A lo largo de este otoño, el Departamento de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera del Gobierno de Navarra, a través de Euskarabidea – Instituto Navarro del Euskera, ha organizado actividades de bertsolarismo en los meses octubre y noviembre.

Concretamente la media docena de sesiones han tenido lugar en la residencia Andra Mari de Lesaka, en la residencia de ancianos San José de Bera, en la residencia Francisco Joaquín Iriarte de Baztan, en la residencia Amma de Betelu, en el centro de día Larraun de Lekunberri y en la residencia Aita Barandiaran de Altsasu.

Una de las funciones de Euskarabidea es, precisamente, organizar actividades en euskera y sobre esta lengua. Este año, por primera vez, Euskarabidea ha llevado a las residencias de personas mayores un programa de bertsolarismo. El objetivo principal ha sido ofrecer a los y las residentes una actividad lúdica en euskera, aprovechando el beneficio psico-emocional que los bertsos suponen para las personas mayores. Además, el bertsolarismo es una actividad que resulta especialmente gratificante para las personas mayores.

El desarrollo del programa lo ha llevado a cabo la entidad Lanku Bertso Zerbitzuak, que realiza proyectos culturales basados en el fomento de la oralidad en euskera. El programa ha llevado a cada residencia dos bertsolaris, de diferente género y edad. Los y las bertsolaris que han participado en el programa han sido los siguientes: Estitxu Arozena y Kattin Madariaga en la residencia Andra Mari de Lesaka; Julen Zelaieta y Ekhiñe Zapiain en la residencia San José de Bera; Alazne Untxalo en la residencia Francisco Joaquín Iriarte de Elizondo; Julio Soto y Eli Mateorena en la residencia Amma de Betelu; Julio Soto y Kattalin Lizarraga en el centro de día Larraun de Lekunberri; y Eneko Lazkoz y Ekain Alegre en la residencia Aita Barandiaran de Alsasua.

El proyecto ha supuesto una inversión de 7.736,76 euros, mediante un contrato público suscrito con Lanku Bertso Zerbitzuak SL.

Según se ha destacado en la evaluación del programa, a través de las sesiones de bertsos se ha beneficiado el bienestar psicológico de las personas mayores, tanto desde el punto de vista cognitivo como desde el afectivo.

Y es que, ayudados por el bertsolarismo, se ha trabajado la memoria de las personas residentes, que han contado y cantado viejos bertsos y anécdotas. A través de los bertsos, se ha dado espacio a las emociones de las personas mayores, evitando estados psico-afectivos como la tristeza permanente y provocando sonrisas, risas espontáneas y emociones positivas.

Gracias a los bertsos han rememorado su infancia y juventud, y se les han despertado muchas emociones. Desde el punto de vista lúdico, se ha conseguido que estas personas mayores, y especialmente las vascohablantes, se conviertan en protagonistas y sujetos activos, cantando, conversando y proponiendo temas para los y las bertsolaris.