TOKIO. A juicio de este experto, las últimas noticias sobre las explosiones en la central japonesa, aunque contradictorias, aconsejarían elevar a 6 el nivel de alarma atribuido por la Agencia Internacional de Energía Atómica a este suceso, un punto por debajo con el que se calificó al de Chernobil, cuando la mayor parte de la radiactividad se diseminó en un momento.

"Cada día está explotando un reactor, y aunque se diga que se está conteniendo, la situación va a peor y hay muchos ingenieros internacionales que aseguran que está descontrolada; realmente el temor es de un accidente grave, lento pero que va en aumento y en el que ya se está diseminando radiactividad", argumenta el científico a Efe.

En este sentido, cree que el accidente "se les ha escapado de las manos" a los técnicos japoneses y que "es mucho mayor de lo que se está diciendo, con tres reactores averiados, explosiones espectaculares, y por mucho que aseguren, se ha producido una alteración estructural del sistema... y aún quedan más reactores".

Rodríguez-Farré señala que en Fukushima se está asistiendo a un accidente casi cotidiano y que los principales riesgos los están sufriendo los trabajadores, algunos de los cuales han sido ya hospitalizados con irradiaiones graves.

BRUSELAS YA HABLA DE "APOCALIPSIS"

El comisario de Energía de la Comisión Europea, Günther Oettinger, ha calificado este martes de "apocalipsis" el accidente en la central nuclear de Fukushima provocado por el terremoto que afectó a Japón el pasado viernes y ha asegurado que "casi todo está fuera de control" en esa planta.

"Se ha hablado de apocalipsis y yo creo que esta palabra está particulamente bien elegida", ha dicho Oettinger en una comparecencia ante la comisión de Energía de la Eurocámara. El comisario se ha declarado "muy preocupado" por lo que está ocurriendo en las últimas horas en la central de Fukushima por considerar que "casi todo está fuera de control".

"Espero que no ocurra lo peor, pero no podemos excluir que ocurra lo peor en las próximas horas y días", ha avisado el comisario de Energía.

LA AIEA ADVIERTE DE POSIBLES DAÑOS EN EL NÚCLEO

La Agencia Internacional de la Energía Atómica ha declarado este martes que el núcleo del reactor dos de la central japonesa de Fukushima 1 podría haber sufrido daños tras el terremoto y posterior tsunami que sacudió el viernes a la zona nororiental del país asiático.

El director general de la AIEA, el japonés Yukiya A,ano, ha confirmado esta "posibilidad", aunque ha subrayado "que el daño sería de menos del 5 por ciento".

Amano ha calificado de "preocupantes" las últimas noticias llegadas desde la planta de Fukushima, aunque ha vuelto a descartar que pueda producirse un desastre como el ocurrido en Chernobil en 1986.

El terremoto y posterior tsunami ha dañado las funciones de refrigeración del complejo de Fukushima. Pese a la incertidumbre reinante, TEPCO ha declarado que los niveles de líquido en el reactor dos de Fukushima 1 se recuperan progresivamente. Las barras de esta unidad quedaron completamente expuestas el lunes, lo que hizo temer una posible fusión del nucleo.

EXPLOSIONES EN FUKUSHIMA

El sistema de contención del reactor número 2 de la central nuclear de Fukushima "ya no es estanco", declaró hoy en París el presidente de la Autoridad de la Seguridad Nuclear (ASN) de Francia, André-Claude Lacoste. "Está absolutamente claro que estamos en el nivel 6 del INES (Escala Internacional Nuclear y de Sucesos Radiológicos, INES, por sus siglas en inglés), aseguró Lacoste a la prensa en la capital gala en relación con la situación de esa central tras el terremoto de la semana pasada.

"Es decir, entre Three Mile Island y Chernóbil", agregó el alto funcioario francés en alusión a los accidentes de esas centrales en EEUU y Ucrania y afirmó: "no se sabe hasta qué punto el sistema de contención está dañado", pero aseguró que éste "ya no es estanco".

Según un comunicado de la ASN, el 2 es el reactor que suscita "mayores preocupaciones" y cuyo núcleo "se ha fundido parcialmente"; añade que en él se produjeron "dos explosiones sucesivas, a las 06:10 y 10:00 horas locales".

Estas explosiones, sigue la ASN, "probablemente han causado una degradción del sistema de contención; ese es el origen del aumento significativo de residuos radiactivos detectados".

La autoridad francesa recuerda además que ese reactor se paró automátiamente cuando se produjo el terremoto y que "no se enfrió durante varias horas".

"Es evidentemente una catástrofe", declaró Lacoste, quien se pronunciaba después de que el propio Gobierno galo considerara que el riesgo por el accidente nuclear en Japón es "extremadamente elevado".

Así lo afirmó el ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, quien dijo que los últimos datos procedentes de aquella central nuclear japonesa afectada por el terremoto de la semana pasada parecen conducir a una "catástrofe nuclear".

En París, mientras tanto, una reunión ministerial especial dedicada a analizar la situación en Japón y sus consecuencias comenzó en la sede del primer ministro hacia las 11:30 GMT.

En otra entrevista a la radio 'RTL', el titular francés de Industria, Éric Besson, reconoció que "puede haber una catástrofe nuclear", pero que no se estaba en el "escenario de Chernóbil".

JAPÓN MINIMIZA LA FUGA El Gobierno de Japón ha negado que haya una fuga continua y elevada de radiación en torno al reactor 4 de la central de Fukushima.

El ministro portavoz, Yukio Edano, aseguró que los niveles de radiación en torno al reactor han disminuido, después de que tras el incendio superaran cien veces el límite legal permitido.

El fuego, en el cuarto piso del edificio, hizo que algunos objetos cayeran a la estructura del reactor, que tiene barras de combustible ya utilizadas y no se encontraba en funcionamiento desde antes del seísmo del viernes.

Tampoco se encontraban activos los reactores 5 y 6 de esa misma central, en los que, según Edano, también se han detectado posibles problemas con su sistema de refrigeración.

En la planta nuclear número 1 de Fukushima hay solo unos 50 trabajadores, después de que el grueso de empleados, unos 800, hayan sido evacuados.

El Gobierno ha pedido a los residentes en un perímetro de entre 20 y 30 kilómetros alrededor de la central que permanezcan en sus casas y cierren las ventanas, y ha declarado una zona de exclusión aérea en un radio de 30 kilómetros.

A raíz de la situación en Fukushima los niveles de radiación han aumentado en amplias zonas, incluida Tokio, donde las autoridades indicaban que superaban cerca de 20 veces el nivel ordinario, aunque según las autoridades locales esto no implica riesgos inmediatos para la salud.

EL VIENTO, OTRO PROBLEMA La Organización Meteorológica Mundial (WMO) advirtió este martes de que el viento está dispersando, tanto en Japón como hacia otros países asiáticos, las partículas radiactivas procedentes de las centrales nucleares japonesas afectadas.

Asimismo, la agencia de la ONU precisó que, aunque los efectos se han registrado de momento solo en alta mar, las condiciones meteorológicas podrían cambiar, por lo que es necesario vigilar estrechamente la situación a través de los satélites y de otras fuentes de información.

"En este punto, todas las condiciones meteorológicas se están produciendo en alta mar, por lo que no tienen implicaciones para Japón ni para otros países próximos", declaró la responsable de la unidad de reducción de riesgos por desastres de la WMO, Maryam Golnaraghi, durante un encuentro con la prensa en Ginebra.

FUGA MASIVA DE RADIACTIVIDAD La situación en la planta nuclear de Fukushima entró hoy en fase crítica tras un incendio y una nueva explosión que desataron el temor a una fuga masiva de radiactividad y la declaración de un radio de exclusión aérea de 30 kilómetros.

La situación más grave parece concentrarse en los reactores 2 y 3 de esa central, donde a primera hora de hoy tuvo lugar una explosión que, además de dañar el edificio de la unidad 2, parece haber afectado a su sistema de contención.

El ministro portavoz, Yukio Edano, consideró muy probable que esté dañado y advirtió de que los niveles de radiación de la central son lo suficientemente altos como para ser perjudiciales para la salud.

La operadora de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), reconoció una potencial fusión del núcleo del reactor, mientras el nivel de radiactividad en la entrada de la central llegó a marcar los 8.217 microsievert por hora, muy por encima de los 1.000 microsievert al año establecidos como límite seguro.

Mientras tanto, en las inmediaciones de la unidad del reactor 3, que también sufrió ayer una explosión por hidrógeno, la radiactividad llegó a tocar 400 veces el nivel considerado seguro.

En este reactor también se teme una fusión del núcleo a causa del fallo del sistema de refrigeración, pese a la inyección de agua marina con boro y a que se está liberando vapor de forma controlada para rebajar la temperatura y presión.

La situación la complicó un incendio, ya extinguido, en la piscina de combustible del reactor 4, que estaba apagado por mantenimiento cuando ocurrió el terremoto.

Las piscinas sirven para guardar el combustible ya utilizado sumergido en agua a fin de evitar su sobrecalentamiento. Si el nivel del agua baja, la subida de temperatura puede llegar a provocar el fuego y, por tanto, nubes de material radiactivo, según los expertos.

El incendio de la piscina de la unidad 4 (aparentemente causada por una explosión de hidrógeno) hizo que los niveles de radiactividad llegaran a superar hasta cien veces el límite permitido, pero luego disminuyeron, según el ministro portavoz, Yukio Edano, que negó que hubiera una fuga en este reactor.

No obstante, Edano advirtió de que los niveles en la central son lo suficientemente altos como para ser perjudiciales para la salud.

En la planta de Fukushima luchan por controlar los múltiples focos de crisis un puñado de operarios, después de que el grueso, unos 800, fueran evacuados ante la subida del nivel de radiactividad en el recinto, mientas TEPCO indicó que la radiación es demasiado alta para que sus empleados permanezcan en las salas de control.

Los residentes en un perímetro de 20 kilómetros alrededor de la central, unos 200.000, fueron evacuados desde el fin de semana, mientras que hoy el Gobierno extendió el área de alerta hasta los 30 kilómetros.

Ese radio ha sido decretado como zona de exclusión aérea. Además, a los vecinos que permanecen a entre 20 y 30 kilómetros de la planta se les ha urgido a no salir de sus casas, cerrar las ventanas y apagar los sistemas de ventilación.

Las consecuencias del accidente en la central nuclear de Fukushima se ha convertido en la gran preocupación de un Japón aún conmocionado por los efectos del terremoto y el tsunami posterior, que causó más de 10.000 muertos o desaparecidos.

Los niveles de radiación han aumentado en amplias zonas, incluida Tokio, donde se han detectado pequeñas cantidades de sustancias radiactivas como cesio, aunque el Gobierno Metropolitano insiste en que los niveles todavía no suponen un riesgo para la salud.

Japón cuenta con medio centenar de centrales nucleares en su territorio, de las que once quedaron detenidas de forma automática tras el seísmo, lo que obligó a decretar desde este lunes cortes rotatorios de electricidad en Tokio y las provincias cercanas, que durarán hasta abril.