Vamos circulando de noche en nuestro vehículo y de repente nos sorprende una de esas tormentas cuyos relámpagos iluminan todo a nuestro alrededor como si se hiciera de día.

Para evitar sufrir un accidente en esas circunstancias, en primer lugar deberemos adaptar nuestra forma de conducir a esa climatología adversa: la velocidad será acorde a la visibilidad, al tráfico y a las condiciones de la vía; evitaremos maniobras bruscas y guardaremos la distancia de seguridad por si el coche se desliza más de la cuenta sobre el pavimento mojado. ¡Mucho ojo con el temido aquaplaning!

En momentos así, se pone también a prueba el mantenimiento de nuestro vehículo. Llevar los limpiaparabrisas y los faros en perfecto estado nos permitirá una correcta visibilidad y tener los frenos y los neumáticos en condiciones nos garantizará una conducción firme y segura.

Las cifras que se manejan sobre los rayos de las tormentas son asombrosas: un rayo es capaz transportar corrientes de hasta 800.000 voltios de tensión que suponen 30.000 amperios, los cuales generan calor por valor de 8.000 grados centígrados de temperatura. En resumen, ¡imposible sobrevivir al impacto de uno de ellos!

Un espejo retrovisor lleno de gotas de agua en un día de lluvia. Freepik

Sin embargo, más de una vez habrás escuchado que el coche, un objeto aparentemente muy frágil frente a la magnitud del rayo, es un lugar seguro en caso de tormenta y que es el mejor sitio para refugiarnos de una posible descarga eléctrica. Pero, ¿sabes por qué?

La principal razón, además de que las ruedas son aislantes, es que la carrocería del vehículo es conductora de la electricidad. Esto se debe al denominado efecto Faraday o Jaula Faraday que consiste en que los rayos pasan por el exterior de la carrocería hasta el suelo sin causar ningún tipo de daño a los ocupantes.

Este efecto, que se aplica para proteger a aviones comerciales o a equipos electrónicos como repetidores de radio y televisión situados en lugares altos, debe su nombre al científico Michael Faraday. Este investigador participó en su propio experimento para demostrar que el campo eléctrico dentro de una superficie conductora y cerrada es nulo. Salió vivo tras permanecer sentado dentro de una gran esfera metálica por la que hizo pasar una fuerte corriente eléctrica.

Un coche debajo de un árbol bajo una intensa lluvia. Freepik

Cómo debes estar dentro del vehículo

Como ya hemos dicho, permanecer en el interior del vehículo en caso de tormenta es seguro, pero no está de más seguir algunos consejos ofrecidos por EuroTaller. Algunos de ellos son:

1- Evita el contacto con las partes metálicas.

2- Apaga la radio.

3- Cierra las ventanillas.

4- No detengas el coche cerca de vallas metálicas o tendidos eléctricos.

5- Aléjate de zonas de charcos o balsas de agua y zonas húmedas.

6- Tarda un tiempo a salir del coche. Si le ha caído un rayo a tu vehículo, la superficie metálica se habrá quedado cargada y salir antes de que el vehículo se haya descargado a masa, puede hacer que cierres el circuito al tocar la superficie metálica y pisar el suelo. Esto te podría causarte desde un fuerte calambre hasta lesiones más graves.

7- Detén el vehículo en la medida de lo posible. Un rayo puede generar un arco voltaico entre la llanta y el suelo, descargándose y provocando que los neumáticos revienten por la elevación de la temperatura. Si puedes, detén el vehículo y, si no es posible, reduce la velocidad.

Un coche detenido a un lado de la carretera. Freepik

8- Cable de masa. Tu coche será más seguro porque este cable, utilizado para evitar la corriente estática, te garantizará la descarga de la tensión de la chapa.

9- Mejor en zonas pobladas. En ciudad, con la presencia de pararrayos, es más difícil que nos alcance un rayo. Sin embargo, fuera de poblado debemos evitar los lugares altos.

10- Seguro, pero no a 100%. Está demostrado que el coche es un lugar seguro, pero como toda regla tiene su excepción y siempre quedará un resquicio de peligrosidad debido a que el rayo puede encontrar su camino hacia el interior del vehículo donde hay aire y este es ionizable.

De todas formas, no está de más que en caso de tormenta recuerdes la regla del 30/30: si ves un rayo y el trueno se oye antes de contar hasta 30, corre a buscar refugio porque la tormenta está cerca; además, deberás suspender cualquier actividad al aire libre hasta media hora después de que haya caído el último rayo.