RECIÉN jubilado juez: Leo que, aunque usted no quería colgar el mazo, lo han retirado forzosamente. Tampoco se queje, porque, aunque la legalidad lo contemple, es una anomalía tayana con lo indecente que vuelva a administrar Justicia alguien que se ha grabado a fuego unas siglas políticas. Bueno, unas siglas, y una peculiar ideología que se ha derechizando con el paso de los años y el paso por las poltronas. Aquel joven, valiente e indublemente progresista magistrado que yo conocí en los 80 en su etapa bilbaina derivó en un superministro de Justicia e Interior que traicionó toda su trayectoria previa. Aparte de mantener las cloacas que usted denunció, encarceló más insumisos que nadie. Algunos no lo olvidamos.