La Real Academia Española define el concepto semáforo como un aparato eléctrico de señales luminosas para regular la circulación. Un elemento que se instaló por primera vez en España el 17 de marzo de 1926 y que, desde entonces, ha evolucionado de manera considerable.
La integración de la tecnología digital ha permitido la creación de sistemas de semáforos inteligentes. Unos sistemas que pueden adaptarse en tiempo real a las condiciones del tráfico y comunicarse con los vehículos para mejorar la fluidez y seguridad en las carreteras.
Los semáforos tradicionales tienen tres luces de color rojo, amarillo y verde. Cada color, como bien se sabe, cumple una función. El color rojo señala la obligación de detenerse completamente, el amarillo (o ámbar) advierte a los conductores que deben prepararse para detenerse o avanzar, y el verde da la señal de continuar con seguridad. Un sistema simple pero efectivo que organiza el tráfico y protege tanto a conductores como a peatones al asegurar que los movimientos en las intersecciones sean coordinados y seguros.
Multas por cruzar un semáforo en ámbar o en rojo
Si bien pasar un semáforo con el disco en color ámbar no es motivo de sanción, aunque lo recomendable en condiciones generales sea frenar, saltárselo en rojo se considera una infracción grave castigada con una multa de hasta 200 euros (que se reducirían a la mitad en caso de pronto pago) y la pérdida de cuatro puntos del carné de conducir.
Madrid instala el primer semáforo de 4 colores
Al parecer, la innovación ha llegado a estos sistemas. Lo ha hecho en Madrid, ciudad que cuenta con casi 3 millones y medio de habitantes y donde, según señalan desde el portal Idealista, había 3,97 millones de coches.
Madrid ha instalado el primer semáforo de 4 colores. A los tres colores tradicionales le ha añadido el color blanco. Un color diseñado, tal y como así lo explican los especialistas, para indicar situaciones especiales, como permitir el paso de vehículos de emergencia o dar prioridad a los vehículos autónomos en un futuro cercano. Tal y como explican, la luz blanca podría, por ejemplo, comunicar a todos los vehículos en una intersección que sigan al coche autónomo líder, mejorando así la fluidez del tráfico en situaciones donde la coordinación entre múltiples sistemas es crucial.
Aunque las autoridades han aclarado que, por el momento, no se tiene previsto expandir esta tecnología a otros semáforos en la ciudad, lo cierto es que la instalación de este dispositivo ha causado expectación entre quienes lo han visto.