Cheburashka es un personaje de literatura infantil que apareció por primera vez en 1965 en un cuento del escritor ruso Eduard Uspenskiy. Ahora, la muerte de su creador el pasado 14 de agosto ha dejado huérfano a Cheburashka, quizás el personaje más querido de la literatura infantil rusa, si bien los ciudadanos continúan siguiéndolo y yendo a los lugares de culto al personaje.

Conocido como el Walt Disney ruso, Uspenskiy tenía 28 años cuando ideó al Mickey Mouse soviético, uno de los protagonistas del cuento titulado El cocodrilo Guena y sus amigos. Desde entonces, tanto el escritor como su personaje siempre atraían los focos y, a pesar de otras populares obras de Uspenskiy como El tío Fiódor, su perro y su gato, fue precisamente la historia de Cheburashka y su amigo el cocodrilo la que caló hondo en los corazones de varias generaciones de rusos.

FAMOSO POCO A POCO

Sin embargo, nadie apostaba al principio por las andanzas de un extraño animalito de orejas enormes, descubierto, según el cuento infantil, en una caja de naranjas. Ni siquiera el mentor del propio Uspenskiy, el poeta y escritor infantil Borís Zajoder, apreció en aquel entonces el potencial que escondía el singular escrito.

Ni siquiera el propio creador tenía en un inicio grandes expectativas. Sin embargo, la fama del peluche Cheburashka fue imparable nada más publicarse el cuento en 1966 y salir a la pequeña pantalla su película animada tres años más tarde, titulada El Cocodrilo Guena. El éxito de la historia fue tan grande que, con el tiempo, Cheburashka trascendió las fronteras de la Unión Soviética y mantuvo su popularidad incluso después de su desintegración.

DE RUSIA AL MUNDO

El relato infantil ha sido traducido a distintos idiomas al igual que la serie del mismo nombre, Cheburashka, de 1971 de dibujos animados que narra sus andanzas. Uno de los países que más devoción mostró por la imagen de Cheburashka ha sido Japón, donde el muñeco ruso protagonizó una película y una serie, además de llenar las tiendas infantiles. En cuanto a Rusia y otras repúblicas que formaron parte de la URSS, Cheburashka no ha tenido competencia desde hace cincuenta años en el ámbito de la animación.

La popularidad del muñeco le convirtió en el símbolo de la selección olímpica rusa en repetidas ocasiones e hizo que en 2016 Cheburashka viajara a la Estación Espacial Internacional en el marco de las celebraciones del 55º aniversario del primer vuelo espacial tripulado. El entrañable ser orejudo fue inmortalizado en distintos monumentos a lo largo de la geografía rusa, en los que siempre aparece acompañado de su amigo cocodrilo, así como en series filatélicas o en multitud de chistes.

Además, cuenta con un museo en Moscú, inaugurado hace diez años en el territorio de un jardín infantil en el este de la capital rusa. "Organizamos muchas excursiones en las que un guía cuenta la historia de Cheburashka y de su creador", dicen fuentes del centro dedicado al personaje literario. A estas visitas guiadas, a las que suelen asistir muchos extranjeros, muchos de ellos de Japón, se apuntan grupos de 20 personas cada una, explica una empleada del jardín infantil. Asimismo, el secreto de la fama del museo radica en la capacidad innata de Cheburashka y sus amigos de "transmitir valores positivos y arrancar una sonrisa" tanto a los niños como a los mayores.

Aparte de la bondad que emana el personaje orejudo, algunos lo ven también como un augurio de buena suerte. Así, las estatuas de Cheburashka y la compañía en la localidad de Rámenskoe, en las inmediaciones de Moscú, son uno de los lugares favoritos de los recién casados rusos, que no pierden la oportunidad de hacerse una foto en el lugar ya como esposos después de darse el sí quiero.Tras la publicación del cuento en 1965, Cheburashka pasó a tener su película en 1969 y su serie animada en 1971, con lo que traspasó fronteras.