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Macedonia sigue bailando

Macedonia sigue bailandofoto: afp

Pamplona

SEGURAMENTE, será el rival al que todos quieran enfrentarse en los cruces por las medallas y las plazas olímpicas. Pero lo mismo pensarían quienes se han enfrentado a Macedonia hasta ahora. La modesta selección balcánica está en cuartos de final y ya ha mejorado el noveno puesto del anterior Eurobasket. Cedió el primer partido ante sus vecinos de Montenegro, pero desde entonces el equipo de Marin Dokuzovski no ha perdido y hoy se jugará el primer puesto del grupo ante la invicta Rusia.

Macedonia no contaba en ningún pronóstico, pero con mucho menos que otros ha logrado mucho, muchísimo. Imposible gestionar mejor los recursos. La Liga del país, de poco más de dos millones de habitantes, solo tiene diez equipos, ninguno de los cuales ha participado nunca en la Euroliga o la Eurocup. La mayoría de sus jugadores viven lejos del máximo nivel competitivo. Quizás por eso es una de las federaciones más activas en ese generoso y, a veces, fraudulento reparto de pasaportes que está tan en boga en el baloncesto europeo. Solo cuatro pueden presumir de conocer la élite de forma habitual: Vlado Ilievski (Anadolu Efes), Pero Antic (Spartak San Petersburgo), Predrag Samardzinski (Lietuvos Rytas) y el factor diferencial, Bo McCalebb, el base nacionalizado que milita en el Montepaschi Siena y que es uno de los jugadores más rápidos de Europa, imparable cuando conduce el balón en carrera. Además, el base nacido en Nueva Orleans fue el autor de la canasta que metió en su país de adopción en los cuartos de final. Apostar por él fue un acierto, no solo por ese acierto, sino por su compromiso con una camiseta que solo lleva catorce años como independiente.

Ilievski (37,3 minutos de media), Antic (34,1) y McCalebb (33,7) soportan el peso del conjunto macedonio, junto a Todor Gecevski. Pero este veterano pívot al que se enfrentó el Bilbao Basket en la Final Eight de Turín cuando jugaba en el Zadar se ha lesionado y no podrá jugar lo que queda de torneo. Pese a ello, la revelación del Eurobasket se las apañará para plantear dificultades gracias a un ritmo bajo de juego, un exquisito cuidado del balón -solo 10,4 pérdidas por encuentro- y una defensa muy solvente que solo ha concedido 65,6 puntos a sus rivales.

En Macedonia, todo el mundo sabe su papel y nadie hace tonterías. Solo McCalebb y Antic tienen licencia para inventar y arriesgar. Otros equipos más potentes no lo han tenido tan claro y ya están en su casa. A una de las cenicientas del torneo aún no le ha llegado su hora. Se han ganado a pulso seguir en el baile.