tafalla. Kontxa Arza Ortuondo, de 60 años y natural de la localidad vizcaína de Dima, en el valle de Arratia, llegó a Tafalla hace 33 años como andereño de la ikastola y se asentó definitivamente en la ciudad hace 22, tras contraer matrimonio con el tafallés Manolo Abínzano. Al llegar a su situación de jubilación de relevo se le tributó un homenaje en reconocimiento a su labor.

¿Qué le ha parecido este homenaje de sus compañeros y ex alumnos de la ikastola?

A mí personalmente me da mucho bochorno este tipo de actos. Me siento abrumada y muy agradecida. La verdad es que produce una satisfacción muy grande el que se acuerden de ti y organicen este reconocimiento por el trabajo que he realizado en estos 33 años en la Ikastola de Tafalla. Ha sido todo muy emocionante.

Por cierto, ¿cómo llegó a Tafalla desde Vizcaya?

En el año 1977 yo estaba trabajando en un centro de la Chantrea, en Pamplona. Me enteré de que necesitaban una profesora de euskera en Tafalla y aquí me vine. Unos años más tarde me casé con Manolo Abínzano y aquí fijé mi residencia. En la Ikastola comencé con los más pequeños, en el ciclo de Infantil y en 1992 pasé a impartir las clases en el segundo ciclo de Primaria.

¿Cómo valora la situación del euskera en Tafalla y el progreso que ha tenido en estas décadas?

La verdad es que su uso va aumentando de forma progresiva, pero está encontrando muchas dificultades en su desarrollo por los obstáculos que están poniendo desde algunas instituciones públicas y determinadas formaciones políticas. Considero que es un error dividir a Navarra en distintas zonas lingüísticas y poner impedimentos al uso normalizado de una lengua que es un patrimonio cultural de todos los ciudadanos.

En estos 33 años, ¿habrá notado cambios significativos?

Por supuesto. Cuando llegué a Tafalla había en este centro medio centenar de alumnos y en estos momentos cursan sus estudios 380 niños y niñas hasta que completan el ciclo de la ESO, a los 16 años. De este modo, y junto con la enseñanza a los adultos en AEK, hay mucha gente que en Tafalla domina el euskera, pero todavía cuesta hablarlo de una forma cotidiana en la calle. Los jóvenes mayores de 18 años están tomando conciencia y lo utilizan con más normalidad.