Deportista de élite (así la citan) que ha pasado 500 días en una cueva: Supongo que deberé felicitarla por lo que nos están contando como una hazaña, aunque le confieso que no me queda claro si lo que buscaba era batir un récord o ser conejillo de Indias para una investigación científica. Si es lo primero, diré lo de aquel torero, que hay gente pa’ tó. Si es lo segundo, no puedo dejar de manifestar mis dudas sobre un experimiento semejante. Como no quiero pasar por cuñado, no dudaré de las conclusiones que se puedan extraer de una vivencia como la suya, pero me cuesta aceptar los daños irreversibles a los que ha estado expuesta... y que ojalá no se hagan patentes en el futuro. Lo que es innegable es que ha conseguido su cuarto de hora de fama.