Laura Ferrero ama escribir. Y lo demuestra en su última novela, Los astronautas, en la que parte de un hecho autobiográfico para construir una ficción emocionante. Porque todos podemos convertirnos, dependiendo de las circunstancias, en astronautas a lo largo de nuestras vidas. 

Toda su vida gira en torno a la escritura, tanto en guion, como en prensa, literatura... ¿Cuál fue su primera toma de contacto con la literatura?

Siempre he estado escribiendo. En realidad, desde que tengo 10-11 años ya tengo historias en los cuadernos. Así que yo creo que mi manera de estar en el mundo, de entenderlo y de entenderme yo, es escribir. Pero es verdad que hace muchos años, cuando tenía 12, leí El dios de las pequeñas cosas, y nunca había leído algo que me impactara tanto. 

¿Qué siente cuando vuelve a leer esos cuentos que escribía de pequeña?

Al final cuando lees cosas de hace muchos años es como si estuvieras leyendo cosas de otra persona, porque a esa persona le preocupaban cosas que ya no te preocupan. Es un poco asistir a detalles o a personas de tu propia vida en las que ya no te reconoces.

Ecos de la infancia también podemos ver muchos en esta novela, Los astronautas. ¿De dónde nace la idea para contar esta historia?

Yo hace cinco años encontré una foto de mis padres. Ellos se habían separado cuando yo tenía un año y medio, y nunca había visto fotos de mis padres conmigo. Entonces, hace cinco años, vi una foto de mi familia, porque yo había crecido entre las familias que ellos habían creado pero no recordaba una imagen de mi familia. A raíz de ahí pensé que yo, que llevaba toda la vida escribiendo y pensando en las familias, en los vínculos, por qué nunca le había prestado atención a aquello que no conocía.

“Esos primeros divorcios fueron algo que provocó bastante desazón”

Aborda además los divorcios en una época en la que no era fácil hablar de ellos. 

Me ha sorprendido mucho la recepción que ha tenido Los astronautas sobre todo de cara a este tema de los divorcios. Pensaba que ya se había tratado mucho, pero divorciarse en los 80 era como una aventura. No teníamos referentes, no sabíamos muy bien qué ejemplos podíamos tomar... Mis padres se separaron en el 86 y creo que éramos dos niños cuyos padres estaban separados. Si algo hemos aprendido ahora es a separarnos, pero en ese momento era un tabú, un estigma... Está como muy lejana nuestra situación de hoy en día. A raíz de escribir Los astronautas me ha escrito mucha gente para contarme lo que le había ocurrido. Esos primeros divorcios fueron un tema que provocó bastante desazón.

¿Qué consejo le daría a quienes se puedan ver reconocidos?

Que pregunten lo que tengan ganas de preguntar. Muchas veces nos parece que vamos a hacer daño a la gente si preguntamos algo. Todos nos pasamos la vida como evitando temas para no hacer sentir mal a los demás, y muchas veces terminamos sintiéndonos mal nosotros mismos. Yo diría que si las cosas se preguntan con cariño y con respeto, vale la pena saberlas, y es importante saber de dónde venimos para saber dónde estamos yendo.

Personal

Nacida en Barcelona en el año 1984 es escritora, periodista y guionista. Qué vas a hacer con el resto de tu vida (Alfaguara, 2017) fue su primera novela, a la que siguieron El amor después del amor, La gente no existe y Los astronautas


‘Los astronautas’

Vuelve a las librerías ahora con Los astronautas, una novela en la que Laura Ferrero parte de un hecho autobiográfico para construir una ficción emocionante, acerca de todos esos relatos que nos inoculan en la infancia sobre nuestra propia vida y que no nos cuestionamos hasta que somos capaces de observarla desde fuera. “Igual que hicieron aquellos hombres y mujeres, los astronautas, que tuvieron que irse lo más lejos posible, ahí donde nadie había llegado, para poder comprender, al fin, lo que siempre estuvo al alcance de su mano”, cuentan.