El rey Mohamed VI ha conservado tras el terremoto que sacudió el viernes a última hora la zona centro de Marruecos el hermetismo que mantenía estos últimos años, en los que ha reducido al mínimo sus apariciones públicas y ha aumentado sus estancias privadas en otros países como Francia, donde le sorprendió el peor desastre natural sufrido por el país magrebí en décadas.

Aunque no ha habido confirmación oficial desde la Casa Real, ya nadie duda que el monarca se encontraba el pasado viernes en París, donde posee un lujoso inmueble. También han sido frecuentes sus escapadas a Gabón, país que ahora se ha visto envuelto en un golpe de Estado que ha tumbado al régimen de Ali Bongo, estrecho aliado de Mohamed VI.

En Marruecos, el rey goza de amplios poderes políticos –tiene la última palabra en política exterior– y el Gobierno debe rendirle cuentas, lo que derivó en las primeras horas tras la tragedia en un silencio que no se rompió hasta pasadas 18 horas, cuando Mohamed VI reapareció en una reunión de trabajo en Rabat.

No fue hasta entonces cuándo, por vía de un comunicado de la Casa Real, Rabat dio cuenta de las “medidas de emergencia” que estaban tomando las autoridades para atender a los damnificados. También en esta nota se anunciaron tres días de luto en todo el país, junto a una imagen en la que el monarca aparecía acompañado de otras altas autoridades.

A su lado, en la cabecera de la mesa, su hijo y heredero, el príncipe Mulay Hasán, una presencia constante en las apariciones públicas de Mohamed VI, de las que sólo se tiene constancia por medios oficiales y mediante imágenes muy estudiadas para evitar atisbos de debilidad. No en vano, en estos últimos meses han sido constantes las especulaciones en torno al estado de salud del rey, de 60 años.

Además, el monarca, que habitualmente pronuncia cuatro grandes discursos al año, anuló este verano el que habitualmente tiene lugar para conmemorar en agosto el exilio de su abuelo Mohamed V, según la Casa Real porque este “memorable” acontecimiento “no puede medirse únicamente con discursos y celebraciones”.

No a la ayuda internacional

En su declaración del sábado, el rey expresó los agradecimientos a los “países hermanos y amigos” que habían expresado su solidaridad con Marruecos tras el terremoto, enfatizando además que varios de ellos se habían mostrado dispuestos a aportar ayuda. Sin embargo, Rabat solo ha autorizado a cuatro países –España, Reino Unido, Qatar y Emiratos Árabes Unidos– a enviar equipos a las zonas afectadas por seísmo, apelando a cuestiones logísticas que, sin embargo, han generado dudas por un posible trasfondo político.

Las autoridades marroquíes han apuntado la necesidad de realizar una “evolución precisa” de las necesidades tras el terremoto, “teniendo en cuenta que la falta de coordinación en tales situaciones podría ser contraproducente”. En la práctica, este recelo ha implicado desoír ofertas concretas de Francia, Alemania, Turquía, Italia y Portugal, entre otros países.

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Las imágenes del devastador terremoto en Marruecos EFE / EP

Los gobiernos extranjeros han evitado criticar a Rabat por este rechazo o incluso vincularlo con una decisión política, ya que por ejemplo las relaciones con París no atraviesan su mejor momento. La ministra de Exteriores gala, Catherine Colonna, dijo “respetar” esta decisión de “un país soberano”, que ha optado por “priorizar la llegada de ayuda, dirigiéndose a países disponibles caso por caso y no recibiendo ayudas que no corresponden a sus necesidades”.

Por su parte, un portavoz del Ministerio de Exteriores de Alemania confirmó que Marruecos tampoco ha aceptado la oferta de Berlín, que incluía el envío de efectivos de emergencia con apoyo canino o de una planta de tratamiento de agua. Sin embargo, evitó atribuirlo a cuestiones políticas, ya que considera que las relaciones bilaterales son ahora buenas después de que discrepancias por el Sáhara Occidental derivase en tensiones en 2021.

Nuevo balance

Por otro lado, el nuevo balance oficial de víctimas del terremoto ofrecido ayer noche deja 2.862 muertos, de los cuales al menos 2.530 fallecieron sepultados. Según una nota del Ministerio del Interior, se registraban 2.562 heridos.

Las consecuencias del terremoto dejaron muertos en una decena de provincias, pero las más afectadas son Al Haouz, –al sur de Marrakech y cercana al epicentro–, con 1.591 fallecidos, seguida de Taroudant (809 víctimas mortales).

Un boletín de alerta sísmica difundido por el Instituto Nacional de Geofísica marroquí explica que el terremoto, de magnitud 7, sacudió la región septentrional marroquí de Marrakech y se produjo a las 23.11 hora local del viernes (22.11 GMT) a 8 kilómetros de profundidad.

Libia

2.000 muertos. Más de 2.000 personas perdieron la vida y 1.200 se encuentran desaparecidas como consecuencia del ciclón Daniel, que azota desde el domingo la zona nororiental de Libia, informó el jefe del Gobierno paralelo del este, Osama Hammad. El responsable calificó la situación en la ciudad de Derna –la más afectada por las lluvias torrenciales– de “catastrófica”.

“Los desaparecidos son miles, barrios enteros han desaparecido junto a sus residentes llevados por un mar”, alertó Hammad.