En la tarde del viernes se produjo una anómala situación de peligro en el colegio público Santos Justo y Pastor de Fustiñana. A las 16.40 horas, hora de la salida del alumnado del colegio, cuyas edades oscilan entre los 3 y los 12 años, un empleado del Ayuntamiento de la citada localidad irrumpió con un vehículo dumper cargado con vallas en el interior del patio, lugar por el que salían decenas de niños y niñas con sus bicicletas, mochilas y meriendas, y las típicas carreras de los chavales y chavalas de esas edades. Además del alumnado, el patio se hallaba lleno de padres y madres, algunos con silletas de bebés, que estaban esperando la salida de sus hijos. El citado empleado fue recriminado por uno de los padres presentes conminándole a que dejase de circular por el patio hasta que las personas allá presentes abandonaran el recinto, incluso se le recordó que el año pasado en Villava una situación similar terminó con la vida de un niño de cinco años. El operario, justificándose con el consabido "a mí me han mandado", no sólo no persistió de su acción, sino que una vez descargadas del vehículo dos vallas, las cuales las introdujo sobre sus hombros por la misma puerta principal por donde continuaban saliendo los alumnos, giró el vehículo en el patio atestado de gente y, con la misma imprudencia y falta de respeto que al entrar, salió del colegio mientras el trasiego de los niños y niñas continuaba.
La cuestión es la siguiente: ¿tomará el Ayuntamiento de Fustiñana alguna medida para sancionar esta acción? ¿Acaso no se podía haber realizado este trabajo media hora más tarde? Alguien pensará que soy un exagerado, pero la muerte del niño villavés Alejandro Cabalgante ocurrió con un hecho similar. Si en Fustiñana hubiese sucedido lo mismo, ¿qué estaríamos pensando ahora?
Las situaciones de peligro en la entrada del colegio no son una excepción, todos los días numerosos vehículos circulan y estacionan, en doble fila, en las inmediaciones de la escuela, creando situaciones de riesgo a los peatones y los pequeños y pequeñas que acceden en bicicleta hasta el cole. ¿Cuándo el Ayuntamiento se va a preocupar de este problema? ¿No es su competencia el tráfico en la villa? ¿Tan difícil es poner a un empleado municipal, prohibir la circulación en esa calle a esas horas, o tan sólo regularla?
Los concejales de Fustiñana no deben estar solamente para echar las nueces por el balcón, sino para dar verdaderas soluciones a los problemas del municipio, y poner medidas preventivas y paliar las situaciones de riesgo para la seguridad de sus vecinos, a los cuales se deben.