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Floren Nazabal se cala su sexta txapela en su pueblo

donato y oihan larretxea hacen historia al enfrentarse en una final padre e hijoEl de Etxarri Aranatz aventajó a Juanjo López Azpilikueta en 1:39, clasificándose tercero el aizkolari de Bera

Floren Nazabal se cala su sexta txapela en su puebloFoto: n. m.

Etxarri aranatz. Sin sorpresas, Floren Nazabal se caló ayer en Etxarri Aranatz su sexta txapela del Campeonato Navarro de Aizkolaris de Primera, la quinta en su localidad natal. Partía como favorito tras la eliminatoria de Huarte, con un minuto de ventaja sobre Juan José López Azpilikueta, que también se clasificó segundo en la final. Los otros tres aizkolaris en liza eran Donato Larretxea, Antonio Senosiain y Oihan Larretxea. Y es que ayer los de Bera hicieron historia, enfrentándose por primera vez un padre y un hijo en una final de máxima categoría.

A los cinco les tocó sufrir. No en vano, tuvieron que cortar a contrarreloj cuatro kanaerdikos de 54 pulgadas, cuatro ontzakos de 60"" y dos oinbikos de 72. Eran 600 pulgadas en total, el doble que la madera de la eliminatoria del pasado domingo. Además, todos los aizkolaris coincidieron en que la madera, procedente de Aralar, era dura.

Desde el principio, Nazabal dominó la prueba. A mitad de faena, la ventaja con López Azpilikueta era de un minuto. Terminó en 1:39. "He empezado bien pero al final he acusado el cansancio. He cogido ventaja en los cinco primeros troncos y después he ido manteniendo" explicó el de Etxarri Aranatz. Respecto a los problemas de cintura que ha arrastrado este verano, señaló que "hoy me he encontrado bastante bien".

Si bien observó que "la primera txapela es la que hace más ilusión, también gusta ir sumando" reconoció. Así, con 41 años, Nazabal sigue siendo la máxima figura de la aizkora en la actualidad. Y parece que sigue imbatible. De cara al futuro, señaló que "si aguanto este año, procuraré que el año que viene también. Pero no se puede pedir mucho con los años que tengo y la cintura que tengo" sentenció. En relación a las nuevas generaciones, afirmó que "viene muy bien Oihan. Tiene 20 años y aún está sin madurar. Creo que está haciendo una labor muy buena".

RELEVO GENERACIONAL Y es que Oihan Larretxea era el nuevo rostro de esta final tras varios años con los mismos aizkolaris. El de Bera sustituyó al veterano Miel Mindegia, que ha dejado este tipo de campeonatos. Su pase a la final fue tras superar un segundo a Jon Rekondo, una sorpresa para este joven que le daba boleto para medirse con los grandes, entre ellos su padre. "He estado a punto de dejar a otro porque este verano he andado con la cintura fastidiada, sin entrenar. Y se nota. En el trabajo largo hace falta fondo. Pero igual es la primera y la última vez que estamos el padre y el hijo. Hemos venido para hacer un poco de historia" señaló Donato Larretxea, de 50 años.

Además de mirar a sus rivales, el de Bera no quitó el ojo al trabajo de su hijo, que estaba en el otro extremo del frontón. "Posee cualidades. Si se entrena, tiene posibilidades" auguró el padre. "De tal palo tal astilla, dice el refrán" que en el mundo del hacha viene al pelo.

Oihan Larretxea, por su parte, se mostraba satisfecho. "Me he metido entre los cinco primeros de Navarra y con eso me conformo" señaló. En relación a la prueba de ayer, observó que "he sufrido más de lo que pensaba. Era la primera vez que hacia este trabajo. La madera era bastante dura y se me ha hecho largo". También aseguró que las nuevas generaciones vienen con ganas. "Estos últimos años ha habido un parón de jóvenes pero ahora venimos una quinta que podemos quitar a los viejos de encima" observó Oihan Larretxea, quién afirmó que ayer su padre era un rival "La plaza no perdona".