Carlos Monzón, leyenda del ‘ring’ y homicida
Boxeo El argentino murió en accidente de coche en un permiso penitenciario
pamplona - La agresividad le llevó a la gloria, a la cárcel e, indirectamente, a la tumba. El pasado jueves se cumplieron veinte años de la muerte de Carlos Monzón, una de las ocho o diez grandes figuras del deporte argentino de todos los tiempos.
Monzón disfrutaba de un permiso penitenciario cuando sufrió un accidente de coche. Le faltaban unos pocos meses para acabar de cumplir la pena de once años por homicidio de su segunda esposa, Alicia Muñiz, a la que, en estado de embriaguez, golpeó, estranguló y lanzó desde el balcón de la casa en la que vivían en la ciudad de Mar del Plata (sudeste de la provincia de Argentina).
Carlos Monzón había nacido en 1942 en el seno de una familia humilde en San Javier (provincia de Santa Fe) y desde muy joven compaginó diversos trabajos de repartidor con la práctica del boxeo.
Su debut amateur fue en 1959, con 17 años, y después de 82 peleas en esa categoría debutó como profesional el 6 de febrero de 1963. En sus dos primeros años ganó 17 combates, pero pagó la inexperiencia al encajar tres derrotas, pero a partir de 1965 comenzó la leyenda: 70 victorias y 9 empates, incluidos los catorce triunfos (diez de ellos por k.o.) en la defensa del título mundial de peso ligero que consiguió el 7 de noviembre de 1970 y que mantuvo hasta su retirada en 1977.
Su 1,83 -mucha altura para un peso ligero de la época-, su capacidad para encajar golpes y su impresionante pegada fueron las claves de su éxito, y tener un púgil que ganaba siempre le convirtió en un ídolo del público argentino.
Pero su fuerte carácter no le ayudó a asimilar los éxitos y la fama. Las malas compañías y los excesos con el alcohol le llevaron a tener siempre relaciones tortuosas con las mujeres, hasta el homicidio de su esposa. - D.N.