirma. Luego hizo un breve curso online a través de plataforma digital y se compró un kit para empezar.

“Soy súper impulsiva y me gasté de golpe más de 300 euros, así que sí o sí tenía que ponerme en serio y amortizar todo el dinero invertido”, dice entre risas. Precisamente se refiere a esa inquietud por probar cosas nuevas como “un problema si no te empujas a ser constante, porque no se puede tener una pasión nueva cada mes”, advierte. Pero, como demuestra su caso, con esfuerzo se puede convertir en una fortaleza.

Una muestra de los pendientes de Antheia HM Pilar Barco

Así, dio rienda suelta a su imaginación y empezó a hacer diseños acordes a su estilo y basados en la naturaleza, el entorno desde el que crea. “Mis amigas comenzaron a encargarme pendientes, por lo que gracias a ellas despegué”, reconoce, pero al poco de empezar, en diciembre, quiso probar suerte con un stand en una feria de Navidad para ver cómo eran recibidas sus creaciones. 

Los pendientes de Antheia están hechos con arcilla y polimérica y latón Pilar Barco

“Como soy súper lanzada, había dicho que sí, pero solo tenía cuatro pares de pendientes hechos y, de repente, en un plazo de 3 semanas, tenía que llenar una mesa de 3 metros de largo por 2 de ancho y claro, ahí entraban muchos pendientes”, asegura. “Para mi sorpresa me fue muy bien y vi que gustaban mis pendientes, así que eso fue lo que me animó a crearme Instagram y una página web con tienda online”, explica.

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Ha comenzado a distribuir algunas de sus piezas en diversas tiendas de Euskadi, como complemento a las redes sociales, que se han convertido en su mejor escaparate. Tiene claro que la web por sí sola no sirve.

Es muy difícil posicionarse en Google con una página recién creada, pero en redes es más fácil darte a conocer”, indica. En solo tres meses ya tiene casi dos mil seguidores en su Instagram de @antheiahm, pero Ane no tiene marcado ningún objetivo. “Prefiero ir creciendo de forma orgánica, poco a poco, y establecer una red de personas a las que les gusten mis diseños”, concluye.

Haz un análisis del mercado antes de arrancar con tu proyecto

Ane Fernández de Arbina Urbina, al frente de la firma de pendientes Antheia Handmade, recomienda investigar a tus futuros competidores si quieres tener éxito emprendiendo

Dicen que son los pequeños detalles los que marcan la diferencia. Y en el emprendimiento ocurre lo mismo. Ane Fernández de Arbina Urbina, al frente de la firma de pendientes Antheia Handmade, recomienda a todo aquel que quiera llevar las riendas de su propio proyecto hacerse unas tarjetas de contacto ya que, aunque parezca que han pasado a la historia, en realidad siguen siendo muy útiles porque no solo sirven para presentarnos, sino también, porque incluyéndolas en cada pedido será muy fácil localizarnos. 

El packaging es uno de los detalles que Ane cuida con especial esmero Pilar Barco

El packaging también es un detalle a tener en cuenta. Al final, es la primera impresión que recibe quien compra tus creaciones. “En mi caso opté por unos saquitos de color crudo que adorno con unas cuerdas y unas florecillas secas, porque representan muy bien el toque artesanal de mis pendientes”, explica.

Pero además, Ane subraya como imprescindible analizar el mercado antes de dar el salto. Estudiar la competencia es muy importante para analizar las características de cada firma y “pensar qué nos hace distintos”, señala. De esta forma, prosigue, encontraremos nuestro hueco. “No es cuestión de copiar lo que hacen otros, sino de conocer qué hacen para luego buscar nosotros nuestro estilo personal”, subraya.

En el caso de Ane, sus pendientes están ya empezando a funcionar solos, a través del boca a boca, pero ya está pensando en hacer también pulseras, collares o incluso turbantes. “En las fotos llevo recogido el pelo con unos turbantes que me hago yo misma y ya me han preguntado por ellos varias veces, así que no descarto ponerme a hacerlos”, explica.

Por el momento realiza envíos a toda España, pero en un futuro puede que utilice plataformas de venta que promueven los productos artesanales, como Etsy, para poder ofrecer transporte a nivel internacional.