El Estado sufrió el peor apagón eléctrico de su historia el lunes 28 de abril, un colapso energético que paralizó todo por completo a las 12:33 del mediodía. El corte dejó sin suministro a millones de personas durante horas, afectando desde el transporte público hasta los servicios hospitalarios y, por supuesto, la vida doméstica. Uno de los efectos menos visibles pero igualmente importantes de un apagón de esta magnitud es el impacto en la conservación de los alimentos.

Con la luz fuera durante más de cuatro horas en la mayoría de los hogares, muchos se han preguntado si deben tirar lo que había en sus neveras y congeladores. Para aclarar esta duda, expertos como la doctora en farmacia y nutricionista Boticaria García han compartido información clave sobre qué alimentos pueden seguir consumiéndose y cuáles conviene desechar para evitar riesgos para la salud.

El riesgo invisible: la cadena de frío rota

Cuando la electricidad desaparece, también lo hace el sistema de refrigeración que conserva los alimentos en buen estado. Este fenómeno es especialmente delicado en los frigoríficos y congeladores, donde la temperatura debe mantenerse dentro de unos márgenes muy concretos para evitar el crecimiento de bacterias.

Según las recomendaciones de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU.), los alimentos perecederos que permanecen a más de 5°C durante más de cuatro horas deben ser desechados. Esto incluye productos frescos como carnes, pescados, mariscos, huevos y productos ya cocinados o preparados.

Chica revisando la nevera. Freepik

¿Qué pasa con la nevera?

La mayoría de los apagones registrados el 28 de abril superaron las 4 horas de duración. En ese contexto, los alimentos almacenados en las neveras están, en su mayoría, comprometidos. Boticaria García fue clara al respecto en una publicación en su perfil de Instagram, donde acumula más de 750.000 seguidores: "los frescos como carnes, pescados y sobras deben tirarse sin duda", escribió, citando las directrices de seguridad alimentaria.

Otros productos como yogures, salsas o embutidos pueden ser más resistentes al calor, pero su consumo depende de si muestran signos de deterioro como cambios en el olor, la textura o la apariencia. Ante la duda, la máxima recomendación sigue siendo “mejor tirar que lamentar”.

¿Y el congelador?

En este caso, hay algo más de margen. Si el congelador ha permanecido cerrado durante el apagón, los alimentos pueden mantenerse en condiciones óptimas hasta 48 horas si el compartimento estaba lleno, y hasta 24 horas si estaba medio vacío. Esto se debe a que los alimentos congelados, al estar agrupados, ayudan a mantener una temperatura baja por más tiempo.

Eso sí, si se ha abierto el congelador con frecuencia durante el apagón, ese margen se reduce considerablemente. En este caso, conviene revisar si los productos se han descongelado por completo y, de nuevo, aplicar el principio de precaución. Si un alimento congelado ha comenzado a ablandarse, es probable que ya no sea seguro consumirlo, especialmente en el caso de productos de origen animal.

Congelador. Freepik

¿Qué alimentos pueden salvarse?

No todo está perdido. Algunos productos pueden conservarse sin refrigeración durante unas horas sin problema. Entre ellos:

  • Mantequilla y mermeladas (si no están contaminadas)
  • Frutas y verduras frescas enteras (no peladas ni cortadas)
  • Quesos curados (mejor si son duros o semiduros)
  • Pan, cereales y galletas
  • Leche UHT sin abrir

También es importante verificar el estado de los envases y asegurarse de que no han perdido el vacío o se han hinchado, lo cual indicaría un posible desarrollo microbiano.

Frutas y verduras frescas en la nevera. Freepik

Recomendaciones finales

Después de un apagón de este tipo, conviene revisar a fondo la despensa y el refrigerador. Aunque puede parecer doloroso desechar alimentos por una cuestión económica o de desperdicio, el riesgo de intoxicación alimentaria es real y potencialmente grave.

Además, se recomienda hacer un inventario antes de reponer la compra y revisar la temperatura de la nevera y el congelador en las próximas horas, por si han podido sufrir algún desajuste. La divulgadora Boticaria García lo resumía con humor pero con claridad: "Espero que nos evitemos alguna diarrea”. Un consejo directo, pero necesario.