Pamplona - Han pasado ya 50 años desde que el 10 de octubre de 1964 prendiera la llama del pebetero del Estadio Olímpico de Tokio, fecha y plaza en las que arrancaron los decimoctavos Juegos Olímpicos de la historia, los primeros televisados en color y transmitidos en directo, vía satélite, para Norteamérica y Europa. También fueron los primeros en los que se empleó la cámara lenta para las retransmisiones y se convirtieron en pioneros con la utilización de computadoras para registrar los tiempos exactos en las competiciones que así lo exigían. Sin embargo, el 10 de octubre de 1964 también pasó a la historia por ser el día en el que el joven Yoshinori Sakai, apodado el Bebé de Hiroshima por haber nacido el mismo día del bombardeo atómico sobre esta ciudad nipona durante la Segunda Guerra Mundial, fue el encargado de prender la llama que dio inicio a 15 días de intensa competición deportiva en la capital de Japón.
Aunque nunca compitió en unos Juegos, sobre Yoshinori Sakai recayó el honor de ser el último portador de la antorcha olímpica. Fue un relevo histórico y con un significado especial. Y es que Sakai nació el 6 de agosto de 1945, el mismo día en el que Harry Truman, el por aquel entonces presidente de los Estados Unidos, ordenó el bombardeo de Hiroshima, un brutal ataque que tres días después se repitió sobre la vecina Nagasaki.
El Estadio Olímpico de Tokio recibió al último relevista, el Bebé de Hiroshima, puesto en pie. Sakai completó los últimos metros para prender el pebetero y escenificar el inicio de unos Juegos Olímpicos en los que el judo, deporte de origen japonés, formó por parte del programa, aunque fue un holandés, Anton Geesink, quien se colgó el oro al batir en la final a Kaminaga, ídolo local.
A pesar de que Yoshinori Sakai nunca pudo convertir en realidad el sueño de todo deportista de participar en una cita olímpica, lo cierto es que tuvo una aceptable trayectoria como atleta, llegando a participar en los Juegos Asiáticos celebrados en Bangkok (Tailandia) en el año 1966 y en los que subió al primer escalón del podio en el relevo largo (4x400 metros) y fue plata en los 400 lisos.
El que fuera él, el niño que nació el mismo día que se produjo el bombardeo de Hiroshima, el encargado de encender la llama de los Juegos Olímpicos de 1964 se convirtió en un símbolo de paz. Este hecho, su condición de atleta y su formación como periodista le permitió convertirse en comentarista de Fuji Televisión cuando puso fin a su trayectoria deportiva.
140.000 víctimas Hace poco más de un mes, Sakai falleció a consecuencia de una hemorragia cerebral. Al Bebé de Hiroshima se le apagó la vida en un hospital de Tokio el 10 de septiembre de este mismo año, curiosamente unos meses después de que también falleciera el último superviviente de la tripulación del Enola Gay, el avión que lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima. Su nombre era Theodore van Kirk, uno de los 12 tripulantes de aquel bombardero que provocó la muerte de 140.000 personas. Van Kirk, también conocido como Dutch, falleció por causas naturales el pasado 28 de julio en Georgia. Tenía 93 años. Sukai, solo 69.
Yoshinori Sakai. Nació el 6 de agosto de 1945 en Miyoshi, población situada actualmente en la ciudad de Hiroshima, el mismo día que se produjo el bombardeo atómico sobre esta ciudad japonesa durante la Segunda Guerra Mundial. Tres días después, Nagasaki también recibió un brutal ataque ordenado por Harry Truman, por aquel entonces presidente de los Estados Unidos. El que fuera apodado como El Bebé de Hiroshima fue atleta durante su juventud, después ejerció como periodista y falleció en Tokio el pasado 10 de septiembre a consecuencia de una hemorragia cerebral.