La cerveza es una de las bebidas que más se consume en el mundo. El pasado año 2023 se bebieron, tal y como así lo indica el portal estadístico internacional Statista, 125.000 millones de litros de cerveza. Una bebida fresca, que sacia la sed y con un sabor especial que gusta y mucho y con cuyo consumo hay que tener cuidado, de la misma forma que con cualquier bebida alcohólica, si se tiene intención de coger el coche.
Tal y como señalan los expertos de la Dirección General de Tráfico, popularmente conocida como la DGT, a medida que aumenta la cantidad de alcohol en el organismo, lo hace el riesgo de accidente. Pero, ¿con cuántas cervezas se da positivo en un control de alcoholemia?
¿Con cuántas cervezas se da positivo en un control de alcoholemia?
Según definen los profesionales de la DGT, la tasa de alcoholemia representa el volumen de alcohol que hay en la sangre y se mide en gramos de alcohol por cada litro de sangre (g/l) o su equivalente en aire espirado.
Con la legislación actual, las tasas de alcoholemia permitidas para los conductores en España son las siguientes: 0.5 gramos por litros en sangre y 0.25 miligramos por litro en aire espirado para conductores con experiencia. Unos límites que se reducen a la mitad para conductores noveles y profesionales. Sin embargo, incluso un consumo mínimo de alcohol puede llevar a superar estos límites legales.
Aún por debajo del límite legal, el riesgo de accidente puede verse ya incremental, tal y como así lo afirman los expertos. Por ello, lo mejor es evitar conducir después de haber consumido cualquier cantidad de alcohol. La única tasa realmente segura es 0,0 g/l.
Un estudio realizado por la DGT revela que tan solo dos cervezas pequeñas pueden ser suficientes para que un conductor de 70 kilos exceda la tasa permitida. Incluso una sola cerveza puede dar lugar a un resultado positivo en un control de alcoholemia para una persona de menor peso o un conductor principiante.
¿De qué depende la tasa de alcoholemia?
Tal y como afirman desde este organismo, la tasa de alcoholemia, además de de la cantidad de alcohol ingerida, depende de:
La rapidez con la que se ingiere la bebida
Cuanto más rápido tomes la bebida, mayor será la velocidad de absorción y la cantidad total de alcohol que pase a la sangre.
Las características del alcohol que se toma
La absorción del alcohol es más lenta en bebidas fermentadas (como la cerveza o el vino) que en las destiladas (como la ginebra, el ron o el whisky).
Tener el estómago vacío o lleno
Cuando el tubo digestivo está vacío, la cantidad de alcohol que pasa a la sangre es mayor y lo hace de forma más rápida.
La edad y la experiencia en la conducción
Las personas menores de 18 años y los mayores de 65 son más sensibles a los efectos del alcohol, por lo que es más fácil que tengan deterioros en las capacidades psicofísicas necesarias para conducir. Además, los efectos del alcohol son mayores en los conductores con poca experiencia, ya que todavía no han automatizado los movimientos necesarios para conducir y que se aprenden con la práctica.
El sexo y el peso de la persona
El alcohol se distribuye por el cuerpo de forma distinta en hombres y en mujeres. Por ello, las mujeres pueden presentar tasas de alcoholemia más altas con la misma cantidad de bebida, especialmente si son jóvenes.
La hora del día
La eliminación del alcohol es mucho más lenta durante las horas de sueño.
Las circunstancias personales
La fatiga, la somnolencia, la ansiedad, el estrés u otras enfermedades, son algunos factores que pueden influir sobre la alcoholemia y sus efectos sobre el organismo.
