El hundimiento en el mar Rojo del buque británico Rubymar, cargado con miles de toneladas de fertilizante, representa "una catástrofe medioambiental sin precedentes", denunció este sábado el Gobierno internacionalmente reconocido del Yemen.

"El hundimiento del barco Rubymar es una catástrofe medioambiental sin precedentes para el Yemen y la región. Es una nueva tragedia para nuestro país y para nuestro pueblo", dijo en su cuenta de X el primer ministro y ministro de Exteriores yemení, Ahmed bin Mubarak.

El Rubymar, de propiedad británica y con bandera de Belice, fue atacado el pasado 19 de febrero por los rebeldes hutíes del Yemen frente a las costas del país árabe, lo que provocó el hundimiento parcial de la embarcación y la amenaza de un vertido de grandes cantidades de materiales tóxicos en el mar Rojo.

Hundido por completo

El Gobierno yemení anunció este sábado que el navío se hundió por completo debido a las condiciones meteorológicas en el mar y los fuertes vientos, y achacó el desastre a la falta de respuesta de la comunidad internacional para ayudar al Ejecutivo a reflotar el barco y vaciar su carga.

Bin Mubarak denunció que el Yemen "paga cada día el precio de las aventuras de la milicia hutí", que desde mediados de noviembre lleva efectuando ataques contra la navegación comercial en el mar Rojo en apoyo a los palestinos de la Franja de Gaza, algo que ha provocado severas disrupciones en la estratégica vía marítima.

Una cincuentena de buques atacados

Los insurgentes, respaldados por Irán, han atacado una cincuentena de buques desde entonces, causando daños de distinta gravedad, pero el Rubymar es la primera embarcación en hundirse como consecuencia de una operación hutí.

De acuerdo con el Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM), el Rubymar transportaba más de 41.000 toneladas de fertilizante cuando fue atacado, mientras que el Ejecutivo yemení dijo que tenía una carga de alrededor de 22.000 toneladas de fosfato amónico, altamente tóxico.

Según las autoridades yemeníes, la dirección del barco era de nacionalidad siria y su tripulación estaba formada por 24 personas: 11 sirios, seis egipcios, tres indios y cuatro filipinos, que fueron evacuados a Yibuti.

Las aguas yemeníes del mar Rojo estuvieron a punto de sufrir otra catástrofe medioambiental a raíz de la descomposición del buque FSO Safer, varado frente a la costa del Yemen desde 1988 y cuyas operaciones de transferencia de los más de 1,14 millones de barriles de petróleo que contenía finalizaron con éxito a mediados de agosto de 2023.