elizondo. Las avispas asiáticas, en su denominación científica latina Vespa velutina, tristemente conocidas por su comportamiento agresivo con las colmenas de abejas, han tenido una influencia negativa muy inferior este año gracias a las bajas temperaturas y las lluvias que se sucedieron hasta mediados de julio. Al contrario de lo que ocurrió en 2012, cuando la mortandad de abejas domésticas fue brutal, los ataques de las avispas asesinas se han reducido, si bien la producción de miel también está resultando inferior hasta quedar en una tercera parte.
Las condiciones meteorológicas adversas en primavera contribuyeron a evitar la expansión del mortal avispón que, procedente de Asia, está colonizando Europa, aunque también retrasó la polinización y floración de las plantas y frutales e impidió la alimentación y la actividad productiva que se estima normal en las abejas domésticas. "La labor de los apicultores de la cuenca del Bidasoa, y también de voluntarios que han colaborado, para luchar con la especie invasora han ayudado mucho y se ha notado en una menor presencia y mortandad, lo que hay que agradecerles como se merece", comenta Pello Berho, un apicultor de Oronoz que el año pasado sufrió una merma dramática en sus colmenas.
Días pasados se localizó uno de los nidos que fabrican las avispas asiáticas en el alero de la casa Mikolonea, en el barrio de Arrazkazan de Lekaroz, una llamativa masa de celulosa que causa un cierto temor. Aunque el propietario no tiene colmenas, tiene un vecino apicultor al que sí le pueden causar daños.