Convivir con una mascota implica aprender a compartir espacios, a hacerse a los hábitos de cada cual y a disfrutar de la mutua compañía. Y en toda convivencia de vez en cuando aparecen roces. Para los que tiene perro en casa, uno de sus acciones que más problemas les causas consiste en que el can se frote con fruición, y hasta con ansia, contra los muebles, especialmente contra el sofá o una cama.

Lo normal para el humano es querer que al animal deje de hacerlo para que la tela deje de sufrir un desgaste extra o evitar que sus entusiastas empujones desplacen el mueble con su humano encima.

Pero para poder conseguirlo lo primero es identificar el motivo por el que lo hace. Son variados y la mayoría no son preocupantes, aunque alguno de ellos puede necesitar la intervención de un veterinario. Una intervención conductual suele ser suficiente, aunque a veces requiera una consulta con un experto en comporta,miento canino.

Tras el baño, algunos perros buscan recuperar su olor habitual revolcándose en su rincones preferidos. Freepik

Quiere recuperar su olor habitual

Es un clásico. Acabas de bañar al tu perro y los champús, jabones y otros productos le han dejado un olor que el perro no reconoce como propio. También puede pasar que el olor que se les queda les resulte muy fuerte o molesto. Hay recordar que su olfato es más fino que el nuestro, a lo que se suma que no tenemos los mismo gustos. Así que una vez acabado el proceso de limpieza y liberado de las toallas y secadores puede correr a buscar un rincón en el que tratar de recuperar su propio olor, eliminar el que le molesta o sustituirlo por uno más familiar. Para ello acudirá a sus rincones favoritos, los que ya tengan impregnados esos olores que echa de menos. Los más normales serán su cama, el sofá donde se tumbe para recibir mimos, la cama de los humanos junto a la que duerme. Eso si no decide revolcarse durante el paseo por la hierba, la tierra o excrementos para elimniar el que le molesta.

Para evitar o corregir esta actividad se le puede sacar de paseo al terminar el baño para que también le sirve de desahogo si es de los que llevan regular el proceso del baño. Otra opción es distraerlo con juegos para que se olvide de su ansia. Si tiene una manta, ofrecérsela para que se frote con ella puede desviar su atención.

Es un desahogo para soltar energía

En línea con lo anterior, el baño y el secador han podido resultarles un tanto estresante, sobre todo las primeras veces y necesita moverse, correr y frotarse contar algo para soltar los tensiones que ha acumulado. También puede ocurrir cuando lleva una vida un tanto monótona en la vivienda, sin demasiados estímulos por lo que necesita desfogarse con este tipo de comportamiento. De hecho, muchas mascotas, perros, gatos y hurones, suele sufrir episodios momentáneos de locura transitoria llamados FRAP en los que corren por toda la casa y a veces se frotan de forma brusca.

Para evitarlo es conveniente enriquecer el ambiente con juegos y juguetes que los distraigan, sacarlos a pasear, socializarlo con otros perros.

Una llamada de atención para lograr mimos

Si en algunas ocasiones, sobretodo las primeras veces, se le ha recompensado su frotar contra un mueble con un caricia o con un rato de atención, cuando esté aburrido o no le prestemos el caso que él quiere en ese momento, es fácil que repita la acción para conseguir nuestra atención, nuestros mimos.

Por ello, la forma de corregir cambiar esto es no prestarle atención cuando lo haga y premiarlo cuando se acerque y no toque el sofá. Puede llevar un tiempo, paciencia y un retapizado, pero se acabará salvando la nueva tela.

Un picor que no puede aliviar con normalidad

Cuando un perro o un humano siente un picor, lo normal es rascarse con más o menos discreción. Los perros utilizan las patas o los dientes para aliviarse, pero a veces la zona afectada no está en un buen sitio y necesitan otras herramientas para hacerlo. Una esquina de un mueble, una puerta o la tela rugosa de la alfombra o el butacón son opciones que tiene a mano. Si este comportamiento es reiterado y duradero en el tiempo se impone una exploración para comprobar si tiene pulgas, parásitos externos, alguna lesión cutánea, hongos o algo similar. Si hay algo de esto, no queda otra que acudir al veterinario para solucionarlo.

Revolcarse en un espacio blando y acogedor puede ser simplemente un juego. Freepik

Simplemente, le da gustirrinín

A veces es simplemente un juego, le gusta la sensación. Revolcarse por una superficie más o menos cómoda le puede causar placer cuando está relajado. También es un momento en que aprovecha para dejar su olor y reconocerlo como un lugar seguro

La forma de evitarlo es enseñarle que ese no es su sitio y que no debe frotarse en él. Para ello hay que ofrecerle alternativas que le resulten cómodas y premiarlo cuando las use. Reeducarlo requiere disciplina, paciencia, constancia y coherencia, todos los miembros de la familia deben remar en la misma dirección para lograrlo.