AUNQUE apenas quedan "tres piedras en hilera y alguna roca tallada que den testimonio de su ubicación", tal y como recoge Iñaki Sagredo Garde en su libro Castillos que defendieron el Reino, lo cierto es que el castillo de Guerga, ubicado antaño en la cima de la peña de Unzué, está más de actualidad que nunca. Y es que Orbaibar Bizirik, continuando con la senda promovida por Nafarroa Bizirik que invita a señalizar todos los castillos que en su día pertenecieron al Reino de Navarra, colocará hoy un monolito en recuerdo de la antigua fortaleza.

Esta iniciativa, según apuntan desde Orbaibar Bizirik, persigue un doble objetivo: "Señalar el emplazamiento de los castillos navarros para garantizar su respeto y conservación y recuperar la memoria histórica de Navarra, en este caso a través de su viejo sistema de defensa. De este modo, se recupera del olvido absoluto la memoria de este castillo y se pone de manifiesto la gran participación y el querer saber más sobre nuestra historia por parte de la ciudadanía".

En concreto, la jornada comenzará a las 11.00 horas en el frontón municipal de Unzué, desde donde partirá una nutrida comitiva que ascenderá en grupo hasta la cumbre, situada a unos 990 metros.Una vez allá, arropados por unas vistas panorámicas inigualables que no hacen sino mostrar la riqueza de la que se compone la Zona Media, se procederá a la inauguración oficial del monolito que se ubicará en función de la distribución del castillo de Guerga, también conocido como castillo de Unzué. Posteriormente, los asistentes se desplazarán hasta la sociedad del pueblo, donde está previsto que se celebre una gran comida popular. Esta es, sin ninguna duda, la mejor manera de poner fin a una jornada que ha sido bautizada como el Día del Castillo de Unzué.

1277, primera referencia Las primeras referencias documentales del castillo datan del año 1277, fecha en la que consta García Gil de Yaniz como alcaide, aunque todo apunta a que su origen es mucho más antiguo dada su situación estratégica a la entrada sur de Pamplona. Una de las personas que más ha investigado sobre el devenir de esta fortaleza ha sido, precisamente, Iñaki Sagredo, quien en su libro Castillos que defendieron el Reino, precisa, entre otras cosas, que "el castillo fue prisión en la Edad Media, testigo de motines de presos, despeñamientos, y ajusticiamientos". Asimismo menciona uno de los capítulos más importantes que tuvo lugar en Guerga y que se remonta al año 1335, fecha en la que el preso Miguel de Elgorriaga encabezó, contando eso sí con el respaldo de más compañeros de prisión, un motín que derivó en el asesinato del alcaide Juan de Savaynin. "Una vez sofocado el alboroto, uno de los reos (Elgorriaga) fue arrastrado por las calles y ahorcado públicamente" explica el escritor.

Lo cierto es que aunque poco o nada se sabe sobre la fecha exacta de su destrucción o abandono, sí que figura Juan de Ozta como alcaide en el año 1499, fecha en la que se elaboró la última lista de fortalezas. Por el contrario, cabe destacar que el castillo de Unzué no consta en las listas de destrucción castellanas, por lo que los historiadores deducen que debió de producirse tras la conquista de 1512. Lo que sí parece claro es que "la posterior construcción del castillo de Tiebas, le hizo perder la importancia que había tenido", deduce Sagredo.

En lo concerniente a su distribución, además de las típicas defensas (cerco amurallado y andamios para saeteras) la fortaleza constaba de una torre de homenaje de planta cuadrada, que tenía tejado de lajas y que derribó el viento en alguna ocasión, aljibe, capilla, bodega, establo y cocina.