Tendemos a pensar que la contaminación solo está en la calle, pero lo cierto es que en casa tampoco estamos a salvo de ella. El dormitorio, la habitación en la que solemos pasar más horas al día, puede convertirse en un foco de sustancias tóxicas y alérgenos si no le prestamos la debida atención.
Según varios especialistas consultados por The Healthy, estos son algunos de los objetos que están habitualmente presentes en cualquier dormitorio como el tuyo y que pueden estar afectando a tu salud sin que lo sepas.
Colchones
Algunos colchones contienen productos químicos ignífugos y PVC que se han relacionado con alteraciones hormonales e incluso con ciertos tipos de cáncer. El peligro aumenta en el caso de los niños, ya que pasan más horas durmiendo y tienen menos resistencia a estas sustancias.
Lo recomendable es elegir colchones con certificación textil orgánica global (GOTS), certificado que garantiza que una prenda o un producto textil ha sido confeccionado de manera sostenible, y limpiarlos con frecuencia para evitar la acumulación de ácaros, polvo y moho.
Almohadas y cojines
La ropa de cama, sobre todo las almohadas y cojines, también puede emitir compuestos orgánicos volátiles (COV) en los primeros meses tras su compra. Además, son un imán para los ácaros, el polvo y los alérgenos que se encuentran a escasos centímetros de tu nariz cada noche. Elegir materiales naturales como el látex o la lana y lavarlos con regularidad, es clave para mantener el aire limpio.
Alfombras y peluches
Las alfombras y los peluches acumulan mucho polvo, restos de productos de limpieza y contaminantes que se quedan atrapados en sus fibras, que se convierten en refugio ideal para los alérgenos. Para limpiarlos, debes aspirarlos y lavarlos con frecuencia y, en la medida de lo posible, en el caso de las alfombras, elige materiales naturales como la lana.
Pintura de las paredes
Pintar una habitación le puede dar un aire renovado, pero hay que tener en cuenta que, según un estudio publicado en 2019 en el International Journal of Scientific Research and Review, muchas pinturas liberan COV, lo que puede afectar a órganos vitales y provocar problemas respiratorios. Si pintas la estancia, ventila muy bien la habitación y espera al menos 24 horas antes de dormir en ella.
Muebles
Los muebles de madera contrachapada suelen estar fabricados con adhesivos que contienen formaldehído, una sustancia que irrita los ojos y las vías respiratorias, además de estar catalogada como potencialmente cancerígena.
En el caso de los muebles tapizados, la espuma suele incluir retardantes de llama que se han asociado con problemas reproductivos, alteraciones hormonales y dificultades de aprendizaje en niños. Siempre que sea posible, busca muebles con etiquetas que garanticen bajo contenido en COV o sin formaldehído.
Ambientadores y velas perfumadas
Los ambientadores, incluso los que se anuncian como naturales o sin perfume, pueden contener ftalatos, compuestos vinculados a problemas hormonales, reproductivos y defectos de nacimiento.
Las velas perfumadas tampoco se libran: muchas liberan COV y partículas que se asocian con migrañas, irritaciones cutáneas y complicaciones respiratorias. La mejor opción es evitarlas o, en su defecto, ventilar muy bien la habitación tras su uso.
Bolas de naftalina
Aunque cada vez se usan menos, todavía hay hogares que guardan ropa con bolas de naftalina. Estas liberan pesticidas químicos cuyo olor característico ya indica la presencia de toxinas. Inhalarlas puede provocar mareos, dolores de cabeza e incluso, a largo plazo, cataratas o daños hepáticos. Trata de evitarlas o de guardarlas en recipientes herméticos.
Productos de limpieza
Aunque el dormitorio no suele ser el lugar donde se almacenan los productos de limpieza, a veces acaban allí por comodidad o por despiste. Muchos de ellos contienen amoniaco, lejía y otros químicos que liberan toxinas al aire, agravando alergias y problemas respiratorios. Lo ideal es optar por alternativas naturales y mantenerlos siempre fuera de la habitación.
Libros
Los libros pueden convertirse en una fuente de polvo y desencadenar reacciones alérgicas. Si te gusta tenerlos a mano, procura limpiarlos con frecuencia y no acumular demasiados en la mesilla o en la estantería del cuarto.
Ya lo ves, el dormitorio debe ser un refugio de descanso, pero si no se tiene cuidado puede transformarse en una fuente invisible de contaminación. Mantenlo siempre limpio, despejado y bien ventilado para garantizar que tu sueño sea realmente reparador.