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Con estos trucos te resultará más fácil darle a tu gato las pastillas recetadas por el veterinario

Medicar a nuestros felinos caseros puede convertirse en un serio problema ante su resistencia a ingerir algo que no saben qué es y huele raro

Con estos trucos te resultará más fácil darle a tu gato las pastillas recetadas por el veterinarioFreepik

Entre las peculiaridades de los gatos domésticos destaca lo desconfiados que son. Y una de las cosas ante las que son más reticentes es lo relacionado con la comida, mientras que odian de forma activa cualquier manipulación para hacer algo que no quieren. El momento de medicarlos, de darles esa pastilla o ese jarabe recetado por el veterinario, une las dos cosas.

Para que este trance pase rápido y sea lo menos traumático para las dos partes, es oportuno conocer una serie de trucos que ayude a que nuestro gato reciba su dosis.

Un gato se resiste a tomar su medicamento.

Cómo darle una pastilla a un gato

Si ya darle a un perro su medicación puede ser algo problemático, y eso que tienden a ser un poco aspiradoras con lo que pillan por la calle, llegando a escupir la pastilla mejor envuelta en jamón o untada en paté, con los gatos el desafío aumenta varios niveles.

De natural, desconfiando hasta con la comida que ya conocen y tienen costumbre, lo de abrirles la boca, meter la pastilla y lograr que la traguen, casi que no. Y es “casi” porque hay gatosde todo tipo y algunos son más receptivos que otros. Para conseguirlo hay que tratar de ser más astutos que ellos e intentar colársela. Por este motivo, los siguientes tres trucos pueden resultar útiles en este delicado trance. Algunos de ellos tienen variantes según las circunstancias.

Abrir la boquita, meter la pastilla y tragar: ojalá fuera tan fácil. Para mucha gente, darle pastillas al gato es todo un desafío. De hecho, más de un tratamiento se ha tenido que interrumpir porque el minino no quería tragarse los comprimidos.

Por desgracia, no puedes explicarle a tu gato que los medicamentos son necesarios. Así pues, lo único que te queda es la astucia y el engaño. En este artículo te ofrecemos los mejores trucos sobre cómo darle una pastilla a un gato.

Triturar la pastilla y camuflarla

Es el más básico. Se basa en reducir a polvo la pastilla necesaria y dársela mezclada con la comida o con agua. El sistema es tan sencillo como machacar en un mortero la pastilla prescrita hasta reducirla a un polvo fino en un mortero que se tenga en casa. Si el tratamiento va a ser largo, lo mejor es comprar uno en una farmacia para no usar el de la cocina y evitar problemas de contaminación. Eso sí, comenta con el veterinario si tiene intención de hacer este truco, y es que no todos los comprimidos se pueden machacar.

Una vez dado este primer paso, llega el momento de intentar colársela a nuestro gato. Las posibilidades son tres. La primera es, simplemente, mezclar bien el polvo en una cucharadita de paté, de crema para gatos o de su comida húmeda preferida. Bastará con ofrecérsela y dejar que vaya lamiéndola. Si está bien machacada, entrará sin problemas. Una segunda posibilidad es mezclar este polvo con la comida. Puede darse el caso de que la pastilla tenga un olor fácilmente detectable por el fino olfato del gato; para superar este obstáculo, basta con machacar también unos bocaditos de aroma intenso para ponerlo con la comida habitual.

Finalmente, este polvillo se puede mezclar con agua, pero para administrárselo hay que utilizar una jeringa sin aguja. Una vez absorbido el líquido, se introduce por la comisura lateral de la boca. Este último es el método indicado, en principio, para gatos enfermos inapetentes.

Ojo con los productos lácteos, yogures, quesos de untar o leche: hay medicamentos que no se pueden tomar con derivados de la leche. Una vez más, preguntar al veterinario. Otra pega de este método es que es complicado administrar la dosis correcta de cada toma, ya que quedará polvillo en los recipientes.

Una golosina es una buena opción para camuflar una pastilla.

Camuflar una pastilla entera

En el caso de las pastillas que no se puedan machacar, se puede intentar camuflarlas envolviéndolas en algo que les guste mucho, como se hace con los perros. La única condición es que la envoltura les guste tanto que no duden en comérsela de un bocado. Puede ser un trozo de salchicha, un trozo de palito masticable o unas chucherías con un hueco dentro especial para esta función. Eso sí, antes de meter la pastilla en una de estas, hay que dársela a probar para comprobar que le guste.

Por cierto, si la pastilla es grande, se puede partir por la mitad y dársela en varios bocaditos.

Pastilla directa a la boca

Este método es de acción directa y especialmente recomendado para gatos inapetentes que no se van a acercar por iniciativa propia a la comida. Al necesitar manipulación del gato, hay que tomar una serie de medidas preventivas, como es el truco de la toalla. Es tan sencillo como envolver al gato en una tela. Sobre una superficie o sobre nuestras piernas se coloca la toalla y encima al gato. Mientras se le sujeta con una mano firmemente, con la otra se le envuelve por encima con uno de los lados y se hace un rollo de gato. Dejando la cabeza fuera, las patas quedan sujetas. Otra persona se encarga de darle la pastilla.

Para ello, se sujeta la pastilla con los dedos pulgar e índice. Con la otra mano se abre la boca al gato metiendo el dedo índice en el hueco detrás de los colmillos. La cabeza del gato debe orientarse un poco hacia arriba. Ahora, con el dedo corazón de la mano que sujeta la pastilla, se le baja la barbilla y desde delante de la boca se pone la pastilla lo más al fondo posible, en la base de la lengua, para que solo la pueda tragar y no escupir. Ojo con los posibles mordiscos.