cascante. El joven cascantino Mario Cornago Burgos, de doce años de edad, recibió el pasado 4 de diciembre una mención honorífica en la fase final de la novena edición del Certamen Nacional de Interpretación Intercentros Melómano celebrada en el auditorio CosmoCaixa de la localidad madrileña de Alcobendas. El premio, además de la mención honorífica, consistió en una ayuda de 100 euros, "aunque lo más importante es la experiencia que ganas y el hecho de que, desde la organización, puedan promocionarte en orquestas, certámenes o conciertos por toda España", explicó.

Cornago, que estudia en el conservatorio de música de Tarazona desde los siete años, acudió como representante de Aragón tras proclamarse campeón en la fase autonómica. Durante el certamen, Cornago interpretó tres obras con la marimba: Caccia Caper y Malletrix de Jared Spears, y Galactica de Michael Peters. "Mientras yo estoy en 1º de Grado Profesional, el resto de participantes estaban en último curso y tenían entre 17 y 20 años", indicó.

Mientras está en el escenario no permite que sus padres estén en la sala "porque se ponen más nerviosos que yo" y, en este concurso, "estuve un poco nervioso al principio, pero cuando empecé a tocar estuve mucho más cómodo", matizó Cornago. El jurado, compuesto por directores, compositores, musicólogos y críticos musicales, destacó las interpretaciones de Cornago como "un soplo de aire fresco sobre el escenario. Al ser el más joven estuvo muy arropado por la gente, con la que tuvimos un ambiente excelente, incluso antes de tocar explicó al jurado las obras y la vida de los compositores", añadió su madre, Rosa.

El trombonista austriaco Edmund Bell, que acompañó a su abuelo José María, tras la actuación de Mario le pidió "que no lo dejara, que era un fenómeno y que continuase en el mundo de la música".

DEDICACIÓN EXCLUSIVA Mario no descarta dedicarse de lleno a la música al igual que su padre, Mario Cornago Mateo, saxofonista profesional y profesor del conservatorio Sarasate de Pamplona.Desde que tenía dos años ya estudiaba música y, actualmente tras recibir clases de los profesores Rafael Mayans y Jorge Navarro, como percusionista, además de la marimba, toca el vibráfono, el xilófono, la lira, los timbales, la batería y la caja. "Estudia muchas horas, tanto en el conservatorio, a donde va cuatro días por semana, como en casa", añadió su padre, quien le anima "a que disfrute y que ame la música".

La marimba que tiene en la bodega de su casa en Cascante tiene marcadas cuatro estrellas por los cuatro premios que ha recibido hasta la fecha; además de los dos del Certamen Intercentros Melómano, también obtuvo el segundo premio en Alcañiz (con un dúo de marimba junto a Luis Azcona) y el primer premio de música de cámara en Lérida (también por un dúo junto a Azcona).

En su familia hay seis generaciones de músicos: su tatarabuelo Agustín era solista de clarinete en los alabarderos del Rey, su bisabuelo Emilio tocaba el bombardino en Cintruénigo y también su otro bisabuelo, José, su abuelo y su padre.