El primer celo en la convivencia entre un humano y una perra puede producir muchas dudas y miedos entre los humanos. Las perras se limitarán a actuar como se lo indique su naturaleza e instinto. Aunque hemos podido adoptar de adulta sin esterilizar, normalmente este primer contacto ocurre cuando la perra tiene su primer celo, entre los seis meses y el año de edad, haciendo que en el humano que se estrena como cuidador surjan muchas dudas y los miedos. Las atenciones de machos desarrollados pueden agobiar mucho tanto a la perrita como al humano. Hay que estar especialmente atento para evitar camadas indeseadas.

Cuando una perras se encuentra en celo lo mejor es llevarla sujeta con una correa durante el paseo. Freepik

Pero, ¿que es el celo?

El celo, en las perras y el resto de animales, es la parte de su ciclo reproductivo en la que sufren cambios físicos y hormonales que les hacer ser fértiles y poder quedarse preñada si un perro las monta. Esta situación ocurre cada seis meses, más o menos, y puede durar entre dos y tres semanas. Esto dependerá de cada individuo, que tendrá sus propias características.

Este parte del ciclo reproductivo tiene dos fases el proestro y el estro. Durante la primera fase, el proestro, la perrita sangra un poco pero no se muestra receptiva a las atenciones de los machos. Además la vulva se le inflamará. Durante la segunda, el estro, ya no manchará pero sí aceptará que los machos la monten, por lo que no hay que fiarse si no notamos síntomas externos de este estado pero sabemos que no ha terminado el celo.

Durante este periodo, la perra se lamerá la vulva con frecuencia, lo que retirará la mayor parte de sangrado, aunque si se podrán encontrar gotitas de sangre. También orinará más veces, dejando su olor para que los perros se enteren de su estado y marcando el territorio. Eso sí, las cantidades serán menores que en su estado normal. Les cambiará el carácter, unas demandarán más atención y mimos, mientras que otras pueden volverse más hurañas, esquivas o incluso un poco agresivas. También puede hacer alteraciones en los patrones de alimentación y de sueño, disminuyendo el primero y aumentado el segundo.

Qué se puede hacer

La solución más sencilla para evitar complicaciones, y la primera como ya se ha señalado es un embarazo no deseado, es la esterilización, el vaciado. Así se evitan problemas y se disfruta de paseos más tranquilos. Además, según los veterinarios, también se pueden prevenir algunos problemas de salud como los tumores en los ovarios y de mama además de posibles embarazos psicológicos.

Ante esta posible esterilización hay un cierto debate. Aunque se puede hacer a cualquier edad, si no se tiene intención de cruzarla en algún momento, recomiendan hacerla en torno a su primer celo. Y aquí es donde hay ciertas discrepancias entre los que se inclina por hacerlo antes de que lo tenga, y los que opinan que hay que esperar a que culmine el ciclo completo. Hay otros métodos para evitar el celo a base de inyecciones o de pastillas, pero son temporales y algunos pueden tener efectos secundarios.

Si no hay vaciado

Para uno de los efectos más conocidos del celo, el manchado, se puede emplear unas braguitas que se le colocan en casa y evitan que las gotas de sangre caigan en cualquier sitio o que su lugar descanso favorito, donde es fácil que pase más tiempo del habitual, se ensucie demasiado. Las hay de varios tipos y algunas, además de los orificios correspondientes para que encajen las patas y el rabo puede llevar bolsillo para una minicompresa. Hay que tener en cuenta que no son para llevar por la calle ni para evitar que un macho las monte. En el exterior deben ir libre para poder orina y defecar.

Cuando se salga de paseo, la perra debe ir siempre sujeta con la correa para evitar que puede escaparse, bien para acercarse a un macho cuando esté receptiva, durante el estro, o para huir de uno que la atosigue demasiado cuando no está receptiva, durante el proestro.

Para mayor tranquilidad, es mejor evitar las zonas más concurridas por otros perros, no entrar en los pipicanes o variar las horas de paseo buscando las más solitarias. De todas formas no hay que olvidar que las feromonas que desprenda nuestra perra llegarán lejos y los perros tienen un olfato muy fino.

¿Y si convive con un macho?

En caso de que en el hogar familiar haya más perros y alguno sea macho, lo más sencillo es mantenerlos en habitaciones separadas y que no estén nunca juntos mientras dure el celo. Puede haber mucho gimoteo y escenas que recuerden a Romeo y Julieta con una puerta en medio. En estas ocasiones el macho puede que orine junto a la puerta de la hembra, por lo que también hay que estar atento para evitarlo y limpiar inmediatamente para que no queden olores.

De todas formas, la nueva Ley de Bienestar Animal establece que en caso de convivencia de dos animales de sexo distinto y no hay intención de cría, uno de los dos debe estar esterilizado.