Londres elige un “negociador duro y experimentado” para lidiar con el ‘brexit’
En tres meses finaliza el plazo para que Reino Unido notifique la salida de la Unión Europea
La inesperada dimisión del embajador británico ante la Unión Europea, Ivan Rogers, pilló a más de uno por sorpresa en Londres. La solución de la primera ministra, Theresa May, no fue otra que nombrar a su sucesor, Tim Barrow, en apenas 36 horas, al que considera “un negociador experimentado y duro”, capaz de traer “energía” a la negociación del brexit.
Barrow promete trabajar para conseguir el “resultado correcto” para Reino Unido fuera del bloque común pero no lo tendrá fácil. En apenas tres meses May activará la desconexión del Tratado de Lisboa, con la que Londres empieza un periodo de dos años de negociaciones con Bruselas, y su estrategia sigue siendo una gran incógnita de donde no se consigue desprender qué hay más allá de su famosa frase “brexit significa brexit”.
La de Bruselas no será la primera cartera que ocupe como embajador del Reino Unido. De hecho, estuvo destinado en Moscú de 2011 a 2015, valiéndose del apodo de varios tabloides británicos que le consideran “el hombre que paró los pies a Putin”. Desde Downing Street están convencidos de su “amplia experiencia” para asegurar los objetivos del Reino Unido en Bruselas, que no estarán exentos de su sello de “creatividad” haciendo su trabajo.
Para el ministro de Hacienda británico, Philip Hammond, el recién nombrado diplomático es “un gran activo para Reino Unido”, quien además de trabajar en Moscú también lo hizo en Bruselas, por lo que “tiene un buen conocimiento de cómo funciona la Unión Europea”.
Sin embargo, la primera ministra noruega, Erna Solberg, no dudó en prever que el Reino Unido se enfrenta a un “brexit muy duro” porque carece de experiencia en las negociaciones internacionales tras permanecer tantos años dentro de la Unión Europea, por lo que cree que esta inexperiencia podría retrasar el ritmo de las conversaciones con Bruselas.
Esa falta de talento negociador de Londres fue algo destacado por Rogers cuando renunció como embajador. En concreto, en una explosiva carta de despedida que envió a sus compañeros, en la que acusó a los ministros de tener un “pensamiento confuso”. Así, Rogers instó a los funcionarios a “seguir cuestionando argumentos sin sustento y razonamientos confusos” y a no temer “decir la verdad a quienes están en el poder”. Para el embajador saliente, que llevaba en el cargo desde noviembre de 2013 y terminaba en noviembre, es importante que el equipo diplomático siga “transmitiendo los mensajes desagradables a quienes necesitan escucharlos”.
Su carta también dejó al descubierto sus malas relaciones con el ministro de Comercio Exterior, Liam Fox, uno de los principales defensores de un brexit duro y al que no parece importarle que Londres se quede sin acceso al mercado común, pues prefiere conseguir acuerdos de libre comercio con Estados Unidos, Australia e India. “Al contrario de lo que creen algunos, el libre comercio no ocurre porque sí, sino que es el resultado de acuerdos con otros gobiernos”, le espetó en una clara indirecta.
Desde la Comisión Europea lamentaron su inesperada salida, valorándola como “la pérdida de un interlocutor y un diplomático muy profesional y muy bien informado, aunque no siempre fácil, que defendió con lealtad los intereses de su gobierno”, señaló en una rueda de prensa la portavoz del Ejecutivo comunitario, Natasha Bertaud.
En el ojo del huracán La de esta semana no fue la primera vez que el diplomático se vio en el ojo del huracán. El pasado mes de diciembre, Rogers advirtió de cómo un acuerdo de libre comercio entre Londres y Bruselas no podría materializarse hasta mínimo 2025, tal y como avanzó la cadena de televisión BBC. Eso le sirvió ganarse las críticas de varios diputados conservadores, que le acusan de ser “mezquino” y “pesimista” sobre el brexit.
También se ganó los reproches de algunos funcionarios de Whitehall, para los que Rogers debía haberse conformado con actuar en un segundo plano y seguir el mantra que dice que los “funcionarios públicos aconsejan, los ministros deciden”.
Su dimisión es un dardo envenenado para May y su falta de estrategia cuando solo faltan 12 semanas para la fecha límite que la primera ministra impuso para notificar la salida de la UE y empezar las negociaciones de la ruptura. Ahora, la prensa británica especula con que la primera ministra presente a finales de mes el discurso “más importante” sobre su postura y objetivos en la negociación del brexit.
Quizás el artículo más esclarecedor de lo poco que se conoce realmente a la conservadora lo da esta semana The Economist, que la lleva a portada con el titular Theresa Maybe, un juego de palabras con su apellido que literalmente significa Theresa Quizás, para centrarse, en el artículo principal de la edición semanal, en cómo un primer ministro que hubiese ganado unas elecciones generales o incluso una campaña de liderazgo del partido se habría visto forzado a explicar cómo tomaría las decisiones. Pero “la señora May no ha hecho ninguna de esas cosas, por lo cual, las ideas por las que apuesta permanecen en territorio desconocido”.
Más en Mundo
-
Trump teme que Putin quiere "llegar hasta el final" y "seguir matando gente" con su ofensiva en Ucrania
-
El dalái lama vaticina que vivirá "otros 30 o 40 años" en medio de la crisis de sucesión
-
La ONU denuncia el hallazgo de 383 cadáveres en México y reclama una investigación "exhaustiva e independiente"
-
Ascienden a 24 los muertos en Texas por una súbita inundación tras la crecida del río Guadalupe