El presidente ruso, Vladímir Putin, ha logrado aparentemente lo que buscaba desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Negociar la paz en Ucrania, además de asuntos de seguridad internacional y estabilidad estratégica, sin la participación europea. “Putin quiere la paz”, dijo Trump, algo que tanto el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, como las cancillerías europeas ponen en serias dudas a la vista del feroz avance ruso de los últimos meses en el Donbás.
De hecho, Rusia ya advirtió ayer de que ve a Estados Unidos como su principal interlocutor en las futuras negociaciones sobre la solución del conflicto ucraniano, según confirmó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. “Nuestro principal interlocutor en este proceso es Washington”, dijo Peskov.
La ansiada llamada telefónica llegó más de tres semanas después de la investidura del candidato republicano. Moscú y Washington tienen muchas cuentas pendientes después de la práctica congelación de los contactos durante los casi tres años de guerra. “La conversación telefónica entre Putin y Trump ha pasado a la historia de la política y diplomacia mundiales. Si esto aún no es un avance, pues se le parece mucho”, dijo Alexéi Pushkov, senador ruso, en su canal de Telegram.
La conversación fue tan fructífera, que incluso se abordó la posibilidad de que Trump visite Moscú y Putin viaje a Washington ahora que EEUU ha sancionado a la Corte Penal Internacional, que emitió un orden de arresto contra el jefe del Kremlin por crímenes de guerra, aunque el primer cara a cara entre ambos se llevará probablemente en Arabia Saudí.
Putin y el expresidente estadounidense Joe Biden no hablaron por teléfono desde 2022 y un inquilino de la Casa Blanca no visita Rusia desde Barack Obama en 2013. Sea como sea, el presidente de EEUU anunció “negociaciones de inmediato”, que es lo que deseaba el Kremlin, que insistió en los últimos meses de guerra de desgaste en que estaba abierto al diálogo con Washington.
La oposición rusa en el exilio, muy crítica desde un principio con la campaña militar, aseguró que esa es una “muy mala noticia” para la democracia, ya que allana el camino para la “entrega” en bandeja de plata de Ucrania a Rusia.
Las condiciones de Rusia
Negociaciones, pero con condiciones. Las líneas rojas rusas nos retrotraen a 2021, es decir a la categórica negativa de Moscú al ingreso de Ucrania en la OTAN. Al respecto, Trump aseguró la víspera que la aspiración de Ucrania a formar parte de la Alianza Atlántica no es “práctica”, respaldando las afirmaciones realizadas en Bruselas por su secretario de Defensa, Pete Hegseth. Este señaló que la mejor garantía de seguridad será el despliegue en la línea de separación de fuerzas de “tropas europeas y no europeas”, pero descartó que puedan “estar cubiertas por el artículo 5” que garantiza la defensa colectiva de los aliados.
Hegseth también dio la razón a Moscú al considerar “poco realista” las aspiraciones ucranianas de recuperar las cinco regiones anexionadas por Moscú, lo que incluye la península de Crimea.
Putin, que plasmó su incorporación ilegal en la Constitución, exige el reconocimiento de esas regiones como parte inalienable de la Federación Rusa. A su vez, Moscú quiere que el arreglo de Ucrania se circunscriba en el marco de unas negociaciones mucho más amplias sobre el balance de fuerzas convencionales y estratégicas entre la OTAN y Rusia en Europa.
El Kremlin también desea hablar con Trump sobre la renovación del último tratado de desarme, el START, que expira dentro de un año, y el control de armas, aunque se desconoce si esto incluirá el nuevo armamento hipersónico ruso.
Zelenski exige estar presente
Mientras, el otro actor principal, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, declaró ayer que Kiev no aceptará negociaciones bilaterales de sus socios con Rusia que afecten a Ucrania. “Lo formulo muy claro para nuestros socios: Cualquier negociación bilateral sobre Ucrania, y no hablo sobre otros temas, en los que son libres, cualquier negociación sobre Ucrania sin nosotros, no la aceptaremos”, dijo Zelenski durante una visita a una centra.
Zelenski reveló que Trump le transmitió que tuvo la sensación de que Putin “quiere la paz y quiere que termine la guerra”. El presidente ucraniano señaló que la conversación fue “realmente buena” y que le hizo saber no sólo que no se fía del presidente ruso, sino también de que no está seguro de que sea tan fácil poner fin a la guerra de una manera justa para Ucrania.
La advertencia
Nada que hablar con Europa. Aunque mantuvo una conversación telefónica a principios de año con el canciller alemán, Olaf Scholz, Putin aseguró que no piensa llamar a ningún líder europeo y sólo cogerá el teléfono si son ellos los que asumen la iniciativa. “No tenemos nada que hablar con Londres o Bruselas”, dicen desde Moscú. Es el principal temor de los líderes europeos, que temen que rusos y estadounidenses decidan la arquitectura de seguridad continental sin su participación y que Trump levante parte de las sanciones.
La OTAN pide que la negociación no sea una derrota de Occidente
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, instó ayer a que las negociaciones para la paz en Ucrania se lleven a cabo de manera que su resultado no pueda considerarse como una “derrota” de Occidente. “Tenemos que asegurarnos de que se conducen esas conversaciones de tal manera que el resultado no sea visto como una derrota para Occidente”, indicó Rutte en una rueda de prensa al término de una reunión de los ministros de Defensa de la Alianza Atlántica.
Al mismo tiempo, instó a que habrá que asegurarse de que el acuerdo de paz que se negocie sea duradero y no pase como con los pactos de Minsk para tratar de poner fin al conflicto a raíz de la ocupación rusa en 2014 de la península ucraniana de Crimea y de Sebastopol.
“Es importante que, al mismo tiempo, nos aseguremos de que Putin entiende que Occidente está unido, que Ucrania está recibiendo todo el apoyo que necesita para prevalecer”, y que las conversaciones solo concluirán cuando se pueda garantizar que el resultado será “duradero”, agregó el político neerlandés.
El nuevo secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, que participó por primera vez en una reunión de la OTAN, había considerado el jueves que el plan de Ucrania de recuperar los territorios ocupados por Rusia desde 2014 e ingresar en la Alianza como garantía de seguridad tras un acuerdo de paz no es “realista”. “Nunca se ha prometido a Ucrania que, como parte de un acuerdo de paz, estaría en la OTAN”, recordó ayer Rutte, pese a que esa ha sido siempre una de las líneas rojas marcadas por parte de Kiev.
Rutte enfatizó que “lo que nos une claramente es que, en primer lugar, tenemos que asegurarnos de que cuando comiencen las conversaciones, Ucrania esté en la mejor posición posible”. “Y, obviamente, se trata de Ucrania, por lo que Ucrania participará en cualquier caso”, agregó.
El secretario general de la Alianza insistió por otro lado en que los aliados europeos y Canadá, que aseguró proporcionaron en 2024 el 60% de los 51.000 millones de euros que los países de la OTAN aportaron a Ucrania para su defensa, incrementen su gasto militar. “Que gasten más, y los que no llegan al 2% (del PIB para gasto en defensa), lleguen este verano”, insistió.
Los aliados están discutiendo la posibilidad de fijar un nuevo objetivo de porcentaje del PIB para gasto militar en la cumbre de La Haya el próximo junio, y Rutte apuntó a que debe ser de más del 3%. Actualmente está en vigor la meta del 2% fijada en 2014, que debía lograrse en un plazo de diez años.
Hegseth pidió el jueves que el objetivo se eleve al 5% del PIB y afirmó que Europa debe asumir más su propia seguridad y dejar de ser tan dependiente de EEUU, alegando que su país debe centrarse en vigilar más sus fronteras y evitar una guerra con China en el Pacífico.
Rutte coincidió ayer en que EEUU “tiene que concentrarse en múltiples teatros”, incluyendo el Indo-pacífico y, en concreto, en China. “Es una gran preocupación para ellos”, consideró.
La UE avisa que fracasará un acuerdo sin europeos y ucranianos
La Unión Europea avisó ayer de que fracasará cualquier acuerdo para parar la guerra en Ucrania que se haga a espaldas de los europeos y los ucranianos, advirtiendo de que “un acuerdo rápido” es “un mal acuerdo” y criticando las concesiones de Estados Unidos a Rusia antes de sentarse a negociar.
En declaraciones a la prensa en los márgenes de la reunión de ministros de Defensa aliados en Bruselas, la Alta Representante de la UE para Política Exteriores, Kaja Kallas, insistió en que las llamadas de Donald Trump al presidente ruso, Vladimir Putin, “no ha parado la guerra” y criticó las concesiones hechas por la Casa Blanca antes siquiera de sentarse a negociar con el Kremlin, después de que el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, haya avanzado que la Administración Trump no cree “realista” algunas de las demandas de Ucrania, como su adhesión a la OTAN o volver a las fronteras de 2014.
“No deberíamos quitar nada de la mesa antes de que las negociaciones hayan empezado siquiera, porque eso juega a favor de Rusia y es lo que ellos quieren”, argumentó la jefa de la diplomacia europea, ahondando en que el “apaciguamiento” es una táctica que “nunca ha funcionado” con Moscú.
Así las cosas, ante la urgencia de Trump de lanzar un proceso de paz inminente, Kallas declaró que “cualquier acuerdo rápido es un acuerdo malo”. “No funcionará. No parará la muerte y la guerra”, afirmó la ex primera ministra estonia, subrayando que Europa está de lado de Ucrania y tiene que mantener el apoyo en estos momentos. De esta forma, insistió en que un acuerdo “a espaldas” de los europeos no funcionará porque son precisamente los europeos y los ucranianos los que tienen que poner en marcha el alto el fuego en el terreno.
Respecto al paso de Washington de descartar la entrada en la OTAN a Ucrania, la jefa de la diplomacia europea dijo que su adhesión a la alianza atlántica es la “garantía de seguridad más fuerte y la más barata”. Por ello indicó que una alternativa de seguridad a la OTAN tiene que ser respondida “por todos”.