Pamplona - “Lo que vi cuando llegué al nacimiento del río ha sido lo más impresionante que he visto en mi vida. He bajado casi todos los grandes ríos del mundo, pero lo que nos encontramos allí era una auténtica bestia. No creía que algo así pudiera existir”.
Así narra Fermín Pérez, nacido en Aoiz y kayakista de profesión, lo que vivió cuando viajó con otros tres expertos piragüistas, los pasados meses de agosto y septiembre, al suroeste de Groenlandia en busca de ríos vírgenes que surgieran del campo de hielo para poder navegarlos. Un verdadero reto que nunca hasta entonces se había hecho. Las duras condiciones climáticas, la falta de información sobre el entorno y lo inaccesible del lugar había echado para atrás a todos los intrépidos, hasta que llegó el grupo formado por dos navarros, Fermín Pérez y Edu Sola, y dos guipuzcoanos, Aitor Goikoetxea y Mikel Sarasola; y lo consiguió.
La expedición duró dos meses y los cuatro aventureros descendieron el río más largo de todos, el río Kurssuaq (Río Grande en el idioma inuit), que nace en el campo de hielo groenlandés y recorre una distancia de 100 kilómetros hasta morir en un fiordo del Océano Ártico. Todo ello lo consiguieron en 13 días en los que, sin ayuda externa, portearon el peso de su kayak, comida y tiendas de campaña.
el proyecto
Cuándo surge la idea
“El año pasado, Mikel Sarasola y yo estuvimos en Nepal descendiendo el río de Humla Karnali, y me preguntó si había estado en Groenlandia. Le dije que sí, y entonces Mikel me preguntó a ver qué tal era, y a ver qué íbamos a hacer el año que viene. Así fue como, estando en Nepal, surgió la idea de irnos este año a Groenlandia”, relata Fermín Pérez después de la vuelta de su expedición.
“También estuvimos pensando que con el cambio climático podría haber más deshielo en los ríos, y ese dato nos llamó la atención. Pero buscábamos algo nuevo, diferente, que no hubieran hecho antes otras personas”. Pérez y su expedición no querían seguir los pasos de nadie sino crear su propio camino. En este tipo de deportes de riesgo, conforme se va adquiriendo conocimiento se eleva el nivel de dificultad y se buscan nuevas formas de descender los ríos. Y eso es lo que se propuso este cuarteto: explorar no solo un río nuevo, sino navegar por una isla casi inexplorada en rutas acuáticas. Eso significaba información casi nula del caudal de los ríos, y estar en un lugar como Groenlandia en donde no hay transporte con el que poder llegar a los nacimientos.
“Todo el trabajo previo puede servir o no, porque puede ser que llegues a Groenlandia y el río no tenga agua, o tenga mucha más de la que te hubieras imaginado. Entonces ese sabor de la exploración es lo que buscábamos y lo hemos conseguido, pero con muchísimo esfuerzo. Si no, no habríamos tenido esta satisfacción de haber hecho algo nuevo, de ser los primeros, de ser algo exclusivo”, explica orgulloso Pérez con una sonrisa que se le escapa entre los labios.
filmación de la expedición
La película ‘11 Fuentes’
Al grupo de Fermín Pérez le gusta documentar todos los proyectos que realizan. Prueba de ello es la película, llamada Humla, en donde se documentó el descenso desde el Tibet hasta la India cruzando el Nepal. Dicha película se presentará en el próximo festival de montaña de Bilbao que tendrá lugar en diciembre. Momento en el cual también se filmará un pequeño trailer sobre la experiencia vivida este verano pasado en Groenlandia.
“No somos gente que nos dediquemos a hacer películas, pero sí que nos gusta documentar los viajes que hacemos para después poder acercarlas a la gente y promocionar así el mundo del piragüismo”, afirma el agoizko quien también hizo referencia a un proyecto más global que está desarrollando, 11 Fuentes, en el que se presentarán los descensos de las fuentes más importantes del planeta: “Es un proyecto global a largo plazo. En él se podrá ver la Patagonia, el Amazonas, Groenlandia, los Pirineos, el Himalaya, etc. Todos los lugares que hemos documentado, aunque en todos esos sitios no hemos estado los cuatro, pero cuando se termine, será algo de todos, un film muy bonito”.
el patrocinio
Importante en el piragüismo
Como en todos los deportes actualmente, el patrocinio es algo indispensable. Aunque quizá más en este tipo de expediciones ya que tan solo el viaje de ida y vuelta a Groenlandia, quitando los gastos que se realicen allá, se estimaba en “5.000 euros” afirmaba Fermín Pérez que recalcó que esta expedición no habría podido salir adelante sin el apoyo de los patrocinadores que les ayudaron: “Hemos tenido suerte porque Groenlandia es una isla desconocida y conseguimos que el Gobierno de allá nos ayudara. También la Sección de Turismo de Groenlandia nos echó una mano porque están interesados en que se conozca más la isla al ser un destino para gente pionera. Del mismo modo, otras dos agencias de viajes participaron en el proyecto, al igual que nuestra marca de piraguas, Jackson Kayak, que es patrocinador habitual en nuestros viajes”.
Y es que ya no solo era el gasto del viaje, si no que la estancia allá también incrementaba el precio de la expedición. Al ser Groenlandia un país que no posee carreteras, todo funciona mediante lanchas, por lo que el cuarteto español tuvo que alquilar una para desplazarse a cualquier región. Algo que también variaba dependiendo del tiempo ya que si el aire era muy fuerte, la lancha no podía viajar hasta que calmara el clima, como bien reconoce Pérez: “En Groenlandia el clima es muy cambiante y hay vientos de 150 km/h, con eso la lancha no puede funcionar y puedes tener que esperar una semana para poder viajar. Nosotros nos desplazamos en lancha hasta el final del río, donde confluía en el mar, ahí ubicamos nuestro campamento base dejando comida para diez días, y después nos cogimos el resto de la comida y remontamos el río”.
el ascenso del río
Con toda la carga a sus espaldas
Para remontar el río, la expedición de Fermín Pérez lo hizo de forma paralela por el curso de un río cercano que estaba casi seco ya que el camino del río Kurssuaq estaba encañonado y era imposible transitarlo. A sus espaldas llevaron, en todo momento hasta el nacimiento del río, un peso de 50 kilos compuesto por la comida, las tiendas de campaña y las piraguas. Esos seis días con esa gran carga en la mochila provocó que al llegar al nacimiento del río, todos los miembros del equipo estuvieran más cansados para el descenso.
“Fueron 6 días, más o menos, hasta que llegamos al nacimiento. Para cargar con 50 kilos tantos días hay que estar en buena forma física, tampoco hace falta ser un portento, pero se debe tener preparación. Lo difícil es el descenso que es en lo que nosotros somos expertos, y llegar cargados por ese peso es una manera de completar la expedición. Te da la idea de lo alejado que te encuentras, de lo aislado que está el río que vas a descender. Hoy en día las expediciones se hacen demasiado preparadas, pero si tú lo haces todo tiene más mérito al no contar con ayuda externa. Cuando empiezas el descenso llevas casi una semana cargando 50 kilos, y ya estás un poco cansado, y más limitado. Pero es mejor hacer las cosas a la vieja usanza, no con un helicóptero que te sigue a todos lados. Con tanta tecnología no se sabe ya dónde está el límite. Así no se pierde la esencia de la exploración, es nuestra manera de pensar”, aseguraba Pérez sobre su manera de llevar a cabo el novedoso viaje.
Lo más difícil, el descenso
El Kurssuaq, el más peligroso
Fermín Pérez reconoce que nunca había visto nada igual a lo que se encontró cuando llegó al nacimiento. Un río impenetrable con enormes cascadas, rápidos extremadamente difíciles y unas grandes paredes de hielo que salvaguardaban el caudal por ambos lados. Y eso que el kayakista ha recorrido medio mundo en busca de los ríos más difíciles, pero hasta ese día, no había visto algo como el Kurssuaq de Groenlandia.
“El río que nos encontramos era una auténtica bestia. He estado en el Himalaya, India, Laos, Chile, la Patagonia, Colorado, México, Ecuador, Argentina, Perú, etc. En casi todos los sitios del mundo donde se puede estar, y nunca había visto algo semejante. Es la primera vez que veo unos rápidos así, era espectacular, no me podía creer que eso pudiera existir. Nunca había visto la mezcla de glaciares con hielo cayendo al río, y, a su vez, el río metiéndose dentro del hielo y saliendo por el otro lado en forma de cascada. Lo mejor de todo fue superar todas las adversidades como que las paredes del río se nos pudieran caer encima, superar los rápidos, prever las cascadas... El descenso ha sido muy difícil pero lo hemos sabido gestionar y, sobre todo, disfrutar”.
al mal tiempo, buena cara
Los peligros de Groenlandia
En los 13 días en los que la expedición completó su recorrido tuvo que hacer frente a una climatología muy irregular. Los veranos de Groenlandia se componen de 18 horas de luz al día, con una gran radiación, y una temperatura de 5 grados de día y menos 2 de noche. A todo eso tuvieron que hacer frente los cuatro kayakistas cuando por el día se desplazaban hacia el nacimiento del río, y por la noche acampaban.
“Lo peligroso de Groenlandia son los vientos y las tormentas. Los vientos a veces son tan fuertes que no puedes aguantarlos porque te cortan la cara, y si la lluvia dura varios días, tienes que estar todo ese tiempo metido en la tienda sin poder avanzar porque son tormentas con mucha fuerza. Durante la expedición, nos tocó quedarnos un par de días en la tienda por la lluvia sin poder avanzar porque es muy peligroso”, asegura Pérez.
Pero, a pesar de esas adversidades, los cuatro compañeros lograron lo que nadie había hecho hasta entonces: descender el río Kurssuaq. Para ellos fue una expedición inolvidable que, gracias a las grabaciones realizadas, no quedará en el olvido y se podrá disfrutar el año que viene cuando la película esté editada y lista para su disfrute.
futuros proyectos
Agradecimientos
Mientras transcurre ese tiempo, Fermín Pérez seguirá con su trabajo de profesor de aguas bravas en su empresa River Gurú, la cual dirige junto con dos amigos, y en la que ofrece actividades de rafting y barranquismo, entre otras. A la vez que seguirá eligiendo su próximo destino que aún está entre Paquistán y Australia.
“Quiero seguir con el proyecto de Las 11 fuentes por lo que no sé cuál será mi próximo destino. Tal vez Australia o Paquistán, pero el objetivo es, con el tiempo, completar todas esas fuentes. Es un propósito personal muy grande, y tengo muchas ganas de completarlo”.
Pero echando la vista atrás, Pérez sabe que todo lo conseguido no habría sido posible sin su principal patrocinador, Jackson Kayak, marca que le ha ayudado siempre: “Es un placer poder contar con ellos, nos invitan a eventos, a mítines, realizan reuniones para que nos conozcamos entre los deportistas, etc. Sin ellos no podríamos haber hecho todo lo que hemos hecho. La película también está dirigida a ellos, para agradecerles su papel y que vean que el piragüismo tiene cada vez más repercusión en los medios”.