etxarri ararnatz - Floren Nazabal consiguió ayer una nueva txapela. Pero no era la de ningún campeonato sino la del mundo de los herri kirolak que ayer le rindió un merecido homenaje al aizkolari de Etxarri Aranatz. Fue en el frontón Euskal Erriari, el mismo dónde consiguió grandes triunfos y dónde también le tocó sufrir. La última vez fue en octubre del pasado año, en la final del Campeonato de Navarra, cuando dejó el hacha por problemas en la cintura después de una larga y brillante trayectoria

“Eres nuestro ejemplo como aizkolari y como persona” decían los bertsos que le dedicó Aitor Urteaga, de la Escuela de Aiskolaris de Sakana, promotores de este reconocimiento en el que se volcó el mundo del hacha y del deporte rural en general. Participaron 45 aizkolaris, con las figuras del momento como Aitzol Atutxa, Iñaki Azurmendi Jon Rekondo así como veteranos como Miel Mindegia o Donato Larretxea, por citar algunos, con los que Nazabal se había medido en la plaza en diferentes ocasiones junto a otros populares. Asimismo, hubo demostraciones de trontzalaris y harrijasotzailes, principalente de las escuelas de Izeta y Ostolaza así como la de Sakana, unas 70 personas en total.

“Pensamos en un homenaje humilde porque así es Floren” destacó Goizeder Beltza, uno de los organizadores, quién agradeció la respuesta de la gran familia de los herri kirolak y del Ayuntamiento de Etxarri Aranatz, que colaboró en la organización. “Los etxarriarras tenemos mucho que agradecer a Flores, sobre todo por la fama que ha dado a Etxarri Aranatz dentro y fuera de Euskal Herria” señaló Eneka Maiz, alcaldesa de esta localidad de Sakana, quién destacó que ha sido uno de los mejores aizkolaris de todos los tiempos. Al respecto, recordó que con un padre y un tío aizkolaris, Nazabal comenzó siendo un niño en el mundo del hacha. Su primera plaza fue con 12 años y con 14 consiguió con su hermano su primera txapela, en juveniles. Cinco años después, con 19, ganó el campeonato de segunda.

Después, ya en primera categoría, consiguió 9 campeonatos de Navarra y 6 de Euskal Herria. Asimismo, ganó en 9 ocasiones la Urrezko aizkora y el Campeonato del Mundo en 2005 con Joxe Mari Olasagasti, contra parejas de Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos. “Decir es fácil pero hacerlo es muy difícil” señaló la alcaldesa, al tiempo que destacó más allá de estos triunfos su trabajo en la promoción de la aizkora desde la base en la Escuela de Sakana. Tras la enrega de una placa no faltó un aurresku en su honor.

“No me esperaba semejante homenaje. Ha venido mucha gente, prácticamente todos los deportistas con los que he estado luchando de plaza en plaza. Es de agradecer” señaló Nazabal, poco amigo de discursos y de exteriorizar sentimientos. No obstante, ayer se le vía emocionado. Y no era para menos.

Con 47 años, Nazabal aseguró que no se arrepiente de haber dejado el hacha pero que le hubiera gustado hacerlo de otra manera, con una txapela. “Es lo que hay. En esta vida hay que coger las cosas como vienen” señaló. De sus 35 años en las plazas apuntó que “me quedo con todo. He conocido Euskal Herria y mucha gente. También con el día de hoy” aseguró. De cara al futuro, se mostraba ilusionado con que la saga continúe con su hijo Oihan, Nazabal IV. cómo lucía en su camiseta. Con dos años, iba a hacer su début en público ayer pero le pudo la presión con un frontón lleno. “Tiene mucha afición y trae maenra” aseguró su padre.