¡Regatea, regatea!
decía Ángel Cappa, “el amor es más que un orgasmo, el fútbol es más que un resultado”. Sin duda que estas líneas van a tratar de fútbol y no de orgasmos.
Siempre espero con ansiedad que vaya pasando la semana para saber qué partidos apunto en mi agenda. Todos me vienen bien.
Entre tanto partido y partido, echo en falta seguidores de Ángel Cappa. En las categorías superiores lo entiendo y lo defiendo, pero en las inferiores soy un Cappa más.
En Alemania, después del fracaso de su selección en la Euro2000, se dieron cuenta del bajo nivel técnico de sus jugadores. Los teutones no podían permitir eso. Se pusieron manos a la obra y rápidamente implantaron en casi todo el país un método de entrenamiento: el Método Coerver.
Un técnico holandés llamado Will Coerver allá por los 70 ideó un sistema de enseñanza que decía que la técnica no era innata sino que también se podía aprender. Mario Gotze o Marco Reus han nacido con este método y el propio Cristiano lo usó durante años en Manchester.
No pido para nuestra Comunidad esa implantación, pero sí me gustaría algo de implicación. Necesitamos ser Cappas, necesitamos perder partidos de pequeño para luego poder ganar de mayor.
Los entrenadores de mayores piden a sus jugadores que se la jueguen, que hagan unos contra uno. Los de pequeños les prohíben hacer esas cosas. Necesitamos un método.
Yo apuesto por un método que enseñe a los niños el buen manejo del balón. Que les enseñe a regatear y a hacer unos contra uno. Que sea un método que deje al niño equivocarse aunque por ello se pierdan partidos. El método llegará a su máximo esplendor el día que un entrenador de pequeños grite a uno de los suyos “¡Regatea, regatea!”. Un orgasmo para Ángel, un triunfo para nosotros.
El autor es técnico deportivo superior y director de las Escuelas Ceneted de Pamplona