El Gobierno israelí aprobó este domingo un plan de inversión de casi 800.000 euros para el desarrollo de infraestructura, vivienda, educación y otros sectores en la parte oriental de Jerusalén, una zona de población mayoritariamente palestina que ocupó y posteriormente se anexionó de forma unilateral.

El plan se implementará entre 2024 y 2028 e incluirá una inversión de 3.200 millones de shékeles (unos 775 millones de euros) con el fin de "reducir las disparidades sociales y económicas y fomentar el desarrollo económico de Jerusalén Este", según informó un comunicado de la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

Mediante este plan, agregó el texto, se destinarán fondos a cuestiones como educación y empleo, transporte púbico, alcantarillado, espacios públicos, cultura y seguridad, entre otras áreas.

"Nuestro gobierno se preocupa por todos los ciudadanos y residentes del Estado de Israel y fortalece nuestra política en favor de una Jerusalén unificada y fuerte, bajo soberanía israelí", dijo Netanyahu al anunciar el plan, que dijo "le cambiará la cara" a la ciudad.

Israel ocupó la parte oriental de Jerusalén en 1967 y en 1980 la anexionó por ley parlamentaria, en una medida unilateral que no fue reconocida por la ONU.

El Gobierno israelí considera a Jerusalén su capital "eterna e indivisible".

El este de la ciudad, que incluye a la Ciudad Vieja y que los palestinos reclaman como capital de su futuro Estado, está habitado actualmente por unos 350.000 palestinos y en torno a 250.000 colonos israelíes.

"La decisión tomada hoy es una decisión soberana. Hoy estamos aquí demostrando en la práctica que Jerusalén Este es una parte inseparable de Jerusalén", destacó el alcalde de Jerusalén, Moshe Lion.

Por su parte, el Ministerio de Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), con gobierno limitado en Cisjordania ocupada, rechazó la medida al denunciar que busca "profundizar la judaización de Jerusalén y cambiar sus rasgos en todo aspecto, incluyendo la limitación del crecimiento natural de la población palestina, la imposición de perspectivas israelíes en las escuelas y la promoción de asentamientos judíos".

A través de un comunicado, el ministerio describió al plan como "racista" y advirtió que "busca consolidar la anexión" del este de la ciudad y "decidir su futuro político de forma unilateral sin ninguna negociación".