Raúl Escudero: "El debut siempre es un día especial, para mí es un momento soñado"
El boxeador navarro se estrena este sábado como profesional en el Labrit
Hace casi 10 años que a Raúl Escudero le picó el gusanillo por el boxeo. Por aquel entonces, Rayito –como más tarde le apodaría su entrenador– también jugaba a fútbol. Sin embargo, llegó un día en el que lo tuvo claro, y decidió apostar todo por lo que le apasionaba, subirse a un ring y convertirse en boxeador profesional.
Este sábado, casi 10 años después, Escudero va a cumplir uno de sus sueños sobre el cuadrilátero, al realizar su debut profesional en el Labrit.
¿Cómo están siendo estos días previos a su debut?
–Con mucha ilusión. La última semana es la peor para un boxeador, porque te tienes que quitar todo el peso antes del pesaje. Pero como es la primera pelea y es en el mejor frontón de Pamplona, voy con ganas e ilusión.
Ese proceso de preparación para el día del pesaje, ¿Cómo lo lleva?
–De normal peso 63 o 64 kilos y siempre he peleado en la categoría de 57. Aunque cada vez me cuesta más, un mes antes empiezo con una dieta estricta y suelo llegar a los 60. Y, a partir de ahí, lo que hago es quitar el agua. El domingo de la semana anterior empiezo a cargar agua, que es beber cinco litros al día domingo, lunes y martes, y miércoles, jueves y viernes, dependiendo del peso en el que esté, bebo una cantidad u otra de agua, pero siempre poco esos tres últimos días. Además, me pongo los plásticos para sudar y suelo entrenar con ellos para quitarme todo el peso posible. Al ser profesional, es la primera vez que me voy a pesar el día anterior al combate, que es una ventaja. El viernes antes del pesaje puedo entrenar y quitarme los dos últimos kilos y luego recuperarme hasta el día siguiente.
¿Qué espera del día del debut?
–Me hace ilusión por varios motivos. Lo primero, por el sitio, además de que peleamos muchos de mi gimnasio y estoy aquí gracias a ellos. Al final paso a profesional yo, pero ellos también pasarán dentro de unos años. Además es mi debut, que siempre es un día muy especial. Lo que quiero es que todo salga bien y que mis compañeros ganen, y yo también. Si puede ser rápido, mejor.
Quiero que todo salga bien y que mis compañeros ganen
¿Y del combate en particular?
–Peleo con un gallego que tiene más experiencia que yo, lleva ya 10 peleas en profesional. Además me han dicho que sido campeón o subcampeón del mundo en kickboxing, el tío tiene su camino hecho y es mayor que yo, pero vengo con muchas ganas, con hambre y rodado, que pase lo que tenga que pasar. Hay que tener respeto a todos los rivales, pero no voy con miedo. No voy a ir a por el ko, voy a ir a boxear, que es lo que sé hacer.
Personalmente, ¿qué le supone este estreno en profesional?
–Es comenzar una nueva era. En amateur no importa el récord, vas a algún campeonato de España o con la selección, pero el récord no cuenta. Yo he sido campeón de España y en torneos internacionales, ahora que soy joven y tengo ganas hemos decidido dar el salto a profesional y comenzar otra etapa. Ahora importa mucho el récord, pero yo quiero pelear con todo el mundo y durar lo que dure. Llevaba ya 75 peleas en amateur y vi que era el momento.
Para mí esto es comenzar una nueva era
Más allá de esos campeonatos de España, ¿es este debut uno de sus momentos soñados?
–La verdad que sí. Nunca habíamos hablado lo del Labrit, aunque mi entrenador me dijo hace dos años: "Imagínate que debutas en el Labrit". Yo pensé que estaría guapo, y cuando me lo dijeron me hizo mucha ilusión. Además, va a venir mi familia, los colegas, los del trabajo, mi novia… Va a ser un gran día.
Un gran día que no sé si se imaginaba cuando comenzó, ¿cómo fueron sus inicios en el boxeo?
–Mis amigos y yo solíamos ir a las piscinas a ver vídeos de ko’s de boxeo en el móvil. Además, ya estaba un poco cansado del fútbol y se lo comenté a mis padres. Dio la casualidad de que mis padres eran amigos de mis entrenadores y daban clases al lado de casa, así que vine a probar. La primera vez era todo muy nuevo, pero me picaba la curiosidad, yo tenía 13 años. Empecé y desde el principio era muy rápido y explosivo. El primer año salía de entrenar de fútbol y venía al gimnasio, hasta que me cansé del fútbol y lo dejé porque lo tenía claro. Ahí empecé a hacer peleas y hasta el día de hoy.
En esos comienzos le bautizaron como Rayito, ¿de dónde surge ese apodo?
–Cuando empecé era un chaval muy pequeño, pesaba unos 45 kilos y era muy rápido. Mi entrenador Richar me decía que era muy rápido y que me iban a llamar Rayito, con 15 años que tendría.
Cuando empecé era pequeño y rápido, así que me apodaron Rayito
Su hermano también boxea, ¿cómo es su relación en el ring?
–Yo empecé un poco antes que él, aunque hemos estado juntos en algún equipo y en campeonatos de España. Lo de las peleas lo hemos vivido los dos juntos, siempre ha venido a verme y yo a él. Para mí es un gusto poder entrenar con él todos los días, porque es de mi nivel y me puede entrenar como mi entrenador. Además, es el que me venda y el que me ayuda con todo.
¿Cómo ve su futuro en el mundo del boxeo?
–Siempre pienso a lo grande, mi objetivo es ser campeón del mundo. Ahora quiero ir haciendo peleas poco a poco, en amateur he estado haciendo 15 o 16 por año. En profesional se boxea mucho menos, mi intención es acabar el año con un 6-0, que es un montón. Luego, a largo plazo, también estoy trabajando ocho horas diarias en una fábrica de mantenimiento y me tengo que apañar con los entrenamientos. Pero todo se irá viendo.
¿Cómo compagina ese trabajo con lo que exige ser deportista profesional?
–Desde pequeño me he acostumbrado a ir al colegio y entrenar todos los días, ahora trabajando es lo mismo. Me levanto a las cinco de la mañana para trabajar y luego a entrenar. Además, estar en el gimnasio, para mí, es como estar en la bajera. Hemos hecho piña y hay un montón de mi cuadrilla, somos amigos.
¿Cómo se define como boxeador?
–Aunque sea pequeño, soy fuerte. Además, soy muy atrevido, puedo pelear contra cualquier boxeador, me cubro bien… Puedo hacer todo tipo de boxeos.