La Villa Martino de Arcore, a las afueras de Milán, fue el bastión desde donde el ex primer ministro Silvio Berlusconi dirigió su imperio, pero también el lugar en el que en algún momento pensó reposar tras su muerte, erigiendo un fastuoso -y casi legendario- mausoleo marmóreo para él y sus amigos.

El mausoleo de la "cúpula celeste" no se vislumbra desde fuera del complejo palaciego, hoy meta de peregrinación de numerosos fieles tras la muerte ayer de Berlusconi, pero todo el mundo en Italia sabe de su existencia porque mucho se ha escrito sobre este panteón.

El recinto se encuentra bajo tierra en el jardín de la villa y fue encargado por el magnate al famoso escultor Pietro Cascella en 1989, cuando acababa de perder a su padre, Luigi, y barajaba ya una entrada en política que le llevaría tres veces al Gobierno italiano.

"Creo recordar que él me dijo 'perdone, me encuentro en ese punto de la vida en el que he perdido a mi padre'. Pero me pidió que no le construyera algo mortuorio, con esqueletos o calaveras, y propuse la idea del cielo, porque se dice que es ahí adonde vamos", explicó en una entrevista el propio Cascella, fallecido en 2008.

El mausoleo, del que existen contadas fotografías, está construido en mármol blanco y en su interior, bajo tierra, representa, al menos idealmente, la cúpula celeste.

El propio escultor reveló que en su interior hay dos cámaras, una con un sarcófago en el que en teoría debía enterrarse Berlusconi, y otra con una treintena de tumbas para sus seres más queridos, todo decorado con frisos de cadenas, el símbolo de la familia y la unión.

La cripta, en los planes del líder conservador, debía acoger a sus familiares, desde sus padres a los cinco hijos que tuvo con sus dos esposas, Marina y Pier Silvio, fruto de su relación con Elvira Lucia Dall'Oglio, y Bárbara, Eleonora y Luigi, con Veronica Lario.

Pero también a sus amigos más queridos en sus correrías en la política y el mundo empresarial, como Marcello dell'Utri -condenado por vínculos con la mafia-, el histórico directivo de la televisión Mediaset Fedele Confalonieri o el presentador Emilio Fede.

Sin embargo, el mausoleo permanece vacío décadas después de su construcción por cuestiones legales, pues no se puede enterrar fuera de los cementerios.

Por eso, previsiblemente tampoco será sepultado en él Berlusconi, fallecido a causa de su leucemia con 86 años, según ha avanzado el alcalde de Arcore, Maurizio Bono, a los medios locales.

Ni siquiera sus padres, Luigi y Rosa, reposan en sus grutas ya que se encuentran en el cementerio Monumental de Milán.

Uno de los que han visitado el lugar fue su "fedelissimo" Fede, exdirector de las televisiones del magnate, y que lo describió como "un lugar de paz y gran serenidad".

Pero una de las descripciones más memorables de la cripta la dio el escritor Indro Montanelli, un testimonio recogido en televisión por el periodista Marco Travaglio, ariete contra Berlusconi en los años de apogeo de su poder hasta el comienzo de su declive en 2012.

Contaba que el mítico ensayista visitó en una ocasión la cripta y que el polémico magnate le había propuesto que le acompañara en su viaje al Más Allá, a lo que el siempre sardónico Montanelli respondió en latín: "Domine non sum dignus" (Señor, no soy digno).