Cómo puedes proteger la pintura de tu coche del sol
El astro solar, junto a excrementos de pájaros, insectos, arena, sal, viento o piedras dañan la carrocería
Los meses de verano son los más cálidos del año, esos en los que se busca, a veces desesperadamente, una sombra para resguardarse de los potentísimos rayos del sol. Un sol que afecta a personas, animales y plantas, pero también a otros elementos que lo sufren de lleno, como los coches.
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Rayos ultravioleta
No sólo porque montarse en un vehículo que lleva varias horas al sol puede sentirse como entrar en una sauna, sino porque el impacto de nuestra estrella más cercana puede dañar la pintura de nuestro coche. Los rayos ultravioleta pueden deteriorar gradualmente la capa externa, haciendo que luzca más viejo y con un aspecto claramente menos atractivo.
Desde el Real Automóvil Club de España (RACE) puntualizan que no sólo el sol es el causante de esos daños, aunque una exposición constante a él sí los favorece. A ello hay que sumarle los excrementos de pájaros, los insectos que impactan y se quedan en la carrocería en un viaje, el viento, la arena, las piedras, el polvo, la resina e incluso la sal que se echa en las carreteras. ¿Qué se puede hacer para evitar ese deterioro de la pintura?
Es cierto que de fábrica los coches ya están protegidos con capas suficientes que garantizan la protección de la carrocería a corto y medio plazo. Pero a largo plazo y en lugares más expuestos a sus riesgos, como las zonas costeras, pueden surgir los problemas, así que se pueden tomar una serie de medidas para proteger aún más la pintura, que estará más en peligro si el coche se ha repintado sin las suficientes capas, por ejemplo, después de un accidente.
Productos protectores
Es posible aplicar plásticos PPF, parecidos a un vinilo pero totalmente transparentes, con lo que conservan en color original pero añadiendo una capa protectora y resistente de plástico. Como cuestan entre 1.500 y 2.000 euros, sólo suelen incorporarse en coches de alta gama. Bastante más barato es colocar un vinilo, que protege la pintura y te permite cambiar de color. Puede durar más de cinco años, así que sale más barato que repintar el vehículo.
Otra opción es aplicar un barniz de buena calidad. Cuanto más gruesa sea la capa, la pintura estará más cuidada y protegida ante las inclemencias meteorológicas y mejor apariencia tendrá el coche. También es posible utilizar cera, que va encima del barniz, tiene propiedades hidrófobas y protege el vehículo del calor, la suciedad y otros contaminantes.
Sombra, funda y lavado
Junto a todos esos productos también está el sentido común.Aparcar a la sombra siempre que se pueda redundará en una mejor conservación de la pintura. Y si el coche va a estar bastante tiempo parado al aire libre, puede ser útil colocar una funda de tela con protección ultravioleta que lo cubra totalmente.
También es importante lavar el coche, no sólo por estética, sino para eliminar los excrementos de pájaros o los insectos que se quedan adheridos a su superficie en los viajes. Esos restos se vuelven más corrosivos con el calor, con lo que es necesario quitarlos lavando el coche a mano o con una manguera a presión de forma periódica. Los túneles de lavado no son recomendables porque pueden rayar la carrocería.