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HALTEROFILIA
Imanol PedreñoDeportista de kettlebell

“La competición de kettlebell consiste en diferentes ejercicios con una o dos pesas rusas de distintos kilajes”

Tras alzarse con tres oros nacionales, dos en long cycle y otro en pentatlón, Imanol Pedreño busca en el Mundial de Hungría el oro en la especialidad clásica y media maratón.

“La competición de kettlebell consiste en diferentes ejercicios con una o dos pesas rusas de distintos kilajes”Cedida

En una apuesta arriesgada, el pamplonés Imanol Pedreño optó en su vida por un camino que la mayoría nunca hemos contemplado: el kettlebell. Cuando existe una verdadera afición, ninguna excusa es suficiente impedimento par abandonar esa pasión que, en el caso del navarro, le inundó hace ya siete años. El navarro de 31 años debe llevar a cabo seis e incluso siete entrenamientos semanales para llegar en la mejor condición física a cada prueba. Desde 2016 ha cosechado numerosos campeonatos de España, además de haber logrado ascender al escalón más alto del pódium mundial hasta en seis ocasiones. Imanol nos ha explicado el funcionamiento de este desconocido deporte, además de repasar la trayectoria que le ha llevado a su consagración como uno de los principales referentes a nivel mundial. Eso sí, sin olvidar la gente que le ha acompañado y ayudado en su camino para que todo esto pudiera suceder.

¿En qué consiste este deporte? 

–Es similar a lo conocido, comúnmente, como pesas. Se trata de elevar una o dos pesas rusas con las manos. Tienen una asa y son de forma circular con distintos kilajes. El kettlebell es un deporte recogido por la federación italiana, que también es la Federación Internacional (WKFS). Hay dos federaciones. La otra otra es la IKMF. Dentro de estas dos ramas se desarrolla la competición del kettlebell, y se puede elegir cualquiera de los Mundiales o Europeos organizados por ambas. La diferencia es que cada Federación modula unas disciplinas distintas, a partir de las que escoges el evento. A mí, personalmente, me gusta más la italiana, la WKFS. Es la más exigente.

¿Cómo se inició en el kettlebell? 

–La historia es bonita. Mi entrenador hoy día, Edu Díez, ya fue mi entrenador de fútbol cuando tenía cuatro años. Le fichó Osasuna y durante un par de años perdimos el contacto. Él es para mí como un hermano mayor. Le debo todo. Estuvo en mi comunión, también en mi boda, es amigo de mis padres. Perdimos el contacto cuando se fue a Osasuna, y en ese período de tiempo le salieron hernias discales, por lo que estuvo dos años out. También es verdad que le daba a todo: hacía fútbol, kikboxing, boxeo... Estuvo dos años doblado, sin poder moverse, y los médicos le dijeron que se operase, pero no quiso hacerlo y descubrió la kettle. Desde que empezó no la ha dejado. A día de hoy hay gente que entrena con él solo para no tener dolor en las hernias discales. Gracias a Edu soy quien soy en esto del kettle, y él sigue compitiendo conmigo, en categoría élite. Edu montó un box, y desde hace siete años que empecé con él a practicar esta modalidad, con diferentes ejercicios y técnicas que me ha ido enseñando, además de que hay que tener muchísima paciencia. Él hace lo que le gusta, que es enseñar, y ha conseguido sacar lo mejor de mí.

¿Quién es el que consigue llevarse la victoria en la competición?

–Cada categoría la gana aquel que más puntos consiga en esa modalidad. Yo tengo el récord mundial en la categoría de pentatlón, además del récord mundial de 40 kilos en media hora, con 303 repeticiones. También con 32 kilos, llegué hasta las 373 repeticiones en treinta minutos.

¿Puede hablarme acerca de su palmarés o últimos logros?

–Empecé a competir hace siete años. He sido varias veces campeón de España en diferentes modalidades, con récords nacionales e internacionales. En esta disciplina, el salto entre campeonatos de cada país y los Mundiales o Europeos es muy grande. A un Mundial van los dos mejores de cada especialidad, que se llama movimiento. Mi movimiento esencial y el que más me gusta es el levantamiento de las kettle con barra. Parecido a la halterofilia, pero en kettle. El otro movimiento en el que estoy especializado es el pentatlón, que consiste en cinco ejercicios a realizar en media hora, con descanso de cinco minutos entre cada uno. En función del tipo de levantamiento existe un mínimo de repeticiones que hay que cumplir en esos seis minutos, pudiendo superar ese mínimo exigido si la idea es ir a por un récord, por ejemplo.

¿Cuál es su objetivo en el próximo Mundial de junio?

–Todo el que me pregunta por mis objetivos en el campeonato del Mundo, le digo: voy a ganar. No me bajo los pantalones ni voy a lo seguro, porque puedo decirte que voy a por el podio, que ya sería un resultado enorme, pero siendo sincero, voy a ganar. Hay que ser conscientes que es un Mundial, e igual que en el fútbol u otros deportes, tiene mucho mérito estar presente en él, y cada cita la tomo como una oportunidad que me brinda el haber apostado por este deporte. En el Mundial hay gente con becas, de EEUU., gente también de Brasil, del resto de América y Europa, por lo que la dificultad es máxima.

¿A qué especialidades o movimientos se presentará en el Mundial?

–La competición mundialista se denomina categoría élite, que es la máxima en la que se puede competir, y soy el único que va desde España. Las dos modalidades en las que competiré serán en clásico, que es con dos bolas de 23 kilos cada una, y en la media maratón élite, que son 30 minutos con 32 kilos en ciclo completo. En esta última prueba se trata de hacer las máximas repeticiones en diez minutos. Durante ese tiempo, la kettle se puede dejar en el suelo cuando quieras, pero se para el tiempo. El objetivo lo fijo en la victoria de esas dos pruebas y, si me permite la economía, ojalá estar en Bélgica en noviembre.

¿Debe pagarse usted los costes de los materiales y el gimnasio?

–Sí, absolutamente todo. Ahora ya no estamos en el box que construyó Edu, sino que entrenamos en el pabellón del pueblo de Esquíroz, donde hay que pagar una cuota de entrada al gimnasio, además de la sala que nos dejan específicamente para ello. Edu cobra los entrenos a quien de las clases. Ha estado mucho tiempo sin querer cobrarnos nada, enseñándonos gratis, y le dije que nadie entrena gratis.

¿Todo el desembolso que suponen los desplazamientos y sus gastos también corren a su cargo?

–Hasta ahora he tenido que pagarme todos los gastos yo, incluidos los desplazamientos a cada evento. Este año decidí que si no conseguía ningún patrocinador, dejaba de competir, porque ya era mucho dinero. Por suerte, me han salido un par de patrocinadores que me costearán los viajes.

¿Su peor momento?

–Tengo varios. En cuanto a lesiones, que suelen ser lo que más desespera, no he tenido ninguna seria. El peor sabor de boca lo tuve en el Mundial del año pasado, donde me quedé frustrado conmigo mismo porque se me agarrotó el brazo. Fue un dolor increíble, y aún me acuerdo que fue en la repetición 30. Iba segundo y al final me ganó un italiano por dos repeticiones. No sentía el brazo ni la mano.

¿Y el mejor?

–Cuando acabé la media hora con 40 kilos y pasé de las 300 repeticiones el fin de semana del 25 de marzo en Valencia. Para mí fue un gran éxito.

¿Se puede vivir del kettlebell?

–Hay gente que en otros países está becada y con la práctica del kettle se ganan la vida, pero no es lo normal.

Además de sus aspiraciones en el Mundial, ¿se ha marcado algún reto próximo?

–Realmente, es algo más que un reto. Sueño con que el kettlebell se convierta en deporte olímpico. Es muy difícil que sea así, pero ir a unas olimpiadas sería una locura. Están peleando por ver cómo se puede hacer. Por ahora, sacar el oro en media maratón sería increíble. Entrenando y sudando, seguro que llegarán los resultados.

¿Qué le motiva a seguir entrenando cada día tan duro para afrontar lo que venga en la mejor condición?

–Sin mis patrocinadores Pamplona Comercial, Bar-Restaurante La Espiga y la asociación de feriantes (AIFNA), no podría haber acudido a los eventos donde he estado. Ellos me están aportando una ayuda económica que me permite costear los viajes este año. Para mí, poder competir es como si me tocara la lotería, porque mi economía no me da para los viajes. Eso me motiva para seguir peleando, porque sé que hay gente que ha confiado mucho en mí, lo que también me enorgullece. No puedo olvidar tampoco mi trabajo, y no me cansaré de agradecerles que me concedan los días que necesito para competir. Todo ello me ha dado fuerza para entrenar más y más duro, pues pensaba que este año ya no competía.

¿Hasta qué edad tiene pensado competir?

–En este deporte la gente compite al nivel que crea conveniente. Hay gente que con 70 años sigue compitiendo sin problemas. Yo, mientras tenga salud, esté en forma y la economía me lo permita, lo seguiré haciendo.