La guerra de Yemen se habrá cobrado a finales de este año más de 377.000 víctimas directas o indirectas, según un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que advierte de que, si la situación persiste y la paz sigue sin llegar, la cifra podría dispararse por encima del millón en menos de una década.

La guerra estalló en 2015 y enfrenta al Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi, apoyado por una coalición regional encabezada por Arabia Saudí, y a los rebeldes huthis, aliados de Irán. La de Yemen está considerada la mayor crisis humanitaria del mundo, en gran medida por los estragos de este conflicto.

El estudio publicado este martes da cuenta de 154.000 personas fallecidas directamente por situaciones de combate y violencia, mientras que otras 223.000, casi el 60 por ciento del total, han perdido la vida por causas indirectas, es decir, por lo estragos sociales derivados de esta guerra.

De hecho, 259.000 de las víctimas mortales señaladas por el PNUD eran niños menores de cinco años, lo que supone el 70 por ciento del total, y la situación amenaza con empeorar si no se le pone solución a corto plazo. Si la guerra persiste, en el año 2030 ya habrán perdido la vida 1,3 millones de personas, y de ellas el 80 por ciento serían menores de cinco años, según el informe, que intenta poner en cifras las consecuencias de no actuar a tiempo y de dejar que la crisis se enquiste.

En 2030, hasta 9,2 millones de personas podrían estar desnutridas por los efectos colaterales del conflicto, casi el doble de los 4,9 millones actuales, mientras que la extrema pobreza se extendería ya a 22 millones de personas, equivalente al 65 por ciento de la población.

EFECTOS DIRECTOS DE LA PAZ

Sin embargo, el fin del conflicto permitiría reducir la tasa de desnutrición a la mitad en apenas cuatro años y erradicar la pobreza extrema en 2047, según el PNUD, que ha examinado una batería de potenciales escenarios y ha concluido que, si las partes firman la paz en enero y hay un proceso inclusivo y de recuperación, bastaría una generación para erradicar una pobreza extrema que actualmente afecta a 15,6 millones de personas.

Este escenario de paz también sería mejor desde el punto de vista estrictamente económico, toda vez que el crecimiento hasta 2050 ascendería a los 450.000 millones de dólares (unos 400 millones de euros). No en vano, los últimos seis años de guerra habrían mermado en 126.000 millones de dólares el potencial de crecimiento del PIB yemení.

El administrador del PNUD, Achim Steiner, ha subrayado que esteestudio dibuja "una imagen clara" de cómo y en qué medida podría mejorar Yemen con una "paz duradera", con "un futuro pacífico, inclusivo y próspero para todos los yemeníes". La ONU se compromete a actuar, a través de sus distintas agencias, para avanzar por esta senda.