Desde hace un tiempo tienes la sensación de que tu cocina está demasiado llena. Armarios abarrotados, cajones al borde del colapso y estanterías que no dan a basto son una señal inequívoca de que hay muchas cosas de la cocina de las que debes desprenderte ya.
Muchos de esos objetos que no necesitas, además de producir un enorme desorden visual, ocupan un espacio muy valioso y pueden resultar perjudiciales para tu salud. Hacer una limpieza a fondo en la cocina te ahorrará tiempo y estrés a partes iguales.
A continuación te mostramos 10 elementos que deberías sacar hoy mismo de tu cocina:
1- Esponjas y trapos viejos
Las esponjas de la cocina son el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de bacterias peligrosas como la E. coli o la salmonela. Aunque puedes desinfectarlas en el microondas o con agua hirviendo, lo ideal es reemplazarlas cada 2 o 4 semanas. Lo mismo ocurre con los trapos: si están deshilachados, con manchas que no se van o huelen mal incluso después de lavarlos, es momento de desprenderte de ellos.
2- Utensilios en mal estado o repetidos
¿Tienes cuatro cucharas de madera, tres espumaderas y dos peladores de patatas? Si usas solo uno de cada, el resto no sirve más que para ocupar espacio. Además, los utensilios rotos o deteriorados (astillados, agrietados o desafilados) pueden desprender partículas o incluso sustancias contaminantes.
3- Ollas y sartenes estropeadas
Una sartén con el teflón rayado no solo pierde su antiadherencia, sino que además puede liberar partículas tóxicas. Si la sartén o la olla están abolladas, tienen el mango flojo o la base deformada, cocinar con ellas será más difícil, inseguro y menos saludable.
4- Tuppers sin tapa o inservibles
Todos tenemos algún cajón lleno de tuppers sin tapa (o tapas que han perdido su tupper), con manchas que ya no se van, deformados por el microondas.... Ha llegado el momento de decirles adiós y dar la bienvenida a otros nuevos. Conserva solo los que estén en buen estado y el resto puedes reciclarlos como envases para organizar objetos como tornillos, botones, etc.
5- Alimentos caducados o con mal aspecto
Latas caducadas, bolsas abiertas de hace años, salsas con moho… Revisa a fondo tus armarios, frigorífico y congelador. Tira todo lo que esté pasado de fecha, huela mal o presente un color o una textura extraños. Aunque no parezca peligroso, lo más seguro es que ya no sea apto para el consumo.
6- Especias y aceites rancios
Las especias pierden sabor y propiedades con el tiempo, por lo que si ya no huelen ni saben a nada ya no te servirán. Este es también el caso de los aceites, sobre todo si llevan abiertos más de seis meses: se ponen rancios, lo que afectará a su sabor y a tu digestión. Si no los consumes muy a menudo, cómpralos en envases pequeños.
7- Electrodomésticos y útiles que no usas
Es probable que en el fondo de algún armario guardes una máquina de hacer palomitas, unos moldes para polos o una batidora a la que le falta alguna pieza. Si en los últimos doce meses no has utilizado estos aparatos, lo más probable es que no los necesites. Véndelos, regálalos o tíralos si están estropeados. Ganarás espacio y evitarás tener que sacarlos o apartarlos cada vez que buscas algo.
8- Bandejas, tarros y cubiertos que sobran
Bandejas rotas, cubiertos sin pareja o tarros de cristal que guardas por si acaso tienden a acumularse. Quédate solo con lo que usas con frecuencia y ganarás en orden visual.
9- Papeles, imanes y tickets
El frigorífico lleno de notas, imanes y dibujos puede parecer entrañable, pero también genera mucho ruido visual y da sensación de desorden. Lo mismo pasa con recetas sueltas, folletos de propaganda o tickets de compra que acaban dando vueltas de un sitio a otro. Trata de organizar lo que necesites en un archivador o en un cajón específico.
10- Tés, cafés y productos olvidados
A veces nos regalan una bebida o compramos un té o un café diferente que acaban quedándose en el fondo del frigorífico o de un armario. Con el tiempo van perdiendo propiedades y dejan de ser aptos para el consumo. Si tienes claro que no te gustan y que no los vas a consumir, es hora de deshacerte de ellos.
Hacer una limpieza a fondo de la cocina al menos dos veces al año hará de ella un espacio mucho más agradable y saludable en el que te sentirás mejor y cocinarás mucho más a gusto.
Abrir cajones o armarios y ver las cosas ordenadas te ahorrará también tiempo a la hora de encontrar lo que buscas. ¡Prueba a desprenderte de todo aquello que no usas y verás la diferencia!