Astro del fútbol, del fraude fiscal, de la insolidaridad, del pésimo compañerismo, de la egolatría y, en definitiva, de la simplicidad cerebral: Ni me planteo que le haya dado una pensada a la vomitiva actuación respecto a sus rivales de Países Bajos tras derrotarlos (de puñetera chamba, según me dicen; yo no sigo el mundial de la infamia) en los nosecuantavos de final. Si dan asco los que no saben perder, los que no saben ganar son un cagarro cósmico, por megamaximillonarios que sea, como usted. Qué risa, que todavía haya ingenuos que proclamen que el deporte es vehículo de valores y blablablá. Y qué pena que no exista un karma para devolverle su chulería bravucona. Vaya diferencia, por cierto, con Luka Modric, todo un señor en la victoria.