La jornada más convulsa de los 24 años de gobierno de Vladimir Putin en Rusia ha terminado con un acuerdo entre el Kremlin y el líder del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, gracias a la mediación de Bielorrusia. Poco se sabe de este pacto más allá de lo que ha dicho el Kremlin: que Prigozhin había aceptado trasladarse a Bielorrusia tras frenar el avance de sus mercenarios hacia Moscú, y que los soldados de Wagner serían perdonados pudiéndose incorporar al ejército regular ruso.

Todo indica que Prigozhin ha cumplido su palabra y anoche retiraba a su ejército de la ciudad de Rostov que había tomado horas antes. La población ha despedido a los mercenarios y, en especial, a su líder entre vítores y muestras de apoyo, como se puede ver en varios vídeos difundidos en redes sociales.

Perdón y exilio para Prigozhin

Aunque se ha frenado la marcha hacia Moscú de las tropas de Wagner, el Gobierno de Putin queda en una situación de debilidad . La jornada más convulsa que ha sufrido en los últimos años el Ejecutivo terminaba con la comparecencia del portavoz del KremlinDimitri Peskov, asegurando que la causa penal contra Yevgueni Prigozhin será archivada y que, aunque por el momento desconocen su paradero, se trasladará a Bielorrusia, país al que el Kremlin le ha agradecido su mediación con Wagner.

"El caso penal que le fue abierto será cerrado y él (Prigozhin) se irá a Bielorrusia", afirmaba el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov. Peskov, citado por la agencia TASS, agregó que tampoco serán perseguidos los otros "wagneritas" que tomaron parte en el motín debido a sus "méritos en el frente".

Dudas sobre qué pasará con los soldados rebeldes

Mientras, los combatientes que no se rebelaron podrán firmar contratos con el Ministerio de Defensa, dijo. En cuanto a las garantías de que Prigozhin podrá abandonar Rusia y llegar a Bielorrusia, Peskov aseguró que estas consisten en "la palabra del presidente" Vladímir Putin.

"Si me preguntan cuál es la garantía de que Prigozhin podrá marcharse a Bielorrusia, esa es la palabra del presidente", aseguró el portavoz del Kremlin a los medios rusos.

El jefe de Wagner anunció horas atrás el retorno de sus combatientes a las bases permanentes para "evitar el derramamiento de sangre" en Rusia.

"Ha llegado el momento de que se puede derramar sangre. Por eso, comprendiendo toda la responsabilidad de que se derrame sangre rusa por una de las partes, nuestras columnas dan media vuelta y regresamos a nuestras bases de acuerdo con el plan", afirmó en un mensaje de audio en su canal de Telegram.

Prigozhin dijo que las élites militares rusas, contra las cuales se había rebelado, "querían desintegrar a Wagner", y explicó que por ello anunció la "marcha por la justicia", durante la cual, en 24 horas, avanzó hasta llegar a 200 kilómetros de Moscú tras tomar la ciudad sureña de Rostov del Don.

Lukashenko, el mediador

El jefe del Grupo Wagner hizo este anuncio después de que el servicio de prensa del presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashneko, afirmara que el mandatario había mediado entre Moscú y Prigozhin, con la venia del jefe de Estado ruso, Vladímir Putin.

Según el Kremlin, se trató de una "iniciativa personal" de Lukashenko, quien conoce a Prigozhin desde hace 20 años.

De acuerdo con la prensa bielorrusa, Putin y Lukashenko volvieron a hablar por teléfono la noche del sábado y el jefe del Kremlin le agradeció a su homólogo bielorruso por negociar con el dirigente del Wagner.

"El presidente bielorruso le informó en detalle al presidente ruso sobre el resultado de las negociaciones con la dirección de Wagner" y Putin le agradeció el "trabajo realizado", informó el canal Pul Pervogo, vinculado con la Presidencia bielorrusa.