Bruce Springsteen inmortalizó en su mítica canción Born in the USA la tragedia de los veteranos de la guerra de Vietnam. Una de las estrofas del conocido tema decía: Tenía un hermano en Khe Sanh/ luchando contra el Vietcong/ Ellos aún están allí/ él ha muerto.

Poca gente recuerda qué es lo que ocurrió en Khe Sanh, una pequeña base aérea que sufrió uno de los sitios más largos de toda la guerra de Vietnam aquel año 1968, en la cual la suerte de la intervención norteamericana cambió radicalmente y la posibilidad de la derrota americana comenzó a hacerse posible.

La guerra de Vietnam fue uno de los catalizadores del 68. Las protestas estudiantiles que aquel año recorrieron medio mundo tuvieron muchas veces como origen las protestas en contra de la guerra de Vietnam. Episodios como el Mayo francés, por ejemplo, comenzaron con movilizaciones contra la guerra. Además, las grandes movilizaciones en los Estados Unidos sirvieron como modelo para el logro de grandes concentraciones de protesta en todo el mundo (Francia, Italia, México, etc.).

El conflicto fue una prolongación de los movimientos de descolonización tras la Segunda Guerra Mundial. Vietnam era colonia francesa y fue invadida por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la guerra, los franceses trataron de volver a ella, pero los vietnamitas, bajo el liderazgo de Ho Chi Minh, comenzaron una rebelión para lograr su independencia.

En 1954, Ho Chi Minh mandó realizar un ataque sobre la base de Dien Bien Phu, una base en zona montañosa y selvática que los franceses creían inexpugnable. Ho mandó subir la artillería y el armamento por las montañas prácticamente a hombros, lo que pilló a los franceses por sorpresa. Estos enviaron paracaidistas a la zona como refuerzo. Después de un mes de asedio los franceses capitularon, con 2.293 muertos y 11.721 hombres hechos prisioneros.

La derrota de Dien Bien Phu significó la derrota de Francia. Acto seguido, en los acuerdos de Ginebra, Francia renunció a Vietnam, dividiéndose el país en dos. En el norte, Ho Chi Minh instauró un régimen comunista. En el sur, un régimen anticomunista gobernado por el último emperador vietnamita, Bao Dai, que sería depuesto en un referéndum fraudulento convocado por el régimen militar autoritario auspiciado por los Estados Unidos.

Según la conferencia de Ginebra, en un futuro debería darse un referéndum para la reunificación del país. Como dicha consulta no se llevaba a cabo, los críticos con el régimen del Sur crearon el Frente Nacional de Liberación del Vietnam, más conocido como Vietcong, la guerrilla que trató de tomar el poder en el Sur para reunificarlo con el Norte.

El Vietcong comenzó la sublevación en 1959, y con el tiempo recibieron apoyo del régimen del Norte.

A partir de entonces, comenzó una guerra de guerrillas en el Sur, en el que el Vietcong llevó adelante todo tipo de ataques contra las autoridades y el ejército del Sur.

El régimen del Sur contó con el apoyo norteamericano desde el primer momento pero, ante la incapacidad de enfrentarse al Vietcong, la intervención se fue haciendo cada vez más directa. Al principio se limitaron al envío de asesores pero, ante el deterioro de la situación, decidieron intervenir directamente.

Para 1964 el Vietcong controlaba ya el 60% del terreno de Vietnam del Sur. Aquel mismo año, el 2 de agosto, se produjo el denominado incidente del golfo de Tonkín, en el que el destructor estadounidense USS Maddox fue atacado por barcos norvietnamitas.

Lyndon B. Johnson, presidente norteamericano en aquel momento, justificó la intervención directa por aquel incidente. Según Johnson, Estados Unidos no podía dejar caer a Vietnam del Sur, ya que si esto ocurría el comunismo podría desplegarse por todo el continente asiático. Comenzaba de este modo la intervención directa americana con tropas en Vietnam.

Un desafío para EEUU Desde un principio, la guerra de Vietnam significó un desafío para los Estados Unidos. Las peculiaridades geográficas y la voluntad del Vietcong y los norvietnamitas hicieron que la guerra se convirtiese en una guerra de guerrillas alejada de las guerras convencionales. Con el paso del tiempo y la incapacidad de los norteamericanos de ganar la guerra, unido a las víctimas mortales y a los heridos que volvían de ésta, el rechazo hacia el conflicto fue aumentando.

El reclutamiento forzoso, hizo que los jóvenes tomasen el protagonismo de las protestas, ya que eran ellos a quienes se enviaba al frente de manera forzosa, a morir en las selvas vietnamitas. Las protestas irían aumentando, hasta que en 1968 llegarían a su momento más álgido.

Aquel año 1968 resultó el definitivo en la guerra de Vietnam. A pesar de que aún duró más años, los hechos del 68 decidieron el signo de la contienda. El Vietcong y el Ejército de Vietnam del Norte decidieron lanzar una gran ofensiva a gran escala por todo el Sur, la famosa ofensiva del Tet. Desde el 30 de enero hasta el 23 de septiembre, distintas regiones y ciudades de Vietnam del Sur fueron atacadas en una gran operación militar. Incluso la embajada americana en Saigón fue alcanzada con explosivos por un comando suicida.

Ofensiva Tet La ciudad de Hué, sede del antiguo imperio vietnamita, fue tomada por el Vietcong y sólo fue liberada tras meses de combates. La ofensiva Tet fue un fracaso desde el punto de vista militar para los vietnamitas ya que perdieron todas las posiciones arrebatadas al comienzo y el número de bajas fue enorme, quedando el Vietcong arrasado en número de efectivos. Pero desde el punto de vista táctico, resultó una victoria total.

Los Estados Unidos perdieron a 14.500 soldados, un gran mazazo para la opinión pública norteamericana. Además, ante la ofensiva, muchos medios y cadenas televisivas norteamericanas se destacaron en el frente, con lo que los norteamericanos pudieron ver desde sus hogares las consecuencias de los combates tanto entre sus filas como entre la población vietnamita.

La intensidad de las protestas contra la guerra aumentó, y la opinión pública y el gobierno norteamericano comenzaron a entender que contra la voluntad del pueblo vietnamita sería muy difícil ganar aquella guerra. Por último, en marzo de 1968 vendría la matanza de My Lai, en la que soldados norteamericanos masacraron a 504 civiles en la aldea de mismo nombre, incluidos niños, bebés, mujeres y ancianos. Aquel episodio brutal despertó las conciencias de muchos norteamericanos respecto a la moralidad de la intervención norteamericana.

En Khe Sanh la batalla comenzó el 21 de enero. La base, cercana a la frontera con Laos, era esencial para evitar la llegada de efectivos y municiones desde el Norte al Sur. Su orografía, montañosa e inaccesible, hizo que se la comparase con Dien Bien Phu. Por ello, el ejército norteamericano trató de resistir en uno de los asedios más largos de la guerra de Vietnam. La decisión más importante fue la de tomar las colinas circundantes para evitar así que los vietnamitas pudiesen arrasar con artillería la base, como ocurrió en Dien Bien Phu. Además, la utilización de aviones B-52 que bombardeaban constantemente al enemigo, hizo que los norteamericanos lograsen mantener la plaza ante los ataques constantes de los vietnamitas.

Todavía no está claro por qué el general Giáp, verdadero estratega de los vietnamitas, continuó con las hostilidades hasta el 8 de abril. Según algunos, era una maniobra de distracción para atraer a los norteamericanos a aquel lugar y aliviar de este modo las otras zonas que estaban siendo atacadas durante la ofensiva. Para otros, fue un intento de repetir una victoria como la de Dien Bien Phu ante los franceses, que obligase a los norteamericanos a retirarse de Vietnam.

La verdad es que los norteamericanos resistieron y lograron una de las victorias más épicas de su intervención en Vietnam. En el imaginario americano, como dijo Barack Obama en su primer discurso como presidente, Khe Sanh es considerado como un ejemplo de heroísmo de sus tropas, al mismo nivel que Gettysburg o Normandía. Pero lo cierto es que a pesar de la resistencia, la destrucción y la cantidad de víctimas, el ejército norteamericano abandonó Khe Sanh por motivos estratégicos el 5 de julio del mismo año. Una decisión incomprensible después de tanto horror y sufrimiento por ambos bandos, pero que representó un signo premonitorio de lo que ocurriría en 1973 con los acuerdos de paz de París, que trajeron la retirada de los Estados Unidos del conflicto. Dos años después, en 1975, las tropas del Norte tomaron el Sur y reunificaron el país.

Aquel 68 la guerra de Vietnam entró de manera tangible en los hogares norteamericanos y de medio mundo a través de los televisores. Los medios de comunicación hicieron ver las horrendas consecuencias de aquella guerra. “La televisión rompió el confort de los cuartos de estar con la brutalidad de la guerra. Vietnam se perdió en ellos, no en los campos de batalla”, comentaría el filósofo Marshall McLuhan. Aquello sirvió de gasolina a todos los movimientos del mundo que querían transformar la sociedad. El sinsentido de Vietnam era la máxima expresión de la injusticia en un mundo que se jactaba de ser mejor que antes. Y el abandono de Khe Sanh, simbolizaba la inutilidad del sufrimiento y la sangre de los contendientes.

Martin Luther King afirmó: “Ahora, he elegido predicar de la guerra en Vietnam porque estoy de acuerdo con Dante, en que los lugares más calientes del infierno están reservados para aquellos que en un período de crisis moral mantuvieron su neutralidad. Llega un momento en que el silencio se convierte en traición”. Aquel 1968 el mundo y los americanos descubrieron el infierno que era la guerra de Vietnam y a partir de entonces para toda una generación mantenerse neutral ya no fue una opción.