Marta Mendía: "Aún me falta instinto maternal, pero me gustaría tener familia, aunque no numerosa"
Septiembre de 2010. La mejor deportista navarra de la historia anuncia su retirada. Unos meses después participa en los Campeonatos de España para echar una mano al club de sus amores, el Pamplona Atlético, pero desde entonces, nada. Se trata de Marta Mendía, en paro en la actualidad
pamplona. Marta Mendía (Salinas de Ibargoiti, 1975) fue entre 1998 y 2001 la mujer que más alto saltaba de un país de más de 40 millones de habitantes. Compitió en dos Juegos Olímpicos, en ocho Mundiales y en siete Europeos. En definitiva, un auténtico mito viviente del atletismo hasta que hace poco más de un año decidió dejarlo. A los 35 años abandonó el atletismo y se embarcó en otra aventura: encontrar empleo. Ahora, ya con 36, sigue en ello. Sin prisa, pero sin pausa.
Eligió un mal momento para dejar el atletismo e intentar su inserción en el mundo laboral.
Está siendo una mala época.
Antes practicaba el salto de altura. ¿Ha sido un salto al vacío?
Tampoco es para tanto, pero sí que ha sido un cambio grande. Después de tantos años en un mundillo como el del atletismo... Cuesta, pero poco a poco me voy acostumbrando a estar sin entrenar y sin competir. No lo llevo mal.
Busca trabajo. ¿De qué?
Soy licenciada en Bellas Artes.
Dicen que las carreras de letras no dan de comer.
(Risas) Sí, igual es más complicado encontrar trabajo que con las de ciencias. Además me especialicé en audiovisuales, que es algo raro, pero es lo que me gustaba.
¿Nunca le sugirieron en casa que probara con alguna carrera que tuviera una mejor salida laboral?
No, la verdad es que mi familia siempre me ha apoyado en todas las decisiones que he tomado, tanto en el atletismo como en los estudios. Miento, tengo un hermano que me aconsejó hace años que estudiara INEF (Educación Física) y todavía me lo sigue recordando (risas). Pero creo que en la actualidad casi todo el mundo tiene problemas para encontrar trabajo.
¿Se arrepiente de no haber estudiado otra cosa?
No, lo que ocurre es que mi hermano me suele recordar su consejo.
Se encuentra en el paro. Aproveche la entrevista para venderse.
Ya me he vendido por todos los lados (risas). Diría que tengo las mismas características que tenía en el deporte y que se pueden aplicar a un trabajo. La responsabilidad, la constancia, la buena planificación para cumplir unos objetivos... Son cosas que he desarrollado bastante en el deporte y que se pueden aplicar a la vida laboral.
Y ahora resuma su currículum.
Cuando acabé la carrera de Bellas Artes era todavía la era analógica y los últimos años los he dedicado a adaptarme a la era digital porque, en el mundo audiovisual, todo ha cambiado mogollón. Hice también un ciclo de artes aplicadas de la escultura, estuve trabajando un par de años de profesora... Mi currículum es largo. Tiene muchas más cosas que la licenciatura en Bellas Artes.
Es decir, una mujer bien formada...
Formada y formal (risas).
También trabajó como cámara de televisión.
Sí, hice unas prácticas de dos meses en Popular TV.
¿Le gustaría encontrar trabajo como cámara?
No me importaría.
¿Incluso en un programa del corazón?
También, pero lo único que tengo claro es que no voy a salir de Pamplona. Y aquí no hay ese tipo de programas. Si me hubiera pillado más joven, igual no me habría importado salir. Con 22 años igual me lo habría planteado, pero ahora...
Entonces no le importaría formar parte del equipo de 'Sálvame' o algún programa similar.
Pero delante de las cámaras no: ni en un programa de corazón ni de ninguna otra cosa.
¿Le gustan ese tipo de programas?
Hay momentos en los que me entretienen. Reconozco que hay ratos que me apetece sentarme, no hacer nada, no pensar y sí que suelo verlos. Pero hay otras veces que me parece vergonzoso lo que hacen. (risas). Hay algunas escenas que no deberían sacar.
¿Le gusta alguno en especial?
El que más he visto es Sálvame, pero ahora están echando pelis muy buenas en La Sexta. Son antiguas, pero bastante chulas. Pero, en general, con la cantidad de cadenas que han puesto, me parece que la cosa está muy floja. Hay una oferta de cadenas muy grande, pero al final no encuentras nada.
Le gusta ver películas y algo de 'Sálvame'. ¿Qué más?
Suelo ver alguna serie, sobre todo americanas. House, Anatomía de Grey, Bones... Las que dan Cuatro y La Sexta, aunque Cuatro ha cambiado últimamente para peor.
Pasemos a la música. Escucha a Silvio Rodríguez. ¿Fanática?
No tanto como eso, pero me gusta mucho. Hace años igual más. Tengo casi todos sus discos y he ido a alguno de sus conciertos.
Tiene la discografía de Silvio. ¿Comprada o descargada de Internet?
Casi toda comprada.
¿Está en contra de la piratería?
Tampoco veo mal que chavales jóvenes que no tienen para comprarse discos se bajen la música de Internet, aunque igual alguien me mata por decir esto (risas).
Pero la música es cara...
Sí, sobre todo para gente que no tiene tantos recursos económicos. Ahora cuesta entrar en el mercado laboral. La verdad es que suelo comprar bastantes discos. También películas. Igual soy un poco tonta, pero lo hago.
¿Son vicios?
Unos gastan en unas cosas y otros en otras. Son vicios, pero entre comillas.
Elija la mejor canción de Silvio.
Muy difícil. Podría decir muchas, pero una...
¿De dónde le viene esa afición por el cantautor cubano?
Empezó a escucharlo mi hermana y yo, con 12 ó 13 años, decía: "Cómo puede escuchar esto esta tía si son todas las canciones iguales". Me parecía aburrido. Pero luego me enganché. Por cierto, le pasó lo mismo a una compañera que tuve en Bilbao. Primero decía que era una castaña, pero acabó pidiéndome todas las canciones.
Tendrá algún otro grupo o cantante favorito, ¿no?
Me gustan muchos tipos de música y muy variada. Alguna, incluso un poco extraña (risas). Bueno, rara tampoco. Algunas cosas igual sí, pero me gusta mucho María Dolores Pradera y las canciones mexicanas, pero también me gustan cosas más modernas como Cranberries. No me cierro ninguna puerta.
Como atleta, ha viajado mucho. ¿En qué se invierte el tiempo cuando se pasa tanto tiempo fuera de casa?
Últimamente más en leer, ya que no llevaba ordenador y no podía ver pelis. Y para viajes largos, el Trivial.
¿Es buena?
Está mal que lo diga yo, pero sí (risas). Igual también por jugar mucho terminas aprendiéndote las preguntas.
De los lugares que ha visitado como atleta, ¿con cuál se queda?
Edmonton, en Canadá. Nos quedamos unos días allí después de la competición y visitamos las Montañas Rocosas. Es un lugar precioso.
Ha estado en las villas olímpicas de Sydney y Atenas. ¿Qué tiene un lugar así para que todos los deportistas hablen maravillas de él?
Es el ambientillo y la alegría de la olimpiada. Es la diferencia con otros campeonatos. Está todo el mundo mezclado y, además, la gente está por la labor de abrirse a los demás. Es algo exagerado.
Corre el rumor de que se liga mucho. ¿Cierto o leyenda urbana?
Hace unos años se habló de que se habían gastado un montón de preservativos, pero es que los regalaban en la bolsa que da la organización con recuerdos de la ciudad o la guía para explicarte la villa olímpica. Pero nadie puede asegurar si se han utilizado o no. También es cierto que hay gente que aprovecha mejor el tiempo; y otros que no, que son más formales (risas).
En una entrevista reconoció que se maquillaba antes de competir. ¿Es coqueta fuera de la pista?
La verdad es que no. Me suelo pintar para salir de marcha, pero a diario poco, solo para tapar las ojeras (risas).
El deporte suele ser sacrificado. ¿Se dio algún capricho después de la retirada?
No he hecho nada especial. No he tenido una vida totalmente austera y, con mi edad, tampoco me apetece salir todos los sábados. No me ha coincidido en mi época más fuerte de salir por ahí. He tenido otras épocas más fuertes.
Es también concejala en el Ayuntamiento de su localidad natal, Salinas de Ibargoiti, así que también se le podría considerar política.
Pero eso no es probar en política. No estoy en ningún partido. Es como una obligación. Vamos rotando gente del pueblo y le va tocando a casi todo el mundo. No es vocación política.
Pero hay otros deportistas que sí dieron el salto a la política. ¿Se atrevería a hacer lo mismo?
No me llama. Se llevan muchos palos (risas). No me veo ahí metida.
Resulta curioso que de Salinas de Ibargoiti, población de 195 habitantes, hayan salido dos deportistas olímpicos: usted y el judoka Ricardo Etxarte.
Y también tenemos a Ángel Lekunberri, que jugó en Osasuna.
¿Cuál es el secreto?
Tenemos una fuente a la que le baja el agua del monte. Pero no sé si será el secreto porque yo he bebido pocas veces de esa fuente. Supongo que seremos de buena raza, de buena madera (risas).
Durante un tiempo fue la mujer del país que más alto saltaba. ¿Qué se siente?
No me duró mucho el récord (risas). Creo que fueron tres años, pero no eran marcas muy buenas. Me hizo más ilusión cuando salté 1,95 metros. Y para entonces Ruth Beitia ya había pasado de los dos metros.
Como atleta, ¿le quedó algún reto por cumplir?
Una medalla internacional o un diploma olímpico habría servido para redondear el expediente, pero tampoco le doy muchas vueltas. No pudo ser y ya está.
¿Y en lo personal?
No lo sé...
¿Ser madre?
Supongo que sí, pero más adelante.
¿No tiene instinto?
Todavía me falta, pero me gustaría tener familia.
¿Numerosa?
Una cosa normal. Dos (risas).