En busca del sonido perdido
Tras el traslado de las campanas de la catedral de Tudela no se encuentra sólo su restauración. Cuando vuelvan, la empresa 2001 Técnica y Artesanía las informatizará para recuperar los toques y repiques olvidados con el paso del tiempo.
lA restauración y limpieza de las campanas de la torre de la Catedral de Tudela no traerá sólo la recuperación de alguna de estas joyas que vigilaban la ciudad desde casi una altura de 40 metros. Los nuevos métodos del siglo XXI permitirán recuperar sonidos de hace cientos de años olvidados por los tudelanos, ya que de las 10 campanas sólo funcionaban seis, incluidas las que, de forma mecánica, marcan los cuartos y las horas. El trabajo que va a llevar a cabo la empresa valenciana 2001 Técnica y Artesanía incluye la motorización e informatización de los sistemas que hacen sonar las campanas con un objetivo claro: Recurrir a las técnicas más modernas para recuperar los sonidos más antiguos. Como explica uno de sus responsables, Javier Calero, los trabajos permitirán el empleo de un botón o el trabajo de los campaneros. "Nuestro proyecto siempre es compatible con el toque manual. Está pensado que si el campanero quiere puede voltear. Puede llegar, enganchar a un badajo y empezar a repicar con cuerdas; no hay problema. Cada campana va a llevar un motor y un ordenador adosado a cada motor para regular la potencia, el arranque de la campana, el frenado y su velocidad. Eso proporcionará los mismos toques que se hacían antiguamente. Buscamos simular lo más posible la velocidad de cada campana cuando eran tocadas por los campaneros. Todos esos mecanismos estarán controlados por un ordenador en la sacristía o donde ellos nos digan".
Para el deán de la catedral, Jesús Zardoya, el proyecto es también un reto por recuperar algunos toques que ya no se hacían como el de Santa Ana. "Es difícil pero vamos a intentar recuperar alguno de esos toques como el de Santa Ana que se hacía con dos o tres campanas. Todavía queda gente que ha hecho ese toque, pero no sé qué posibilidad habrá de informatizarlo porque se hacía con dos o tres cuerdas". Zardoya explicó que en la actualidad sólo sonaban las campanas de horas y cuartos cuyo sistema estaba mecanizado con mazos y en ocasiones especiales "es el sacristán el que coge las cuerdas en los días de fiesta". Para el deán uno de sus sueños es que, tras la restauración, "se puedan voltear las ocho campanas a la vez".
Para Calero una de las claves de recuperar el antiguo sonido radica en la sustitución de los yugos de hierro por los de madera ya que los segundos no vibran y amortiguan la propia vibración de la campana manteniendo su sonido original. "Una vez que se instalen, nuestra intención es tener un listado de toques y con esa información grabarlos, pasarlos al ordenador para reproducir los movimientos y recuperarlos".
La fecha fijada para su reinstalación es el mes de junio si bien se vestirán de gala para la novena de Santa Ana el 17 de julio. Toda esta labor se incluye en los 170.000 euros de presupuestados para su limpieza, una cifra que el arzobispado trata de cubrir con el programa de la CAN Tú eliges, tú decides y con el apadrinamiento de las campanas por 15.000 euros.
grupo de campanas
Sus funciones
Tal y como explica la página oficial de "dels Campaners de la Catedral de Valencia", en un estudio realizado sobre diversas catedrales, la Catedral de Tudela cuenta con dos conjuntos bien diferenciados de campanas: Las del reloj y las litúrgicas, ambas ubicadas en la misma sala, aunque en alturas diferentes. Estas campanas se completan con otras pequeñas (algunas muy antiguas) que están dispersas por el templo.
En cuanto a la sala de campanas hay dos del reloj, ambas del mismo autor, Pedro de Güemes, ya que son de 1747, con decoraciones similares, aunque sólo una está firmada. La de los cuartos tiene forma esquilonada, mientras que la mayor es de forma romana. Las dos carecen de badajo interior, ya que su uso se limita a los toques de cuartos y horas, respectivamente.
Respecto a las litúrgicas, hay ocho: Dos de forma romana y seis de forma esquilonada. De todas éstas sólo la mayor está fija, mientras que tres están mecanizadas, mediante la sustitución de yugo original de madera por otro de hierro y un motor continuo de volteo. No es improbable que esta instalación haya sido la causa de la rotura de la menor de volteo, la más moderna, de 1943. Mientras esta última, rota, es de la viuda de Murua las otras dos son de sus antecesores, Ignacio Murua, de Vitoria y de 1891.
Aparte de estas tres, el conjunto litúrgico cuenta con campanas de gran antigüedad e interés. Por un lado la más antigua, gótica, y fechada en 1347, sin mecanizar, aunque con un yugo que reúne trozos de piedra y de madera para aumentar su peso. Tras ésta sigue la María menor, también de volteo y de forma romana, rajada de arriba abajo. Hay otras dos de principios del XVIII, con un año de diferencia, que podrían ser ambas de los Quintana, aunque solo la mayor, la María, está firmada. La otra, dedicada a la Sagrada Familia, carece de badajo para tocarla, y tampoco ha sido mecanizada. Entre las campanas del XIX hay una Santa María, de autor anónimo, de 1853, que carece de badajo y de otro mecanismo para el toque debido a su rotura, que ha desprendido un gran trozo de bronce.