Donostia. Ramón Vega se inició como masajista en el ciclismo hace dos décadas. Ahora, la mayor parte de los atletas federados pasan por su consulta, plagada también de ciclistas, pelotaris y, cómo no, deportistas populares que, a su juicio, son los que mayor riesgo de sufrir lesiones presentan. El donostiarra tiene fama de buen psicólogo: es de esas personas que te ponen las pilas. "Si no te bajas de su camilla que te comes el mundo, es que estás muerto", dijo de él un ex ciclista profesional.
¿Aumenta su agenda estos días?
Aunque tengo sobre todo atletas federados que preparan la Behobia o el maratón, estos días sube el trabajo y siempre aparece el amigo del amigo del amigo para que le hagas algo.
Vienen en busca del milagro...
Sobre todo el atleta popular-popular, el que va a hacer 1h50 o dos horas, que entrena demasiado al final y llega tan cansado a la sexta o séptima semana que le empiezan los problemas en los gemelos, microrroturas, tendinitis... Sobre todo son sobrecargas en los gemelos y en los isquiotibiales por el impacto al correr.
Y quizá también por falta de hábito.
Son gente sin una base deportiva: comienzan a entrenar en septiembre, y lo que dé el tiempo. Se dan auténticas palizas y llegan cansados porque siempre hay un amigo que les dice que el domingo anterior a la Behobia hay que hacer 18 kilómetros y subir hasta la Residencia, como me pasó el año pasado con una chica, que la mataron y sufrió una rotura de fibras. Es el peligro del atleta popular. El que tiene un entrenador o al menos unos conocimientos, independientemente del tiempo que luego haga, se lesiona menos porque se cuida más y se expone menos. Con el federado o esos populares que ya van a hacer por debajo de 1h20 o 1h25, que realizan un trabajo y se cuidan, no hay problema, aunque puedan tener una pequeña tendinitis o una sobrecarga que con dos tres días de reposo y hielo se soluciona. El riesgo son esas personas que no hacen deporte durante el año o que sólo juegan un día a la semana a pádel y se lían a hacer la Behobia. Afortunadamente, de cuatro años para aquí eso ha ido cambiando, noto mayor cultura atlética y veo menos lesiones.
¿Quien acude a un masajista es porque tiene un problema?
La mayoría sí, sobre todo en la Behobia, que está pasando lo mismo que con los cicloturistas y la Quebrantahuesos, que son tantas miles de personas las que participan, que la ilusión por correr les lleva a hacer burradas. Insisto que el popular de 1h45 o 1h55 llega a la salida muy cansado, saturado por las palizas que se da una semana antes en lugar de hacerlo dos domingos antes.
¿La lesiones previas a "la Behobia" son las mismas que hace 20 años?
Sí. En los atletas populares lo más frecuente son los gemelos, ya sean sobrecargas, contracturas o microrroturas. En el popular que ya entrena más, se dan lesiones, pero con los años se van corrigiendo mediante una reeducación postural o con unas zapatillas correctas, buscando una buena biomecánica de correr, porque el impacto castiga muchísimo. También puede convenir fortalecer la zona problemática en el gimnasio... Y si hay que acudir al traumatólogo, a partir de su diagnóstico intentaremos poner el mejor remedio posible. Pero esto es más ser con el atleta federado que prepara un maratón, algo más serio que la Behobia.
¿Qué aconseja hacer durante estos días previos a la prueba?
Para el popular-popular, que piense que el trabajo ya está hecho, o debería estar hecho. Que descanse lo máximo, que salga a correr para matar el nervio, pero que lo haga despacio y realice estiramientos. Y sí quiero recalcar que antes de la salida no hace falta calentar tanto; algunos se pasan hora y media. El calentamiento debe ser lento, parando de vez en cuando para realizar alguna movilidad articular. El pulso ya lo llevan acelerado por la tensión. Es vital no quedarte frío, y conviene llevar una camiseta vieja de algodón o un plástico que lo puedas tirar a un contenedor. Y luego, durante la prueba, parece una tontería, pero hay que salir a disfrutar, tranquilo, que ya hay tiempo al final para correr si te acompaña el cuerpo. En Gaintxurizketa ves gente que va jadeando que da pena y llegan a Miracruz destrozados. Para disfrutar, hay que ir de atrás adelante: qué más da hacer 1h45 que 1h53. Otra cosa es el que ha entrenado y pretende hacer 1h18.
Y tras "la Behobia", ¿qué recomienda a quien se anime con el maratón?
Este año hay un problema, y es que sólo hay dos semanas y no tres entre ambas pruebas. Yo nunca aconsejo la Behobia si se pretende hacer un buen maratón, porque si se sufre una lesión el plazo de recuperación es mínimo y se puede echar por tierra todo el trabajo acumulado durante doce semanas. Para los que hagan las dos carreras, les recomendaría no hacer la Behobia a bloque y descansar al máximo hasta el miércoles, lo que no costará por las agujetas...
Este año no va a estar en el Boulevard dando masaje tras la meta.
No, así que correré con un dorsal naranja acompañando a una amiga y un amigo que quieren hacer 1h45.
¿Cómo ve el "boom" de la prueba?
Aún no me lo creo. Recuerdo mi primera Behobia (1981), hice catorce seguidas y alguna más suelta, y nunca imaginé esto. Al principio de los noventa, cuando se pasó de seis mil en nada, ya se vio que algo pasaba, pero la locura de los últimos cinco años en cuanto a participación popular, ya sea Behobia, Quebrantahuesos o carreras de montaña, es increíble. Que haya que sortear dorsales en la maratón de Zegama, con lo dura que es, lo dice todo.
Este fenómeno también lo habrá percibido en sus salidas a Europa...
En Europa sucedió un poco antes, y a maratones que también tienen una media dos o tres semanas antes, como los de Berlín, París, aunque éste no llegue a los 40.000, Rotterdam, Amsterdam, Londres, también les costó crecer... Eso ha llegado aquí, y nuestro maratón también crece, aunque en cifras más modestas.
Este auge, en cambio, no se refleja en la llegada de atletas de elite.
Eso es otra cosa. No hay relevo generacional. En Gipuzkoa tenemos cuatro chavales de 17-18 años que ojalá salgan adelante, en Álava hay otros dos, como Iván Fernández, que es muy bueno, en Bizkaia hay otros dos... En Gipuzkoa, a día de hoy y que nos queden un poco vivos, tenemos a Ibon Esparza, que este año se va a centrar en el cross después de que no le haya salido el maratón como quería; al bueno Hossain Kaanache, que tiene 27 años pero le falta reventar ya la tela del corazón y creerse que está capacitado para correr a tres minutos el kilómetro con tranquilidad, y que también hará el cross; y, por último, le deseo toda la suerte del mundo a Asier Cuevas, que se entrena como un titán, está tan bien como hace dos años y está capacitado para bajar en Donostia de 2h15: el problema es que le tocará correr muchos kilómetros solo. El resto ya son atletas populares de buen nivel, como David Martín o Sergio Román, pero éstos no son el futuro. No hay una cantera de chavales de 16 años. En chicas pasa igual. Se fueron Amaia Arana y Josune Tercero, y no hay relevo: Ixiar Urdangarin ya lo dejó, Iratxe Aranburu tuvo familia... En el Bidasoa ahora hay un par de chavalas majas de 800 y 1.500m; en el Atlético SS Rafa y Martín llegaron a tener un grupo majo, pero los chavales no adquieren el compromiso de entrenar. El atletismo es muy sacrificado y la recompensa es mínima. Se ha perdido un tiempo que va a costar mucho recuperar.
Echará de menos a su buen amigo Kamel Ziani.
¡Mucho! Y no sólo yo. Ahora es cuando nos vamos a dar cuenta del nivel que tenía Kamel. No vamos a tener otro atleta igual en años. Me da pena que en lugar de despedirse como merecía, se ha apartado del atletismo en silencio. Él es muy particular y lo ha querido así, pero se merecía otra cosa, porque él nunca supo decir que no a quien le pedía su colaboración. Y no hay que olvidar que fue un maratoniano de 2h10 que corrió en los mejores maratones como, Amsterdam, Fukuoka, Rotterdam... Ahora sigue saliendo a correr con Hossain, pero ya está centrado en su trabajo en una casa de acogida de la Diputación entre Asteasu y Aia. Kamel nos dio mucho trabajo, pero nos hizo disfrutar un montón. La cuadrilla tenemos una cena pendiente con él. Se merecía otro adiós.
Durante un mes, gracias a la Fundación Etiopía-Utopía y al CD Fortuna, hemos disfrutado de cuatro atletas etíopes que también han pasado por sus manos. ¿Cómo los ve?
Con pena, porque han disfrutado con una experiencia muy bonita, pero veo difícil que algún mánager se interese por ellos y se puedan quedar. No hay dinero en los clubes para eso. Los cuatro, sobre todo ellas, me sorprendieron en la pedestre de 15 kilómetros. El Cross de las Tres Playas lo hicieron bien, pero eran diez kilómetros. Aguantaron muy bien los quince, y lo harán muy bien en la Behobia, sobre todo ellas. Los cuatro son jóvenes, aún les queda cuatro años para hacerse, pero la experiencia aquí ha sido un regalo. Me da pena que se tengan que volver allí. Lo bueno es que la Fundación está realizando una gran labor, se ha dado a conocer mucho más, y ha recaudado fondos. Todo lo que sea ayudar a esa gente, ¡adelante!